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“Aún existe miedo en la Región de Murcia de hablar del franquismo”

El resultado de aquel trabajo es el documental `La Cárcel Vieja habla. Presos de la memoria´, que se proyecta el domingo 23 de octubre en la Filmoteca Regional.

Llama la atención que siendo tan jóvenes hayáis echado la mirada atrás a la represión franquista. O quizás justo por ser jóvenes os sentís más libres respecto al peso de la guerra civil y la dictadura. ¿Cómo lo veis? ¿Por qué os decidisteis a hacer un documental sobre la Cárcel Vieja?

Blanca: Los jóvenes también necesitamos conocer qué pasó durante el periodo más gris de nuestra historia. Nos pilla más de lejos que a generaciones mayores como puede ser la de nuestros padres, pero precisamente por ello deberíamos escuchar con más atención a las personas que vivieron aquellos hechos. Lo que nos motivó a llevar a cabo el documental fue precisamente el silencio intrigante que existe en todo lo que rodea a la antigua prisión provincial. Destaparlo fue sin duda nuestro objetivo y mayor motivación.

También he pasado muchas veces por la puerta de la Cárcel Vieja sin preguntarme qué pasó ahí, ¿por qué nos sucede esto?

Jeanette: Suponemos que porque es un “edificio cualquiera”, situado en una “calle cualquiera”, algo con lo que hemos convivido toda la vida y que vemos prácticamente a diario, como si fuera un Corte Inglés o un Starbucks. Pero no lo fue. Todos hemos utilizado la Cárcel Vieja como punto de encuentro. Es una referencia en nuestra ciudad y precisamente por ello es más difícil hacernos preguntas sobre por qué está ahí o qué pasó dentro.

Sabéis que la administración está pensando en darle un uso al edificio. Desde vuestro punto de vista, ¿qué tipo de espacio debería acoger?

Blanca: Nosotras pensamos que su función debería ser principalmente museística. Su ubicación es perfecta para ello. Tomamos de ejemplo casos como el de Auswitchz, en el que no se vivieron situaciones muy lejanas a la de la antigua prisión provincial de Murcia. Claro que la cultura también puede tener cabida, pero sin dejar de lado este aspecto.

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¿Nos da miedo la historia reciente de España?

Jeanette: Sí, sin duda. Si de algo nos hemos cerciorado con este proyecto ha sido del miedo que aún existe en la Región de Murcia de hablar del franquismo. La gente habla de reabrir heridas cuando es evidente que todavía no han sido cerradas. Nuestro objetivo es dejar de convivir con las mismas respuestas que nos han dado y empezar a hacernos nuevas preguntas. Preguntas que nos conduzcan a conocer simplemente lo que pasó y que seamos capaces de extraer conclusiones de todo ello.

¿Os habéis encontrado con algún obstáculo a la hora de hacer este documental por parte del Gobierno regional o la administración?

Blanca: [risas] ¿Obstáculos? Todos los posibles. El edificio pertenece a Patrimonio Municipal por lo que conseguir el permiso del ayuntamiento fue un proceso largo y costoso que no habríamos sido capaces de superar sin tesón y horas, muchas horas. Hemos tenido que dedicar meses y meses para conseguir entrar en la prisión. Además, dos de los partidos políticos mayoritarios no quisieron colaborar, Ciudadanos nos dejó tiradas en dos ocasiones. El concejal del Partido Popular directamente ni contestó al teléfono. ..

Sin embargo, la gente de a pie se ha volcado con nosotras. El documental no habría sido posible sin la colaboración de todos y cada uno de ellos, desde el vecino que nos dejó acceder a su casa para grabar planos del inmueble, hasta el último protagonista que accedió a aparecer en el documental. Además de que la película se ha financiado gracias a un crowdfunding al que la gente respondió estupendamente. Estamos sinceramente agradecidas y por eso acceder a él será siempre gratuito, porque es un documental de la gente y para la gente.

¿Qué ha sido lo que más os ha llamado la atención de los represaliados del franquismo a quienes habéis entrevistado?

Jeanette: Elegir una sola historia nos resulta difícil. Todas eran emocionantes, cada testimonio individual nos acercaba más a la memoria colectiva. Cada declaración, desde el arquitecto Felix Santiuste de Pablos que consiguió que no se derribara la cárcel cuando el Ministerio pensaba instalar allí la nueva delegación de hacienda, hasta los débiles recuerdos de Angelita Martínez – ex presa de la prisión provincial que actualmente sufre de Alzheimer- , ha sido imprescindible para completar el puzzle.

¿En qué os ha cambiado haber hecho este documental?

Blanca: Hemos aprendido mucho, mucho, muchísimo. Desde el lado más meramente técnico hasta lo personal y profesional. Ha sido nuestro primer proyecto serio como periodistas y aunque tiene sus fallos creemos que no podríamos haber empezado de mejor forma. Hemos aprendido, sobre todas las cosas, a superar baches, porque hemos tenido muchos y de todos los tipos a lo largo de todo el proceso.

Nos sentimos orgullosas de lo que hemos conseguido y de poder compartirlo con personas como Pepe Castaño o José Fuentes. Entrevistar a gente de 100 años de edad y que vivió en sus propias carnes las crueldades e injusticias del franquismo nos ha hecho ver la historia de otra forma, más cara a cara. Aunque fueran hechos que habíamos estudiado o leído mil veces, verlos tan de cerca nos hace percatarnos de que es una realidad que no sólo existe en los libros de historia, sino que se vivió y aún sigue latiendo.

¿Hacen falta más documentales de este tipo?

Jeanette: Sí. Aún nos queda un largo camino para conseguir hablar de nuestro pasado sin complejos ni miedos. La guerra civil o el franquismo parecen, de primeras, temas muy manidos, pero en realidad existe un gran desconocimiento de ellos, y más en nuestra región. A nosotras nos gustaría seguir en esta línea; tenemos pensado continuar haciendo documentales, hay mil historias interesantes y desconocidas que merecen ser contadas.