Con el Optima PHEV, Kia presenta la única berlina híbrida enchufable del segmento D que podemos encontrar en el mercado español junto con el Volkswagen Passat GTE, mucho más costoso. El nuevo modelo reemplaza al Optima 2.0 Híbrido, que no disponía de la posibilidad de recargarse en la red y dejó de comercializarse en 2013.
Con las baterías cargadas completamente, operación que lleva unas cinco horas, el Optima PHEV (de Plug-in Hybrid Vehicle) puede recorrer en modo eléctrico 54 kilómetros siempre que no se superen los 120 km/h, de manera que puede servir a algunos usuarios para ir y volver del trabajo, por ejemplo, sin gastar un céntimo en gasolina. Si no tenemos un enchufe a mano y la batería está a cero, el motor de combustión es capaz de cargarla hasta un 25%.
Sumando el empuje del propulsor eléctrico a los 156 caballos del de gasolina de dos litros y ciclo Atkinson, el resultado es una potencia combinada de 205 caballos que permiten al coche moverse con desenvoltura en carretera y con extrema suavidad y agilidad en el tráfico urbano, donde además podemos recargar batería cada vez que frenamos y levantamos el pie del acelerador dejando que el coche avance por inercia.
Sin duda lo mejor de la nueva propuesta de Kia salta a la vista (más bien al oído) por comparación con otros coches híbridos que recurren a un variador continuo para el cambio de marchas. Aquí se emplea una transmisión automática convencional, de seis velocidades, que evita el molesto ruido del motor a altas revoluciones y, además, puede utilizarse en modo manual, lo que resulta más entretenido y facilita el uso del freno motor en las bajadas pronunciadas.
Por lo demás, la manera en que interactúan el motor eléctrico y el de gasolina es muy suave y casi siempre pasa inadvertida para los ocupantes. En la consola central se hallan los mandos que permiten escoger la utilización 100% eléctrica, la que prima la eficiencia dentro del modo híbrido y la normal.
El consumo medio obtenido en nuestro recorrido de pruebas habitual ha sido de 6,4 litros/100 km, una cifra muy razonable para un motor de gasolina de notable cilindrada aunque lejano del homologado por el fabricante (1,6), que resulta de un ciclo de homologación en el que los híbridos enchufables realizan parte del test en modo eléctrico, es decir, con gasto de combustible nulo.
La mayor pega que cabe poner al Optima PHEV proviene de su propia naturaleza. Al precisar de baterías para funcionar y estar alojadas éstas tras los respaldos posteriores, el maletero sufre una merma de 203 litros respecto al Optima convencional: los 307 litros disponibles son decididamente pocos para una berlina de este tamaño, capaz de albergar con comodidad a cinco personas. El depósito pasa de 65 a 55 litros, pero esto no representa un problema dado que el consumo de esta versión es sensiblemente inferior.
A pesar del sobrepeso que comporta la tecnología embarcada, el coche –a la venta por 38.215 euros– no muestra torpeza en ningún momento y exhibe un comportamiento aplomado y fino en carreteras y autopistas.