Situado estratégicamente entre el C4 y el C5 X, en términos de tamaño, el nuevo C4 X viene a diversificar la gama de Citroën con una fórmula novedosa. Se trata de una variante fastback y con aire SUV del C4 que se fabricará, como este, en la planta madrileña de Villaverde y que se dirige a un público al que sigue atrayendo la elegancia de las berlinas pero no las quieren como han sido toda la vida. El equis, además, tendrá un mayor peso de versiones electrificadas, según las previsiones de la marca francesa.
Con 4,60 metros, el nuevo modelo made in Spain se coloca a caballo entre los 4,36 m del C4 y los 4,80 del C5 X. Tiene carrocería de tres volúmenes, como un sedán al uso, pero la pronunciada caída del techo y su silueta en general recuerdan a un SUV cupé como el Renault Arkana, al que bien podría robarle algún porcentaje de ventas. El maletero no dispone de portón, sino de la apertura típica de las berlinas.
Además de mayor prestancia, el C4 X ofrece así más capacidad de carga que el C4 (510 litros, por 380 de su hermano de gama), aunque el acceso sea más complicado. La segunda fila de asientos se ha rediseñado para dispensar a los pasajeros algo más de espacio para las piernas, aunque la distancia entre ejes sea la misma.
El catálogo de motores es idéntico también al del C4: un gasolina de 100 CV asociado a un cambio manual de seis velocidades, otro de 130 CV con transmisión automática de ocho marchas y un tercero diésel de la misma potencia y caja de cambios. A ellos se agrega una versión enteramente eléctrica que monta el conocido motor de 100 kW o 136 CV y una batería de 50 kWh con la que el coche puede recorrer 360 kilómetros, en ciclo WLTP, y que se recarga hasta el 80% en media hora haciendo uso de una toma de corriente continua de 100 kW.
Como ha destacado Nuno Marques, director de Citroën para España y Portugal, durante la presentación del nuevo fastback, cabe esperar aquí una mayor cuota de ventas de la variante eléctrica (ë-C4 X), de alrededor de un 30% del total. En el caso del C4, el porcentaje ronda actualmente el 15%, aunque crece de manera sostenida desde hace meses.
Parte de este mayor peso de la electrificación tiene que ver con las altas expectativas que la marca de los chevrones tiene depositadas en el sector del taxi y los VTC. Recordemos a este respecto que, por poner un ejemplo relevante, en la ciudad de Madrid todos los vehículos adquiridos para prestar servicio de taxi -excepto los eurotaxi- deben contar con etiqueta Eco o 0 emisiones de la DGT desde el 1 de enero de 2018. Los interesados en el C4 X deberán inclinarse en este caso por la versión 100% eléctrica, pues el resto llevan el distintivo C.
Hay varios equipamientos del C5 X que hereda este nuevo equis. Así, la pantalla central de 10 pulgadas, colocada además en una posición más elevada que en el C4, la función de espejo, inalámbrica, del teléfono móvil o las actualizaciones over-the-air. Del C4 toma la posibilidad de incorporar un head-up display y su catálogo de ayudas a la conducción, que pueden llegar a 20 en las versiones más equipadas.
Por supuesto, dispone también de los asientos Advanced Comfort, con espuma de alta densidad, y de la suspensión equipada con amortiguadores hidráulicos progresivos, todo enfocado a proporcionar la comodidad que ya se ha convertido prácticamente en sinónimo de la marca Citroën.
Primeras entregas en enero
La directora de la fábrica de Stellantis en Villaverde, Susana Remacha, ha detallado en el acto antes mencionado que la producción -ya iniciada- del C4 X se situará en el 30% aproximadamente del total del C4 desde principios del mes de enero. La planta madrileña dará salida a entre 100.000 y 120.000 vehículos durante todo 2023, según sus planes, siempre sujetos a los vaivenes en la crisis de suministros y a otros avatares.
Nuno Marques, por su parte, confía en que el X concentre entre el 25% y el 30% de las ventas del C4 y no advierte riesgo de “canibalización” entre ambos modelos dado que van dirigidos a clientes o usuarios, en su opinión, lo suficientemente distintos.
A igualdad de equipamiento, el C4 X es 1.000 euros más caro que un C4 convencional. En versión de gasolina de 100 CV y acabado Live Pack, cuesta 21.480 euros, en tanto que el modelo eléctrico sale por 34.630 euros en su variante más asequible (Feel) y por 36.880 euros en la más completa, que se denomina Shine. Las primeras entregas tendrán lugar en el mes de enero.