El Mazda6 eleva el listón de la calidad

Pedro Umbert

Mazda acaba de someter a su berlina, el Mazda6, a una puesta al día que comprende discretos cambios estéticos y mejoras más profundas en el orden mecánico, de equipamiento y de acabado que sitúan a la calidad y el refinamiento como sus objetivos más destacados.

Ya disponible en los concesionarios, el nuevo modelo se vende como hasta ahora en carrocería de cinco puertas y familiar (Wagon), ambas al mismo precio. La gama está integrada por cuatro acabados: Evolution, Evolution Tech, Zenith y Signature, y los precios están comprendidos entre 30.375 y 39.675 euros, aunque aplicando el descuento base de lanzamiento y la financiación de la marca, esas cifras se reducen hasta los 24.978 y los 38.578 euros, respectivamente.

En cuestión de motores, el catálogo se compone de dos propulsores de gasolina, un 2.0 Skyactiv-G de 145 CV y un 2.5 de la misma familia y 194 CV, este dotado de sistema de desactivación de cilindros, y dos diésel de 150 y 184 CV que utilizan el mismo bloque 2.2 Skyactiv-D. Todos ellos se han homologado con arreglo al nuevo protocolo WLTP/RDE y cumplen la normativa de emisiones Euro 6d-Temp, que entra en vigor en septiembre de 2019.

Los cuatro motores se pueden asociar a una transmisión manual o automática de seis velocidades, a excepción del 2.5 Skyactiv-G y del 2.2 Skyactiv-D de 184 CV con tracción total, que únicamente pueden montar cambio automático. Los modelos de gasolina tienen tracción delantera y los de gasóleo la tienen delantera o a las cuatro ruedas, pero sólo en la carrocería Wagon.

El nuevo Mazda6 incorpora, en función de las versiones, cuadro de instrumentos digital de siete pulgadas, head-up display, pantalla central de ocho pulgadas y sistema de visión 360º. Los asientos, ya no tan deportivos y sí más anchos y acolchados, pueden disponer de ventilación (además de calefacción) en la parte delantera y de calefacción en la trasera. La compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto es de serie en toda la gama.

Dentro del equipamiento de seguridad se incluye el control de velocidad adaptativo, ahora con función stop & go, el lector de señales de tráfico y los faros led adaptativos, que cuentan con campo de visión ampliado para luces cortas, función antideslumbramiento en carretera y un modo específico aumenta el alcance de los faros en autopista.

De lo que se aprecia a simple vista, lo más sobresaliente del modelo es un diseño que busca acrecentar la horizontalidad de líneas para transmitir la sensación de estar aún mejor asentado en la carretera de lo que ya lo estaba. La parrilla delantera se ha retocado con vistas a que el emblema de las alas de Mazda adquiera más presencia, y también son nuevos los grupos ópticos compuestos por 20 unidades led.

En el habitáculo se ha optado por el mismo estilo que en el exterior, y con pequeños detalles se consigue la misma impresión de que el coche es más amplio, por mucho que las cotas sean las mismas que las del modelo anterior. Lo que sí cambian son todos los elementos del interior excepto el volante y unos pocos botones. Nuevos materiales como la madera zen le otorgan al interior un ambiente distinguido y refinado que abunda en la estrategia de Mazda de elevar el listón de la calidad.

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