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Bienvenido Mr. Zimmerman (o Bob Dylan)

Tres amigos han viajado desde Irlanda hasta a Murcia para poder asistir al concierto de Bob Dylan.  A la salida del concierto se hacen con el mejor souvenir posible para llevarse a casa: el cartel del concierto.

Sergio Casado

No voy a enumerar aquí todas las canciones que tocó ayer Bob Dylan porque apenas cambió nada de la lista que va realizando en toda la gira, la gran mayoría de los que íbamos ya sabíamos de antemano el principio y final de esta película.  Pero anoche, Bob Dylan nos dejó boquiabiertos a los miles de privilegiados que pudimos asistir a su concierto. Creo que ni los mas optimistas e incondicionales fans se esperaban algo así: Bob Dylan tiene voz de nuevo, y es tremenda. Puede que algunas de las canciones suenen muy diferente a su versión clásica, pero es que Bob Dylan se ha reinventado durante toda su vida, y ahí reside probablemente su autenticidad. Es una inspiración ver a un artista en una búsqueda permanente de nuevos matices de su obra. Personalmente, los nuevos arreglos de muchos de sus temas clásicos me parecieron sublimes y un ejemplo de cómo transformarte sin perder tu esencia, siendo fiel a ti mismo.

Yo estuve en la zona mas alta de la plaza, en la andanada, donde tuve una vista privilegiada de la simple pero grandiosa puesta en escena de Bob Dylan y su excepcional banda. Un hermano mío que me acompañaba, me dijo en tono de broma que sólo veía a Bob Dylan como un “pixel” pero pocos minutos después teníamos los dos los ojos en lágrimas cuando, durante una estremecedora “Simple Twist of Fate”, arrancó con la armónica por primera vez. Pocas veces, con tan poco, se consigue tocar lo más profundo del alma de las personas. 

Yo estuve horas antes a la cita, intentando documentar con mi cámara lo que significaba la visita de un mito de este calibre a nuestra ciudad, 20 años después de la última vez. Inicialmente pensé que la noticia estaría cerca de donde pudiera estar “escondido” Bob Dylan, pero enseguida me di cuenta que iba a ser imposible acercarnos ni lo más mínimo. En lugar de esta búsqueda a ninguna parte, empecé a entrar en contacto con los diferentes grupos de fans y asistentes al concierto. Bob Dylan, su música, su mensaje universal, atemporal, está en las personas y en sus historias. Cuanto más hablaba con muchos de los asistentes, muchos de fuera de España también, más me daba cuenta que la grandeza de esta leyenda está en cómo ha inspirado las vidas de millones de personas, de todas la edades y estratos de la sociedad. 

Muchas de estas historias las podéis ver más abajo en algunas de las fotografías que pude realizar, aunque sí tuviera que destacar alguna de ellas, fue la de Eugenio. Me lo encontré a eso de las 19h (2 horas antes de la cita) en la cola que ya había formada en la puerta de acceso de uno de los laterales de la plaza. Inicialmente, me llamó la atención la camiseta conmemorativa que portaba de la gira de Bob Dylan del año 1993, que me mostró con orgullo cuando se lo pedí. Me contó que había estado en conciertos anteriores en España y otros muchos países, un gran conocedor del artista sin duda. Me fui agradecido por nuestra breve charla y continué mi labor por otro lugar. Una hora más tarde, me volví a encontrar a Eugenio, la misma persona con la que hablé antes, pero en la puerta principal de la plaza de toros. Me extrañó que no estuviera dentro ya que antes estaba en la cola de acceso y le pregunté si estaba esperando a alguien. En ese momento fue cuando compartió conmigo su historia más personal, de la dolencia que padece desde hace años: hiperacusia, que le imposibilita poder estar presente en conciertos por el dolor que le provocan frecuencias de sonido tan altas. Eugenio no tenía entrada al concierto y aún así, no quiso perder la oportunidad de venir a empaparse del ambiente tan especial que se genera en una cita de este calibre y saludar a algunos antiguos amigos, acérrimos seguidores muchos de ellos. Antes de irme de nuevo, me dijo, con emoción y resignación, que intentaría escuchar algo desde fuera de la plaza en los exteriores cercanos. Eugenio me emocionó con su historia y me demostró que el mensaje que lleva Bob Dylan cantando desde hace mas de 50 años, cala en la gente de una forma especial como nadie más lo ha hecho.

Bob Dylan puede haber cambiado de nuevo, y seguro que la próxima vez que acuda con su gira 'Never Ending Tour' veremos algo diferente, pero siempre será Mr. Zimmerman y su mensaje será inalterable.

* Robert Allen Zimmerman es el verdadero nombre de Bob Dylan

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