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Kia Sportage CRDi MHEV: viajero de larga distancia

La variedad de opciones mecánicas es uno de los factores clave en el éxito del Kia Sportage.

Pedro Urteaga

De todas las modalidades de hibridación que han ideado los fabricantes de coches, la que se combina con motores diésel es de las menos frecuentes en el mercado. Se trata de una solución al alcance solo de marcas con un catálogo de producto muy extenso y que tiene en su contra, sin duda, la mala prensa de los vehículos de gasóleo. Sin embargo, el sistema español de etiquetas ambientales, basado en el tipo de tecnología y no en el nivel de emisiones ni en ningún otro criterio individual de cada modelo, concede a todos los híbridos -de la clase que sean- el codiciado distintivo Eco. 

Entre ellos encontramos, pues, el Kia Sportage 1.6 CRDi MHEV que acabamos de conducir, parte de una gama amplísima que incluye versiones de gasolina y diésel, con y sin hibridación ligera, híbrida completa e híbrida enchufable. Esta variedad de opciones mecánicas es justamente una de las razones de la popularidad del Sportage en nuestro país, junto con una larga serie de cualidades que hemos ido desgranando en esta web en sucesivas pruebas del modelo coreano.

En el caso que nos ocupa, el sistema de impulsión emplea un motor diésel de 1,6 litros y 136 caballos al que asiste un motor eléctrico de 48 voltios alimentado por una pequeña batería de 0,44 kWh y que nunca impulsa el vehículo, sino que se limita a generar corriente eléctrica. Todo ello se añade a una transmisión automática de siete velocidades, con tracción delantera o a las cuatro ruedas, y suma un total de 1.600 kilos aproximadamente.

Una versión como esta se ha concebido lógicamente para lograr el mínimo consumo posible al tiempo que se esquivan las restricciones de circulación habituales en las ciudades de cierto tamaño, por cortesía de la referida etiqueta Eco. El gasto de combustible se sitúa aquí en un promedio inferior a 6 litros/100 km, y en carretera a velocidades moderadas es fácil acercarse a los 5.

En ciudad, el Sportage CRDi MHEV resulta menos eficiente, como ha sucedido tradicionalmente con los vehículos diésel. Pero no es esto lo más relevante: es en el tráfico urbano donde los coches equipados con este tipo de motor emiten los gases (principalmente óxidos de nitrógeno, o NOx) y las partículas más nocivas para calidad del aire -y por tanto para la salud-, razón que explica gran parte de las limitaciones que se les aplica.

Este mild hybrid diésel presenta, en consecuencia, su cara más favorable cuando se utiliza para largos desplazamientos por carretera. Por dos motivos principales: uno, porque es en ese terreno donde la menor necesidad de carburante intrínseca de un motor de gasoil para funcionar resulta realmente eficiente; y dos, porque fuera de los grandes núcleos de población el efecto contaminante de estas motorizaciones se diluye. Recordemos también que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no representan el mayor problema de los coches diésel, pues de hecho son inferiores a las de sus equivalentes de gasolina.

Con los parcos consumos que demuestra el Sportage en esta versión, los 54 litros de capacidad del depósito (a los que deben sumarse 14 de AdBlue) dan para recorrer larguísimas distancias en autovía o autopista, aunque siempre conviene parar descansar y estirar las piernas cada dos horas por mucho que no haga falta repostar combustible.

Un SUV de corte familiar

Los 136 caballos de potencia de la variante que hemos conducido permiten alcanzar los 100 km/h desde parado en 11,4 segundos. El dato transmite fielmente que estamos ante un modelo lo bastante rápido para desenvolverse bien en cualquier situación, pero siempre desde una vocación de vehículo familiar, tranquilo y poco adecuado para demostraciones de dinamismo. Como les ocurre a casi todos los coches que cargan con un motor muy pesado en el eje delantero, sobre todo si no disponen de tracción total, muestra además tendencia al subviraje (irse de morro) en las curvas.

En términos de capacidad de carga, conviene señalar que los mild hybrid diésel son los Sportage con maletero más limitado de la gama. No obstante, sus 526 litros son más que suficientes para transportar el equipaje de toda la familia, gracias también a la regularidad de formas que presenta el compartimento. La única diferencia perceptible con el resto de las variantes del modelo coreano reside en que la boca de carga se halla ligeramente más elevada.

Kia ha adjudicado al Sportage CRDi MHEV precios muy similares a los del híbrido ligero de gasolina, del que te hablamos en este artículo. En su versión más asequible, Drive, cuesta 39.990 euros; la intermedia, Tech, sale por 42.890 y la GT-Line se dispara hasta los 50.090 euros. En el caso de que se quiera además la tracción total, la factura asciende a 53.690 euros.

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