Como es bien conocido, el segmento de los todocamino pequeños, también llamado B-SUV, es el que experimenta ahora mismo un mayor crecimiento en mercados como el español y el que recibe, en consecuencia, un mayor número de novedades. Algunas de las más interesantes son las tres que hemos reunido en esta comparativa: el Kia Stonic enfrentado a su hermano el Hyundai Kona y a uno de los futuros superventas (ya lo empieza a ser) de la categoría, el Seat Arona.
Para el enfrentamiento hemos escogido versiones de gasolina en el entorno de los 120 caballos que tienen Kona y Stonic (por 116 del Arona), que comparten propulsor. Se trata en ambos casos de modestos motores de tres cilindros y un litro de cubicaje que se caracterizan por un consumo moderado pero garantizan al mismo tiempo unas prestaciones satisfactorias para un tipo de coche que, al fin y al cabo –a pesar de su tamaño contenido–, necesita más aporte de potencia que un utilitario equivalente.
Siendo los tres más que suficientes, nos quedamos con el del Arona por capacidad de aceleración, fuerza disponible a bajas revoluciones y gasto de combustible más parco. En este apartado sale mal parado el Kona: pesa notablemente más debido a los refuerzos y ajustes específicos de un chasis preparado para montar tracción a las cuatro ruedas, algo que no ofrecen ninguno de sus dos rivales.
Apuntemos aquí que el modelo de Hyundai dispone de las mejores capacidades off road, no solo por esa eventual tracción total, sino también por sus ángulos característicos, su altura libre al suelo y la disponibilidad del siempre práctico control de descenso de pendientes. El Stonic es el que menos juego dará en campo a aquellos que se decidan alguna vez por las excursiones fuera del asfalto, pero a cambio saca buen provecho de su ligereza. Aunque quepa suponer lo contrario, no usa la misma plataforma que el Kona pese a pertenecer al mismo grupo automovilístico.
El Kia, de hecho, comparte base estructural con el utilitario Rio, y eso se aprecia en la postura al volante, que es, de las tres en liza, la más parecida a la de un turismo. Ese origen se pone de manifiesto también en las cotas interiores, más bien angostas. Nada que afecte, eso sí, al conductor, que disfruta de una posición holgada, con los instrumentos muy a mano y una pantalla central a la altura y con la inclinación más idónea de los tres modelos. En cuestión de maletero, el orden en que se sitúan los contendientes por cubicaje es, de menor a mayor: Stonic, con 332 litros; Kona, con 361; y Arona, que alcanza los 400 litros justos.
Para el uso en carretera que es habitual en este tipo de coches, el Arona resulta la opción más agradable, pues tiene un punto deportivo muy característico de la marca española que se traduce en muy escasas oscilaciones de la carrocería, más palpables en los otros dos modelos.
Según es costumbre en los fabricantes coreanos, Kona y Stonic ofrecen equipamientos de serie cerrados, sin apenas extras que añadir, y algo más abundantes, en principio, que los de las versiones equivalentes del Seat, que, eso sí, dispone de más posibilidades de personalización y dispositivos tecnológicos en opción. A igualdad aproximada de dotación, el Kia parte de menos de 18.000 euros, por 19.140 del Hyundai y 19.480 del Seat, siempre según tarifas oficiales sujetas a posibles descuentos.
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