Así va el Omoda 5, el primer modelo que Chery fabricará en Barcelona
La firma china Omoda escogió España como punta de lanza para iniciar su desembarco europeo y recientemente se ha confirmado que fabricará algunos modelos en la antigua planta de Nissan en la Zona Franca. Entre los vehículos que producirá en Barcelona se encuentran el Omoda 5, que está ya a la venta y hemos podido conducir en una jornada de pruebas organizada en Madrid, y su variante eléctrica, que se denominará E5.
Esta última llegará al mercado español antes del verano, y a ella le seguirán en el curso del año otros dos vehículos del grupo Chery comercializados bajo su marca de lujo: el Jaecoo 7, que tendrá variantes de combustión e híbrida enchufable (PHEV), y el Jaecoo 8, disponible solo en versión PHEV.
El Omoda 5 es, pues, la avanzadilla de una ofensiva de producto que se asienta sobre tres pilares principales: una estética vistosa, especialmente en lo que afecta al frontal del coche, un equipamiento extenso y muy tecnológico y una relación calidad-precio ventajosa para los eventuales clientes.
Comenzando por lo que salta a la vista desde un primer momento hay que mencionar la parrilla delantera de gran tamaño y dotada de un efecto 3D rematada con pequeños destellos en forma de diamantes. Un techo que parece flotar debido al acabado negro de los pilares central y trasero y a las lunas traseras tintadas (de serie) es otro elemento de diseño distintivo del Omoda 5.
Pensado para un uso eminentemente familiar, el SUV asiático mide 4,40 metros de longitud y ofrece la amplitud suficiente para albergar en su interior cinco -aunque mejor cuatro- personas. Las plazas traseras son lo bastante generosas en espacio para personas de talla normal y se ven beneficiadas sobre todo por un piso prácticamente plano. La cota de altura es más justa en los asientos delanteros cuando el vehículo lleva techo panorámico, de serie en la versión más equipada de las dos a la venta. El maletero dispone de 360 litros de capacidad, ampliables hasta 1.075 con los asientos traseros abatidos, y de una superficie de carga también plana.
En el interior, el rasgo más destacable a nuestro juicio es un diseño moderno y atractivo que se acompaña, además, de una terminación que parece esmerada a grandes rasgos. Como resulta cada vez más habitual, el salpicadero se halla presidido por un panel que agrupa dos pantallas LCD de 10,25 pulgadas cada una, la primera dedicada a la instrumentación y la otra al sistema multimedia. Nos han agradado especialmente los asientos delanteros de una sola pieza e inspiración deportiva, que están confeccionados en piel sintética y cuentan con reglajes eléctricos, calefacción y refrigeración.
En la consola central se aloja un selector de velocidades elegante y de buen tacto que presenta una particularidad: el botón que normalmente permite cambiar de una función a otra sirve aquí para pasar -al pulsarlo durante dos segundos- del modo automático al manual de la transmisión, momento a partir del cual basta desplazar la palanca hacia delante o hacia atrás para subir y bajar marchas.
De mover el Omoda 5 se encarga un motor de gasolina de cuatro cilindros capaz de desarrollar 185 CV de potencia y un par de 290 Nm, dato este último que la marca ha decidido rescatar para presumir de él (suponemos) en la parte derecha del portón. Bien acompasado con el cambio automático de doble embrague y siete velocidades, el propulsor viene a moverse en el entorno de los 8 litros/100 km de consumo medio -en conducción real- y ofrece unas prestaciones vivas de las que dan fe los 7,8 segundos que invierte en pasar de 0 a 100 km/h.
Peor parado sale el modelo chino del análisis de su comportamiento. A pesar de las modificaciones introducidas -en tiempo récord, es justo subrayarlo- en la línea de producción tras las sugerencias de clientes y periodistas especializados, el ajuste de la amortiguación deja aún bastante que desear. Los apoyos siguen acusando movimientos un tanto inciertos y, en combinación con una dirección más bien imprecisa, no transmiten la seguridad necesaria para conducir con alegría en zonas de curvas.
Despliegue tecnológico
Por el contrario, el Omoda brilla en conectividad, al disponer de sistema multifunción compatible con Apple CarPlay y Android Auto, entradas USB delante y detrás, asistente de voz inteligente y carga inalámbrica para móvil, ahora ventilada para evitar sobrecalentamientos. En cuestión de seguridad, además de las cinco estrellas de EuroNCAP, cuenta con 13 dispositivos de ayuda a la conducción y siete airbags.
A nivel general, incorpora de serie faros y pilotos de led, llantas de aleación de 18 pulgadas, spoiler trasero y molduras deportivas, además de los elementos ya mencionados anteriormente. El usuario puede además gestionar el coche por control remoto mediante la llave, lo que engloba arranque, activación del aire acondicionado, desbloqueo a distancia y localización del vehículo por luz y sonido.
El Omoda 5 está disponible por 27.900 euros en acabado Comfort. Por 2.000 euros más, la Premium añade climatizador bizona, cámara de 360 grados, volante calefactado, portón trasero eléctrico, techo panorámico, faros antiniebla delanteros, sensor de lluvia, conmutador de luces cortas-largas, ocho altavoces y pintura bicolor, además de detalles en color rojo en carrocería, retrovisores y llantas. En ninguna de las dos versiones la elección de color exterior conlleva sobrecoste.
Para ahuyentar los temores que siempre puede acarrear inclinarse por una marca recién llegada a un mercado, Omoda cubre sus modelos con una garantía de siete años o 150.000 kilómetros. Por lo que hace a la disponibilidad de recambios, asegura que tiene a su disposición el 98% de las piezas del Omoda 5 en el almacén que ha contratado en Azuqueca de Henares (Guadalajara) y que garantiza su envío al taller que corresponda en el plazo de 24 horas.