Coque Malla: “Le pediría a los políticos que bajen el tono y la crispación”
Coque Malla, uno de los iconos del rock and roll de los ochenta y los noventa en España, líder de la extinta banda Los Ronaldos, presenta su nuevo disco '¿Revolución?' en el Auditorio y Palacio de Congresos Víctor Villegas de Murcia en la noche del 17 de Enero. Son muchas las canciones que guardamos en la memoria, cuantiosas aquellas que todavía seguimos entonando: 'No puedo vivir sin ti', 'Guárdalo' o 'Adiós Papá. Pero sin duda, su música es mucho más que grandes temas del pasado. Con su nuevo disco, enriquecido por ritmos y melodías dispares, y con colaboraciones como la de Kase.O , Jaime Urrutia y la Orquesta de Bratislava, hacen de '¿Revolución?' uno de los trabajos más completos del artista.
¿Quién es Coque Malla, según él mismo?
Uff… Lleva la humanidad veintiún siglos intentando averiguar quiénes somos… no lo voy a averiguar yo en una pregunta de un martes de enero. Soy una persona que dedica su vida a la música y al arte para olvidarme justamente de esa misma pregunta constante y tan aburrida que no tiene respuesta.
¿Cuándo sentiste, si fuera el caso, que dejaste de ser un ciudadano de a pie?
Ahora mismo estoy disfrutando de una fama y un éxito estupendos. Yo tuve un momento en el que una amiga me comentó: “Es tremendo lo que te está pasando, porque estás sufriendo lo peor de la fama: el hecho de que te reconozcan por la calle y pierdas tu intimidad, etc., pero no estás disfrutando lo bueno que tiene la fama: tener éxito, llenar los conciertos, ganar dinero…”. Era un momento complicado en mi carrera y era esa la situación. Ahora todo eso se ha revertido. A mí, por la calle, prácticamente no me conoce nadie; voy tranquilamente en el metro o a comprar al supermercado. Las reglas del negocio han cambiado muchísimo, los medios de comunicación han cambiado, las maneras de hacerle llegar las canciones a la gente… Así pues, hoy en día yo no soy una persona muy popular, pero sin embargo mis conciertos se llenan, que es realmente lo que me importa del éxito. El que me reconozcan por la calle a mí me importa un carajo.
En resumidas cuentas, cuando yo no estoy sobre el escenario soy un ciudadano de a pie, ¡y menos mal!, porque no sé si tengo yo la capacidad para vivir una vida absolutamente bohemia. Alguna vez la he vivido y te confieso que ha pesado, me ha pesado. Llevo una vida absolutamente normal, voy al supermercado, llevo a mis hijos al colegio… Lo que ocurre es que luego tengo una parte rara y extraordinaria, que es mi trabajo.
Formas parte de una generación maravillosa, de gentes y de artistas como Andrés Calamaro, Ariel Rot, Enrique Bumbury que allá por los ochenta triunfaban con su banda… Si analizamos el presente con los ojos del pasado, ¿dirías que sois unos rockeros venidos a menos o unos artistas reciclados y más completos?
(Risas) Fíjate, yo creo que el éxito que estoy viviendo ahora es mucho más interesante, completo, cómodo y luminoso que el que vivimos con Los Ronaldos. Se idealiza el pasado. Con el paso del tiempo se mira hacia atrás, y se esboza eso de “Oh, los Ronaldos, qué grandes y tal”, pero lo cierto es que la industria de antes era muy precaria y no era oro todo lo que relucía. El éxito que vivo con los discos que estoy haciendo ahora es un éxito mucho más sólido, con reconocimiento por parte del público, de la prensa… Y eso con Los Ronaldos, por ejemplo, no era igual. La prensa no nos tenía un cariño especial, por decirlo de alguna manera, y tocábamos gratis la mayor parte de las veces, la compañía tenía mucho control sobre nosotros, o al menos lo intentaban…
Siguiendo un poco con el pasado… ¿Te sientes súbdito de alguna de tus canciones?
