Lexus LBX, el lujo más desenfadado

Con el LBX, la firma premium japonesa Lexus se ha propuesto demostrar que el lujo no debe ir acompañado necesariamente de vehículos de gran tamaño. El recién llegado a su gama es, de hecho, el modelo más pequeño de los que han salido nunca de sus factorías, pero sin que ello signifique renuncia alguna a los estándares de glamur y refinamiento a que nos tiene acostumbrados.

Tanto la carrocería como el interior del Lexus LBX transmiten una calidad de clase superior, del estilo que cabe esperar de un coche más grande, de un segmento más elevado al que éste pertenece por dimensiones exteriores. Al mismo tiempo, su diseño presenta un aspecto más fresco, de lujo casual, que refleja el gusto contemporáneo, y su notable factura de fabricación se sirve en una forma más desenfadada.

Considerado por la marca nipona como una suerte de mini RX —actualmente el buque insignia de su catálogo SUV—, el LBX se ha revelado desde las primeras tomas de contacto como un vehículo que sorprende además por su tacto de conducción. Sobresale, sobre todo, por su confort acústico y de rodadura, así como por la calidad de sus acabados.

Conforme a los gustos actuales, Lexus ha optado por ofrecer al cliente más opciones donde escoger, en línea con su apuesta por dispensar el lujo más personal posible. Lejos de la estructura tradicional de versiones del modelo, la prioridad es ahora el estilo y el atractivo sensorial, lo que se traduce en varios ambientes para escoger: Elegant, Relax, Emotion y Cool.

Cada uno de ellos evoca un carácter distinto —refinado, dinámico, deportivo— por medio de diferentes colores y del tacto y la imagen de las tapicerías y los acabados. Y en sintonía con las inquietudes medioambientales de cada vez mayor parte de la población, es posible elegir un interior sin cuero como alternativa al Ultrasuede o al exclusivo cuero de semianilina, un material que hasta ahora había sido exclusivo de la berlina de representación LS.

De impulsar el coche se encarga un sistema híbrido de 136 caballos que se nutre de dos componentes principales: un motor de gasolina de tres cilindros y 1,5 litros de cilindrada cuyos componentes se han rediseñado con el fin de mejorar la eficiencia, de una parte; de otra, un propulsor eléctrico de 69 kilovatios (kW) que se alimenta de una nueva batería de tecnología níquel metal hidruro bipolar, capaz de ofrecer mayor aporte de potencia en aceleración y ampliar el rango de conducción en modo 100% eléctrico.

La calidad del LBX se acompaña de un despliegue de tecnología que agrupa, entre otros elementos, un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, pantalla central de 9,8“, sistema de asistencia al aparcamiento, portón eléctrico y carga inalámbrica para móviles. Si estamos atentos a los detalles que solo cabe considerar premium, es obligado mencionar el head-up display, opcional, un purificador de aire Nanoe X, el muy refinado dispositivo electrónico de apertura de puertas e-Latch y la iluminación ambiente configurable.  

En lo que concierne a las sensaciones de conducción, quien se sienta al volante disfruta de la vista dominante que es tan apreciada hoy en día en todos los SUV, además de un cuadro de mandos situado más bajo de lo común y un parabrisas de gran amplitud. Al mismo tiempo, la posición del asiento recuerda más a la de una berlina, lo que transmite una gratificante sensación de control.

Gracias al concepto Tazuna de Lexus que rige el diseño del entorno del conductor, los controles y las fuentes de información se pueden utilizar con un movimiento mínimo de las manos y los ojos, a fin de no apartar la vista de la carretera. La forma y el ángulo del volante, así como la posición de los pedales, se han determinado con precisión, mientras que la pantalla totalmente digital del panel de mandos se puede personalizar tanto en términos de apariencia como de contenido, según las preferencias del conductor o las prioridades del desplazamiento de que se trate.

Obsesión por el detalle

Para disfrutar de una experiencia de usuario aún más fluida e intuitiva, el LBX está equipado con el sistema multimedia Lexus Link Connect, que se maneja mediante la citada pantalla táctil central, o bien a través de un sistema de control por voz que responde a peticiones en una entonación más natural. La atención al detalle se observa, por su parte, en los sencillos mandos físicos del equipo de sonido y el aire acondicionado.

Con 4,19 metros de longitud, el benjamín de Lexus es el modelo más pequeño producido hasta ahora por la marca. Pese a esas cotas tan contenidas, dispone de un maletero de 332 litros de capacidad; esto en las versiones con tracción delantera, porque las de tracción total, E-Four de acuerdo con la nomenclatura de la firma japonesa, se quedan en 284 litros. Esta última variante introduce un pequeño motor eléctrico adicional, emplazado en las ruedas traseras, que entra en funcionamiento de forma automática, hasta 70 kilómetros por hora, cuando se produce falta de agarre o al tomar curvas.

El cuidado por el detalle propio de Lexus se manifiesta en múltiples señales diseminados por el habitáculo. Las más sofisticadas son tal vez el diseño del cuadro de mandos, que fluye hacia las puertas para crear una sensación envolvente, o el empleo de materiales blandos al tacto, incluidos los laterales acolchados de la consola central. La influencia de la artesanía Takumi de Lexus y la estética tradicional japonesa también se observan en las nuevas inserciones Tsuyasumi, con acabado de carbón, y en la opción de costuras de estilo Tatami en la tapicería.

La gama LBX ofrece, por último, un amplio abanico de equipamientos que se salen de lo corriente, como el asistente climático que optimiza constantemente las fuentes de calefacción y refrigeración para cada ocupante, así como la posibilidad de montar un exclusivo equipo de sonido Mark Levinson dotado de 13 altavoces y diseñado expresamente para la arquitectura interior del LBX.