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Primera prueba del Audi e-tron, el ‘Q8 eléctrico’

Poniendo a la venta el e-tron, su primer vehículo 100% eléctrico, Audi entra en una nueva era que cambiará el statu quo en que habitan tanto la marca de Ingolstadt como el Grupo Volkswagen, del que forma parte. La transformación va a ser, además, acelerada, en gran medida por la necesidad de adaptarse a los nuevos límites de emisiones de la UE, y tendrá dos hitos muy cercanos. En dos años, Audi lanzará 12 modelos con algún grado de electrificación, de los cuales cinco serán eléctricos puros y siete híbridos enchufables, y para 2025 la oferta de este tipo de coches alcanzará los 30: uno de cada tres unidades vendidas por el fabricante alemán.

Para inaugurar esta nueva época se ha optado, naturalmente, por un SUV lujoso que no pierde las señas de identidad de Audi y, al mismo tiempo, es completamente diferente a todo lo visto hasta ahora. El e-tron mide 4,9 metros de longitud, por lo que queda a mitad de camino entre el Q5 y el Q7, y viene a ser “como un Q8 eléctrico”, en palabras del product manager del modelo, Álex J. Pérez, además de un serio competidor para los Jaguar I-Pace, Tesla Model X y Mercedes EQC, de próximo lanzamiento.

Fabricado en la nueva planta de Audi en Bruselas, que también produce la batería del coche, el e-tron luce una parrilla más ancha y baja de lo habitual en los otros SUV de la marca, y casi cerrada dada la nula necesidad de refrigeración de todo vehículo eléctrico. Las luces traseras recorren la zaga de tal modo que sugieren la presencia de una nave espacial, sobre todo de noche. En cuanto al lateral, exhibe una pronunciada caída del techo en su tramo final y una línea de cintura baja que le aporta músculo, especialmente por la combinación con las llantas de gran tamaño (hasta 21 pulgadas, y hasta 22 próximamente). La toma de recarga eléctrica se ha colocado en la aleta delantera izquierda, aunque en breve estará disponible otra opcional en el flanco derecho.

Más allá de estos rasgos de diseño, lo más llamativo del nuevo SUV de Audi son los retrovisores virtuales (opcionales), dotados de una cámara cuyas imágenes se muestran en dos pantallas OLED de alto contraste ubicadas en la zona correspondiente de transición entre el salpicadero y las puertas. Nuestra primera experiencia con los virtual mirrors, una vez superada la extrañeza inicial, es que es fácil familiarizarse con el de la derecha, pues la imagen queda allá donde la buscan los ojos, en tanto que cuesta más acostumbrarse al del lado izquierdo, entre otras razones porque exige bajar la mirada más de lo habitual. Eso sí, la nitidez de lo mostrado resulta extraordinaria, algo que se hace patente particularmente cuando hace mal tiempo, circunstancia en la que la utilidad de los espejos convencionales deja mucho que desear.

Además de su función visual, este tipo de retrovisores cumple un cometido aerodinámico muy conveniente en un vehículo como este (eléctrico y muy pesado: unas 2,5 toneladas en vacío) que lo necesita para maximizar su autonomía, cifrada en 417 kilómetros según el ciclo WLTP. El fondo carenado y la suspensión neumática de serie, que rebaja la altura de la carrocería al alcanzarse la velocidad de crucero, son otras de las mejoras introducidas en el mismo campo, con las que se logra una ganancia en términos de eficiencia equivalente a rebajar el peso del coche en 500 kilos, según la firma alemana.

Por su tamaño y distancia entre ejes (2,93 metros), el e-tron puede acoger con facilidad a cinco adultos con sus equipajes. La capacidad de carga total es de 660 litros, 600 de ellos en el maletero trasero y 60 extra disponibles bajo el capó delantero, donde lo normal aún es encontrar un motor que aquí brilla por su ausencia. La habitabilidad de la zona trasera se beneficia de una característica común a todos los coches de baterías, la eliminación del túnel central por el que tradicionalmente discurre la transmisión.

De mover el SUV de Audi se encargan dos motores eléctricos, uno por cada eje, que rinden 408 caballos y se alimentan de una batería de 95 kWh que permite los mencionados 417 kilómetros de autonomía. Aunque el conjunto se siente pesado al acelerar, el 0 a 100 km/h se efectúa en 5,7 segundos, los mismos que necesita un SQ5, y la velocidad punta alcanza los 200 km/h.

Con el fin de aprovechar lo máximo posible la energía eléctrica, el vehículo dispone de un sistema de frenada regenerativa que recarga las baterías. Puede funcionar en modo automático o bien manual, a través de unas levas en el volante que –al estilo de las que permiten cambiar de marcha en muchos modelos automáticos– modulan el grado de recuperación de energía.

El e-tron puede utilizar dispositivos de carga rápida de 150 kW como los que está desplegando en Europa la red Ionity, en los que regenera el 80% de su autonomía en unos 30 minutos. Para la recarga doméstica o en el puesto de trabajo se suministra con el vehículo un sistema Compact, de hasta 11 kW, y a finales de este año se podrá adquirir un sistema Connect, que opera a hasta 22 kW.

El ecosistema completamente digital que se ofrece a los pasajeros puede componerse de un total de cinco pantallas: la del Virtual Cockpit (de serie), la central con su equipo de infoentretenimiento, la de la climatización y, en su caso, las de los retrovisores virtuales. Por supuesto, el e-tron proporciona una gran variedad de servicios telemáticos, como un planificador de ruta que muestra los puntos de carga en los que conviene detenerse en función de la autonomía restante y el tipo de conducción, y admitirá suscribirse a nuevas funciones después de la compra del vehículo. En la segunda mitad de 2019 podrá también contar con el conocido asistente de voz Alexa de Amazon.

En el mercado español, la gama comprende cuatro acabados (básico, Advanced, Sport y Black Line), con precios que van de los 82.440 a los 96.950 euros. Como serie especial de lanzamiento, la Edition One ofrece 2.600 unidades muy exclusivas y equipadas, con virtual mirrors entre otros elementos, y en color Azul Antigua (el de las imágenes) que cuestan 115.030 euros.