No. En absoluto. Hemos estado durante numerosas giras sin tocar una sola canción de Los Ronaldos. Digamos que hubo un momento de recolocación del público, de mi repertorio y de mi propio camino como artista. Pero hace mucho tiempo que los conciertos se llenan de gente que viene a escuchar las canciones de los discos que yo estoy haciendo ahora. Desde 'La hora de los gigantes' pasando por 'El último hombre en la tierra' y ahora con '¿Revolución?'. Esa excitación que se produce en los conciertos de ahora está producida por las canciones de ahora, y no por la añoranza de las canciones de Los Ronaldos. No es este mi tipo de caso. Sí creo que otros compañeros se han quedado un poco anclados en el pasado. Pero yo he tenido la suerte de conectar con el público a través de las canciones que estoy haciendo ahora.
Hablabas antes de la industria, de cuán diferente era con respecto a la actualidad. En esta nueva industria, con estos canales de distribución de la música, las plataformas donde se suena en streaming… ¿Nos adaptamos por derecho o porque no queda más remedio?
Creo que se producen las dos cosas. La vida sigue, el futuro avanza, el progreso es imparable. Y en esto hay cosas que están muy bien y otras cosas que son una putada y que tenemos que adaptarnos a ellas. Las nuevas tecnologías, como a lo largo de la historia, han traído cosas maravillosas a la par que horrores.
Las plataformas en streaming, para mí, tienen una cosa muy perversa pero a la vez tienen algo increíble y maravilloso. Yo tengo que reconocerlo: he ampliado mi cultura musical muchísimo en gran parte debido a ellas. Recuerdo que hubo un momento de adaptación con todo esto en la industria, donde nos encontrábamos totalmente perdidos y que parecía que había caído el imperio romano… Pero lo hemos asumido, se ha aceptado y estamos ya adaptados a esta nueva situación. Y yo, particularmente, lo estoy disfrutando.
Oye, ¿qué fue de tu faceta de actor? ¿Cabe en tu imaginario algún proyecto al respecto?
La verdad es que no tengo nada planteado. Además, es algo que no echo mucho de menos. Creo que para ser actor tienes que dedicarle tu vida entera y estar implicado a tope. Yo estoy centrado en la música y, claro, esa faceta se va diluyendo.
Cuando de vez en cuando alguien se acuerda y me interesa el proyecto, y además tengo algo de tiempo… disfruto. Disfruto del proceso, del rodaje, pero yo estoy continuamente pensando en música, conciertos, nuevos proyectos, discos…
'¿Revolución?' es el título de tu nuevo disco. Esa revolución entre interrogantes, ¿es una forma de incitar a ella? –“¡Venga, vamos!”-, o es un cuestionamiento del propio significado de la palabra?
Se trata más de una pregunta sobre si la revolución es posible. Una pregunta hecha, además, con bastante ironía y escepticismo, con algo de pesimismo incluso. Y las posibles respuestas se dan en cada uno de los temas del disco, esta vez sí, con un cariz mucho más optimista.
¿Cómo ve un emprendedor como tú la situación política actual?¿Qué podría ser positivo para la industria de la música?
Pues fíjate, por parte de los políticos nada. No creo que haya que reivindicarles nada, simplemente que no metan la pata, que nos dejen trabajar. Creo absolutamente en la iniciativa privada para la cultura, como hacen los americanos, y así les va de bien y tienen la industria que tienen. No están constantemente esperando a qué “papá gobierno” o “mamá gobierno” les solucione la vida. Pero por pedir algo pediría sensatez. Sensatez y que bajen el tono y la crispación.
Cantas que “todo está en América” en el tema que lleva el título del continente. ¿En qué parte de América se encuentra y qué es ese todo del que nos hablas?
América es un símbolo en este caso. Un símbolo de las cosas que deseamos cuando no las tenemos y de cómo las deseamos. Y ese todo quizás se refiere a que cuando deseamos algo con mucha fuerza volcamos todas nuestras esperanzas en ese sueño. La canción es un ciclo en sí misma, de cuando deseamos las cosas, las conseguimos, las perdemos o nos damos cuenta de que no nos solucionan realmente las cosas, y vuelta a empezar.
¿Qué nos vamos a encontrar en los conciertos de presentación de '¿Revolución?', tu último disco?
Un show de rock and roll directo, energético, donde ocurren muchas cosas. Creo que es un viaje a través de todo lo que yo soy como músico, donde se pueden palpar todos mis sonidos, mis principales canciones, así como todo lo que soy y he sido como músico, autor de canciones y showman. Es, sin duda, un gran viaje alrededor de mi obra.
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