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Polestar 3, el SUV eléctrico que apunta a lo más alto

El Polestar 3 es un SUV imponente que se acerca a los cinco metros de longitud.

Pedro Urteaga

Después de un aterrizaje suave de dos años en el mercado español, la marca de vehículos eléctricos Polestar pisa el acelerador de su andadura comercial con el lanzamiento de dos modelos de altos vuelos: el Polestar 4, un SUV cupé del que te hablamos hace pocos días (puede leer aquí el artículo), y el Polestar 3, este un SUV propiamente dicho del que ya podemos contarte también nuestras primeras impresiones.

Perteneciente al segmento E, uno por encima del Polestar 4, el tres mide 4,9 metros de largo y cuenta con una distancia entre ejes de 2,9 m que da lugar a un habitáculo sumamente espacioso en las plazas traseras. El maletero ofrece una capacidad de 484 litros, ampliables a 1.411 con los asientos posteriores plegados, en tanto que un compartimento bajo el capó delantero añade 32 litros ideales para transportar bien sujetos los cables de recarga.

Polestar, firma sueca propiedad del grupo chino Geely, ha trabajado con singular esmero la aerodinámica de su nuevo modelo, algo que queda muy patente al apreciar los spoilers que luce tanto en su frontal como en la zaga. En cuanto al dinamismo que nos cautivó en el Polestar 4, más bajo y contenido de dimensiones, se consigue aquí por otras vías, especialmente gracias a la incorporación de un diferencial trasero mecánico que ayuda a redondear la trayectoria de dicho eje en las curvas.

Además de su dedicación exclusiva a modelos 100% eléctricos, la otra seña diferencial de la marca escandinava es su despliegue de tecnología. En este caso engloba un sofisticado sistema de cámaras, radar y sensores de ultrasonidos -al que en 2025 sumará el LiDAR como opción-, la suspensión neumática activa y regulable en tres posiciones, los frenos Brembo de serie o el sistema operativo Android Automotive con Google integrado, servido aquí en una pantalla central de 14,5 pulgadas presentada en formato vertical, como en el Polestar 2, y no horizontal, como en el 4.

La parte del arsenal tecnológico embarcado que tiene que ver con la vigilancia del entorno está bien visible, porque la marca no quiere esconderlo sino hacer ostentación de él, en la franja del frontal del coche, llamada SmartZone, que se sitúa entre el final del capó y la pieza del paragolpes.

Por lo que hace a la tecnología que tiene que ver más con el refinamiento y el carácter premium, lo identificamos en detalles como los tiradores de puertas retráctiles, los asientos de cuero napa (opcionales) equipados con ventilación y masaje y las puertas dotadas de cierre amortiguado, entre otros elementos.

Por supuesto, el modelo sueco incorpora de serie bomba de calor, muy conveniente para extender en lo posible la autonomía de cualquier vehículo eléctrico -y más en uno, como este, que ni es ligero ni consume poco-, y actualizaciones OTA como la que permitirá disponer próximamente de Apple CarPlay inalámbrico, ahora mismo pendiente.

Los más melómanos gozarán además del equipo de sonido Bowers & Wilkins con 25 altavoces y tecnología envolvente Dolby Atmos que forma parte de un paquete, denominado Plus, incluido en la edición de lanzamiento (Launch Edition) del Polestar 3. En él se incluyen también el head-up display, la columna de dirección eléctrica, un dispositivo de control de calidad del aire con sensor PM 2.5 y el referido sistema de cierre suave de puertas. Este Pack Plus pasará a costar 6.000 euros en el modelo de 2025, cuyo precio de partida es más bajo, como veremos luego.

Un total de cuatro versiones

De mover el Polestar 3 se encargan dos motores eléctricos que entregan 489 caballos (517 en la versión Performance) que toman la energía de una batería de 111 kWh, una de las más grandes que pueden encontrarse hoy en día. La autonomía homologada en ciclo WLTP asciende a 628 kilómetros en la Launch Edition normal y a 561 km en la Launch Edition Performance. El model year (MY) 2025 verá aumentar ligeramente su alcance, hasta 631 km, debido a su menor nivel de equipamiento de partida.

Para el mes de febrero está prevista una variante provista de un solo motor eléctrico de 300 caballos que hará escalar el alcance entre recargas hasta los 650 kilómetros, empleando siempre la misma batería de 111 kWh, de los cuales 107 son útiles. Esta versión no llevará suspensión neumática, pero sí conservará el diferencial trasero mecánico y los frenos Brembo, por ejemplo. Llevará llantas de 20 pulgadas, a diferencia de los modelos Dual Motor, que las utilizan de 21 o 22“.

A pesar de que su arquitectura eléctrica es de 400 voltios, el Polestar 3 soporta potencias pico de 250 kW en corriente continua, con la que la recarga del 10% al 80% requiere 30 minutos. En corriente alterna, el máximo admisible se sitúa en los acostumbrados 11 kW.

La lista de precios se inicia en los 81.900 euros que costará la versión Single Motor y continúa con los 88.900 de la Long Range Dual Motor MY 2025. Las disponibles ahora mismo salen por 92.900 euros (Launch Edition) o por 99.500 si hablamos de la Performance.

Hay que precisar que ambas series de lanzamiento vienen cargadas con dos paquetes que el año próximo serán de pago: el ya mencionado Plus Pack y el Pilot Pack (2.800 euros), que comprende ayudas a la conducción como el Pilot Assist, encargado de mantener el vehículo centrado en el carril a velocidades de hasta 150 km/h (donde esté permitido).

En cuanto al modelo Performance, incorpora el paquete del mismo nombre, valorado en 6.600 euros y que incluye la actualización de software que permite obtener los 28 CV de potencia suplementarios a los de la versión estándar, un chasis ajustado por Polestar Engineered, llantas de aleación forjada de 22“ y características de diseño exclusivas.

Como adelantábamos al inicio, en 2025 estará disponible la extensión del Pilot Pack con sensores LiDAR de la firma Luminar, dotados de tecnología láser para detectar todo lo que sucede alrededor del coche. El paquete, por el que habrá que pagar 5.000 euros, integra además tres cámaras adicionales de alta resolución que ayudan a crear -en asociación con aquellos sensores- una imagen en 3D aún más fidedigna del entorno.

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