El grupo automovilístico Stellantis ha decidido responder a la relativa atonía del mercado eléctrico europeo, que en todo caso va por barrios, con una serie de iniciativas que ralentizan hasta cierto punto su adiós definitivo al motor de combustión. Una de las más relevantes ha consistido en transformar sus plataformas STLA, concebidas en principio como específicas para vehículos eléctricos, en plataformas multienergía que permiten construir toda clase de modelos dotados de diferentes grados de electrificación.
Otra medida importante es introducir la tecnología de hibridación ligera, en la que el consorcio ha aterrizado con algún retraso respecto a algunos competidores, a un sinfín de modelos de sus diferentes marcas. La francesa Peugeot, por ejemplo, acaba de hacerla llegar a los benjamines de su gama, los 208 y 2008, que estrenan de esta manera el distintivo Eco en su parabrisas, además de la denominación comercial Hybrid.
En el caso del 208, esa microhibridación de 48 voltios se ofrece en dos niveles de potencia, 100 y 136 caballos, mientras que en la variante SUV del utilitario únicamente está disponible en la variante más potente de las dos.
La base técnica del sistema de impulsión es la misma sea cual sea la versión de que se trate. Por un lado encontramos un motor de gasolina 1.2 PureTech con algunas modificaciones respecto a las variantes térmicas equivalentes: las principales, un turbo distinto, de geometría variable, y la distribución movida por una cadena y no por correa.
El ciclo Otto es reemplazado por uno Miller, provisto de un quinto tiempo en el que, mientras el cilindro sube, la válvula de admisión está parcialmente abierta durante unos instantes, circunstancia que favorece la eficiencia pero reduce su empuje. Para compensar esta última desventaja se ha dispuesto la sobrealimentación antes mencionada.
El otro actor clave en la tecnología de Stellantis es la caja de cambios de doble embrague y seis relaciones denominada eDCS6, que alberga en su interior un motor eléctrico que aporta 21 kW (28 CV) y 55 Nm de par motor.
La pequeña batería del sistema, de 0,9 kWh, proporciona energía suficiente para mover el coche por debajo de 30 km/h, algo distintivo de esta tecnología mild hybrid y que hace posible, en la práctica, que el 208 rebaje en 1,6 litros/100 km el consumo de un 1.2 PureTech con cambio automático de convertidor de par y sin hibridación. En el 2008 la mejora alcanza los 2,4 litros/100 km.
En carretera también existe cierto ahorro de combustible, y consecuentemente de emisiones de CO2, gracias en este caso a que el motor eléctrico permite recorrer los primeros metros sin necesidad de que el térmico empuje y es además capaz de asistirlo en los momentos de mayor aceleración con hasta 9 kW (12 CV). Hay otras condiciones en las cuales el motor eléctrico puede encargarse del movimiento del vehículo; así las maniobras a baja velocidad o la circulación en mitad de un atasco de tráfico.
Una cualidad añadida del sistema empleado en los Hybrid estriba en que el motor de combustión se puede detener cuando el conductor no acelera o el coche está descendiendo, siempre que ello tenga lugar a una velocidad inferior a 150 km/h. En este modo de funcionamiento a vela, la batería de 48 voltios se ocupa de suministrar la energía que precisan los componentes de sistemas como la dirección o el freno.
Consumos muy parcos
Dado que hemos conducido los 208 y 2008 Hybrid en condiciones demasiado heterógeneas para sacar conclusiones válidas, nos limitaremos a señalar aquí los datos de consumo oficiales, obtenidos según la preceptiva norma WLTP. El primero homologa, en su variante de 100 CV, una media de 4,5 litros/100 km, mientras que la versión de 136 CV, exclusiva del acabado GT, apenas empeora el registro en una décima. El 2008, siempre de 136 CV, ve elevarse la cifra hasta los 4,9 litros/100 km. Ni uno ni otro pagan Impuesto de Matriculación en ninguna de sus configuraciones.
El 208 Hybrid menos potente está a la venta desde 19.353 euros en acabado Active y alcanza los 22.576 en el más deportivo y equipado GT; en variante de 136 caballos, el precio sube poco más de 800 euros, hasta los 23.402. Si establecemos una comparación con el modelo con motor 1.2 de 100 CV sin hibridación y con cambio manual de seis velocidades, el extra que debemos pagar se sitúa en 2.190 euros.
Por lo que respecta al 2008 mild hybrid, cuesta 24.427 euros en versión Active, 25.791 en la Allure y 27.526 en la GT.