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Mazda afina la estética y el rendimiento de su CX-3

R. T.

El mercado de los SUV compactos continúa su carrera imparable por imponerse en las ventas totales a los turismos convencionales. Caso paradigmático de esta tendencia es el de Mazda. La marca japonesa se ha ‘SUVeizado’ de tal manera que sus dos apuestas en la categoría, CX-5 y CX-3, acumulan el 60% de las entregas totales, superando al que hasta no hace mucho era el modelo franquicia de los de Hiroshima: el Mazda3.

En esta coyuntura, Mazda vende desde hace un año una nueva generación del modelo grande y ahora, desde el último trimestre de 2018, le toca al turno al benjamín. El CX-3 se actualiza con cambios que afectan al diseño, el equipamiento, los motores y el chasis; es decir, una importante mejora justamente en un momento en el que varios actores nuevos han aterrizado con fuerza en la categoría: Toyota CH-R, Volkswagen T-Roc o Hyundai Kona, especialmente.

El Mazda CX-3 2018 presenta una evolución del concepto de diseño KODO, destacando una nueva parrilla delantera, unos grupos ópticos con iluminación Full LED, un nuevo acabado en negro brillante para los embellecedores y los guarnecidos de nueva factura en pilares y molduras laterales. En esta materia, Mazda introduce unas llantas de aleación de nuevo cuño y 18 pulgadas de diámetro y el color rojo para la carrocería Soul Red Crystal.

En el habitáculo los cambios son pocos, pero sensibles al uso diario del vehículo. Por ejemplo, destaca la inclusión del freno de estacionamiento eléctrico, que rediseña el aspecto de la consola central para dar cabida a un reposabrazos delantero con un espacio portaobjetos. También se ha agregado en la fila trasera, en la plaza central, otro reposabrazos con dos huecos para portavasos.

Construido con buenos materiales y una notable terminación, el habitáculo presenta diferentes atmósferas en función del acabado. De esta manera, en los niveles más básicos (Origin y Evolution) el Mazda CX-3 incluye unos asientos con tapicería negra de tela, semipiel negra (Zenith) o piel en color blanco (Zenith Pack White).

Uno de los grandes campos de mejora del saliente CX-3 era en el área de conectividad. Mazda ha cumplido lo prometido y ahora presenta un sistema multimedia MZD Connect optimizado. El nuevo modelo permite a los clientes iPhone (Apple CarPlay) y Android (Android Auto) integrar funciones para realizar llamadas telefónicas, enviar mensajes o escuchar música a traves de sus dispositivos móviles.

En cuanto a seguridad, el Mazda CX-3 2018 introduce el nuevo control de crucero adaptativo (MRCC) con función Stop & Go. El sistema mide a través de un radar la velocidad relativa y con una cámara frontal la distancia con respecto al vehículo precedente. Disponible con las versiones automáticas, esta tecnología controla automáticamente el motor y los frenos, llegando a detener y a reanudar la marcha si está activado. Su velocidad mínima de detección ha pasado de 30 a 0 km/h. Una vez en marcha, acelera automáticamente y sigue al vehículo precedente a una velocidad apropiada.

Por su parte, los motores gasolina SKYACTIV-G y diésel SKYACTIV-D reciben mejoras para reducir su nivel de emisiones, conforme a los requisitos del nuevo ciclo de ensayo WLTP/RDE, y cumplir el reglamento de emisiones Euro 6d TEMP. De esta manera, el fabricante ha sustituido el diésel de 1.5 litros y 105 caballos por uno de 1.8 litros con 115 caballos, mientras que el bloque de gasolina de 2.0 litros menos potente pasa de 120 a 121 CV, quedando como la opción superior de la gama el 2.0 SKYACTIV-G de 150.

La gran novedad de la gama, el 1.8 turbodiésel, destaca por una entrega de la potencia máxima a un régimen más alto de revoluciones (4.000 rpm), así como un abanico de revoluciones más amplio de par, que se mantiene constante en 270 Nm entre 1.600 y 2.600 rpm. Además de las emisiones de CO2 (desde 114 gramos por kilómetro), y por lo tanto un consumo homologado muy ajustado (desde 4,4 l/100 km), Mazda ha reducido al máximo la rumorosidad y las vibraciones intrínsecas a un diésel.

El Mazda CX-3 2018 está disponible tanto a la tracción total como a la delantera delantera, aunque la primera sólo está disponible en el propulsor de gasolina de 150 CV (de hecho es la única opción en su caso) y en el diésel. De igual manera, ofrece la posibilidad de elegir entre dos cajas de cambio de seis velocidades, una manual y otra automática.

Por último, Mazda ha retocado distintos aspectos del chasis y la carrocería para mejorar el confort de marcha del CX-3, sin perder esa pizca de deportividad dinámica que lo distingue desde su lanzamiento. De esta manera se han optimizado los muelles de la suspensión, aumentado el diámetro de los amortiguadores delanteros, reducido el de la barra estabilizadora y modificado la dirección de asistencia eléctrica. Mientras que para reducir la rumorosidad se ha incrementado el espesor de los paneles de la carrocería y añadido un material esponjoso al sellado de las puertas.

La gama CX-3 2018 arranca en un precio de 20.645 euros, correspondiente al motor de gasolina de 121 CV y el acabado Origin. En ciclo diésel, la oferta se inicia en los 21.845 €. A estas tarifas se aplica un descuento de lanzamiento de 2.000 €, y otros 1.096 € si se opta por la opción de financiación Promofinance o de otros 700 si el cliente se acoge al plan FlexiOpción de Mazda.

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