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Mercedes muestra que sus eléctricos son tan seguros como sus demás modelos

Momento del impacto entre el Mercedes el EQS SUV y el EQA.

Paula Ulloa

La firma alemana Mercedes-Benz ha llevado a cabo un experimento inédito para probar que sus modelos eléctricos dispensan a los ocupantes los mismos niveles de seguridad que aquellos que lleva fabricando desde hace un siglo. Concretamente, ha realizado la primera prueba de choque pública en la que colisionan dos vehículos 100% eléctricos. Además, ha querido ir más allá no solo de los requisitos legales, sino también de los habituales en las entidades que se dedican a este tipo de certificaciones.

La principal por nuestras latitudes es Euro NCAP, que estipula la realización de una prueba de crash test frontal en la que se utiliza un vehículo de 1.400 kilos contra una estructura de aluminio que replica la parte delantera de otro vehículo. De acuerdo con las especificaciones, el coche de ensayo y el objeto colisionan con un cierto solapamiento y a una velocidad de 50 km/h.

Pues bien, Mercedes ha usado dos eléctricos reales, un EQA y un EQS SUV, cuyo peso es significativamente mayor a lo establecido, en torno a 2,2 y 3 toneladas respectivamente, y ambos iban más rápido, a 56 km/h cada uno, lo que significa que la energía total del impacto era considerablemente superior a la exigida por ley.

La gran deformación de los coches tras la colisión puede parecer alarmante para los no expertos. Sin embargo, para los ingenieros de la marca, demuestra que fueron capaces de absorber eficazmente la energía de la colisión deformándose. Como resultado, la zona de seguridad de los pasajeros de ambos modelos permaneció intacta y las puertas pudieron seguir abriéndose.

En caso de emergencia, esto permitiría a los ocupantes salir por su propio pie o al personal de rescate, llegar hasta ellos. El sistema de alto voltaje del EQA y del EQS SUV se desconectó automáticamente durante el choque.

La prueba tuvo lugar en el Centro Tecnológico de Seguridad de Vehículos del grupo en Sindelfingen. El impacto, a 56 km/h y con un solapamiento frontal del 50%, corresponde a un tipo de accidente frecuente en las carreteras de doble sentido, por ejemplo durante una maniobra de adelantamiento fallida.

Tanto el EQA como el EQS SUV albergaban dos maniquíes adultos cada uno: tres mujeres y un hombre en total. El análisis de los hasta 150 puntos de medición por maniquí indicó un bajo riesgo de lesiones graves o mortales, lo que equivale a decir que las zonas de deformación definidas y los avanzados sistemas de retención de ambos vehículos ofrecen un elevado potencial de protección para los ocupantes en un choque de esta gravedad.

Todos los equipos de seguridad, como los airbags y los tensores de cinturón, funcionaron según lo previsto. La prueba de choque confirmó así los resultados que los ingenieros habían calculado previamente en numerosas simulaciones por ordenador. Además, este ejercicio pretendía explorar la interacción entre las estructuras de deformación de los distintos modelos implicados.

Maniquíes femeninos

En el asiento del conductor se colocaron sendas unidades del Hybrid III 5th Percentile Female, que es el maniquí femenino empleado actualmente en la industria del automóvil para las pruebas de colisión frontal. Corresponde a una mujer de aproximadamente 1,5 metros de altura y unos 49 kilogramos de peso. Según las estadísticas, solo el 5% de las mujeres de todo el mundo son más pequeñas o menos pesadas.

Mercedes-Benz lleva muchos años utilizando maniquíes femeninos de este percentil en el asiento delantero para diseñar sus sistemas de protección, algo que ahora exigen numerosas legislaciones y asociaciones de consumidores de todo el mundo. Otra mujer del mismo tamaño ocupaba en el EQA el asiento del acompañante, mientras que en el del EQS SUV se emplazó un maniquí Hybrid III del percentil 50, que representa a un varón de 78 kg y estatura media.

La firma de Stuttgart ha desarrollado para sus modelos 100% eléctricos un concepto específico de protección multietapa de alta tensión. El sistema consta de ocho elementos fundamentales para garantizar la seguridad de la batería y de todos los componentes con una tensión superior a 60 voltios, entre ellos el cableado positivo y negativo separados y un dispositivo de autocontrol de alta tensión que se desconecta automáticamente en caso de colisión grave.

La prueba de colisión frontal ha servido de argumento para una campaña de la compañía sobre seguridad de vehículos eléctricos que muestra, a cámara superlenta, lo que en la realidad no dura más que un abrir y cerrar de ojos. Lo que realmente importa en esta fracción de segundo durante un accidente es que todos los sistemas de seguridad funcionen de forma coordinada en el momento justo para proteger la vida de la mejor manera posible.

Esta interacción de todos los elementos involucrados es como una sinfonía clásica, razón por la que se ha dado a la campaña el título de Safety Symphony, la sinfonía de la seguridad.

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