DeCorrido: artes escénicas emergentes a pesar de todo

Elisa Reche

Murcia —

Como este periódico, se puede afirmar que el Festival de artes escénicas emergentes DeCorrido se ha puesto en pie en la cuarta edición a pesar de todo. A pesar del escuálido apoyo económico institucional; a pesar de que las compañías que vienen de fuera de Murcia sólo reciben alojamiento, comida y dinero para el transporte; a pesar de que las pequeñas compañías locales se las tienen que ingeniar para encontrar sala de ensayo, para mostrar su trabajo y cobrar por él; a pesar de que el equipo organizador gana una suma mínima de dinero por mucho esfuerzo. Eso sí, una vez en pie el festival se convierte en una fiesta frenética de maratones en la que el espectador termina por rendirse en una especie de trance.

Esta edición se ha celebrado por primera vez en el Centro Párraga, en lugar de en las salas alternativas de las afueras de la ciudad. Si por una parte ha perdido cierto toque `underground´, esencialmente ha ganado en solidez, recursos técnicos y público.

El Festival DeCorrido y el Centro Párraga estaban predestinados, de alguna manera, a encontrarse. “Muchos artistas de artes escénicas contemporáneas del país señalan que el Párraga es uno de los mejores centros donde mostrar tu trabajo, así que me alegro de que las compañías puedan hacerlo aquí”, señaló Joaquín Lisón, director del festival. A pesar de su tranquilidad inherente, Lisón confesó haber tenido una crisis pocas horas antes del comienzo del festival por el tema de no poder dar un un caché a los artistas. “Es lo que nos falta para terminar de ser coherentes”, afirmó.

La caja negra del Centro Párraga se convirtió en un caleidoscopio de las propuestas escénicas más desconocidas. “Estos días Murcia es el foco de las artes escénicas contemporáneas del país”, zanjó Lisón. Y de una escena con un fuerte contenido político con temas recurrentes como la identidad de género, críticas a la clase política y a España, como ese país del que no sentirnos particularmente orgullosos.

Jueves o Patricia Pardo

La inauguración con el `Cul Kombat´ de la compañía valenciana Patricia Pardo no pudo representar mejor el `espíritu DeCorrido´, que se podría definir como transgresor y al margen de las exigencias del mercado. Patricia ya ganó con `Comissura´ el premio del público a la pieza de Largodecorrido el año pasado. “Para mí es tan importante estar el año pasado en la Chimenea en un polígono que en el Centro Párraga, cualquier público es importante”, dijo la clown valenciana después del combate escénico que mantuvo con su compañera Eva Zapico.

Pardo combina el gag clásico circense con la escena contemporánea con una voz única que se transmuta en tragicomedia. “El payaso te permite ponerte en fragilidad, de modo que el público ya está por ti y de repente le das la vuelta a la tortilla y les insultas o les planteas algo violento”, señaló Patricia.

“`Comissura´ habla de la corriente general que toman los `mass media´, de la realidad que construyen, de la violencia que también construyen ya enlazando con esta obra. A los medios les gusta hablar de sucesos, pero no de las causas primeras que generan la violencia machista. Es todo muy superficial”, afirmó la artista.

En `Cul Kombat´ se reivindica el culo como identidad de las personas, más allá de hombres o mujeres. “Como se dice en la obra, yo siempre me he sentido en el plano culo. La feminidad es un corsé. Hay muchas exigencias de todo tipo hacia las mujeres. Mucha feminidad, demasiada feminidad”, concluyó Patricia con una enorme timidez fuera del escenario.

Viernes o el palomo cojo echa a volar

Aunque destacaron muchas piezas, la estrella de la maratón del viernes se hizo esperar hasta el final. Paquito Nogales deslumbró con `El palomo cojo´: su capacidad narrativa y una puesta en escena de la performance vista desde el humor –“mi amigo que sabe mucho de performance dice que siempre tiene que haber sangre y un desnudo”. A pesar de que fue cuidadoso con los espectadores, hubo quien se salió del Espacio 5 con náuseas y mareo cuando Paquito comenzó a clavarse las plumas de palomo cojo que sus tías abuelas de alguna forma le colocaron a los siete años cuando les oyó decir “este niño nos ha salido muy sarasa”.

