Vision 7S: así serán los Skoda del futuro, también el próximo Octavia 100% eléctrico

No es ninguna novedad que a estas alturas una marca de coches se juegue todas sus fichas a la electrificación cuando todas ellas sin excepción saben en qué ruleta se juega el futuro del automóvil. La apuesta de la checa Skoda, sin embargo, se cuenta entre las más decididas, porque se propone invertir 5.600 millones de euros en los próximos cinco años en el desarrollo de coches eléctricos, además de 700 millones en digitalización.

En la primera aparición pública después de su nombramiento, el nuevo responsable de Skoda, Klaus Zellmer, ha detallado las líneas generales de la estrategia de la marca, que incluye un nuevo lenguaje de diseño cuyo adelanto podemos ver en el imponente prototipo Vision 7S (en las imágenes).

Antes de 2026, Skoda tendrá listos tres nuevos modelos enteramente eléctricos: un coche de pequeño formato que será el sucesor del Citigo iV y se fabricará en nuestro país, un SUV de tamaño compacto y un modelo, también SUV, de siete plazas del que justamente el Vision 7S representa una especie de anticipo en forma de concept car.

A ellos se añadirá una versión 100% eléctrica del Octavia. El modelo más vendido de la marca empleará la esperada plataforma SSP del Grupo Volkswagen y posiblemente monte un motor de 200 caballos y baterías de 77 o 100 kWh que admitirían hasta 200 kW de potencia en recarga de corriente continua. La batería más capaz proporcionaría entre 500 y 600 kilómetros de autonomía sin emisiones.

Recordemos que la SSP será una superplataforma adaptable a vehículos de muy diferentes dimensiones y a distintos tamaños de batería. Recientemente, el consorcio alemán parece haber imprimido mayor ritmo al desarrollo de esta nueva arquitectura, que podría utilizar también Porsche.

El Vision 7S, por su parte, estará construido sobre la conocida plataforma modular eléctrica (MEB) del Grupo y equipado con una batería de 89 kWh que anuncia 600 kilómetros de autonomía. Contará también con sistema de recarga rápida de 200 kW, con el que el conductor estará listo para continuar viaje en alrededor de 30 minutos.

Pero, datos técnicos a un lado, el prototipo muestra hacia dónde evoluciona Skoda en términos estilísticos, al tiempo que presenta su nueva identidad de marca. Uno de los detalles más llamativos, que no sabemos si permanecerá en el modelo producido en serie, es la sustitución del emblema de la marca (la flecha alada) por la mención Skoda, escrita en letras, en todas las posiciones del vehículo donde es habitual encontrarse con logos.

Además, en lugar de la tradicional parrilla frontal, el prototipo luce una pieza cerrada y negra detrás de la cual se alojarán los sensores necesarios para hacer funcionar los sistemas de asistencia a la conducción.

En cuanto a los paragolpes -tanto el delantero como el trasero-, fabricados con neumáticos reciclados, disponen de siete entradas de aire dispuestas verticalmente, una de ellas acabada en color naranja. Se trata de unas piezas que se denominan Flashy Orange y que no son sino una especie de ganchos, entendemos que para remolcar el vehículo en caso de necesidad.

Un interior sofisticado y peculiar

En el habitáculo, al que se accede -al menos en el concept- mediante puertas traseras de apertura invertida, también conocida como suicida, nos topamos con una configuración peculiar, con asientos para seis adultos y un niño. La silla infantil aparece en las imágenes facilitadas por Skoda entre la primera y la segunda filas y justo en el centro, posición que la marca considera la más segura para los más pequeños.

Las butacas están fabricadas en poliéster completamente reciclado, un signo de respeto animal que se suma al ambiente de alto refinamiento y sofisticación que preside el interior del modelo.

Tanto la del conductor como la del acompañante pueden girarse ligeramente hacia dentro, funcionalidad prevista en una de las dos configuraciones posibles para el interior del Vision 7S: Conducción y Relajación.

En esta última, concebida para cuando el coche está parado, el volante -de solo dos radios y aspecto parecido al que se asocia a las naves espaciales- se mueve para dejar más espacio al conductor, la pantalla central de 14,6 pulgadas se gira y los asientos delanteros giran igualmente y se reclinan para que los ocupantes de la segunda fila gocen de una visión más despejada y puedan charlar con los de la primera.