El testimonio de una España franquista que reprimió duramente la homosexualidad hasta con penas de cárcel y una indagación en la masculinidad hacen que esta pieza sea única, aunque en algún momento Paquito se dejara llevar demasiado por la pedagogía.

La precariedad económica del festival fue fuente de desencuentro entre los organizadores y Nogales, quien reivindicó una organización y un trato más cuidadoso “ya que no nos pagan nada”. Por su parte, la organización señaló que el `feedback´que habían recibido del trato a los artistas había sido muy positivo, “de hecho muchas compañías repiten”, señaló Lisón. Los premios del Público del festival son una buena forma de contrarrestar las carencias económicas con los 1.000 € destinados al Largodecorrido, junto con dos premios de 500€ para el Medio y dos de 300€ para el Corto. Todos actuarán en el Teatro Circo de Murcia en 2017.

En `1, 2 … muchos´ Brígida Molina Zapata & Pepa Bastida de Murcia expusieron de una forma original y visual la catalogación a la que nos vemos sometidos. Por su parte, tanto el espectáculo circense de la catalana Alba Comella `Insight´ como los `7 minutos´ de la rapera Raza rezumaron poesía y verdad.

El humor hilarante y crítico con el mundo laboral vino con `Workajolics´ de la compañía murciana Teatro Pequeño: con un escritorio, dos curritos desesperados con su trabajo y explosiones de música latina que ofrecían un contraste perfecto al mundo de la oficina, la obra tiene muchos puntos de conseguir un premio al Mediodecorrido.

“Está muy bien lo que se muestra en el Teatro Circo o Romea, pero también existen otro tipo de manifestaciones artísticas de compañías murcianas o incluso murcianos que están en Madrid o Barcelona que no muestran su trabajo aquí”, reivindicó Pilar Sola, otra de las organizadoras del festival.

TraspasArte puso en escena una gamberra `48:4=12 y/o la enfermedad de hacerse grande´ sobre el momento de transición entre la infancia y la pubertad, mientras que Miguel Andrés interpretó una humorística y brillante performance con `System´. Isabel Lavella contó con una violonchelista, un baúl y muchos sombreros para interpretar lo imperfecto en la danza performance `La silla menos cuarto´.

Sábado o que Viva España

La protagonista del sábado fue nada menos que España. Las piezas más potentes pusieron al país en la picota. Tanto la ciezana Irene García con su `Vi-va Es-pa-ña´, en el que bailó contemporáneo con sabor a flamenco al ritmo de la canción homónima y las declaraciones más absurdas de Rajoy. La bailarina se ganó al público con una fina ironía y la reivindicación de “ese país imaginario donde no se paga a los artistas”.

Celeste Ayus, una de las dos componentes del colectivo LasTwins, que el año pasado ganó el premio del público al Mediodecorrido, también bailó en `Radioactiva*´al ritmo de las palabras de varios políticos de nuestro país. La guinda final fue cuando se pasó la bandera española por la entrepierna mientras en su cabeza giraba una caja de cartón con los rostros de Rajoy y Trump.

Como cierre de lujo la compañía palentina Dif Vall Producciones rurales en la ciudad sorprendió con un Largodecorrido de ritmo hipnótico que también cuestionó la masculinidad en nuestro país con `Ejercicios prosapoéticos de nuestra prostitución española´. El `Homo polla´ dibujó con spray un pene sobre unos cartones y a partir de ahí se desdobló en un hombre robot y en una `tapu´ de la calle Ballesta de Madrid. Humor ácido y crítica ácida al machismo recalcitrante.

También reivindicativos fueron Actos Íntimos con `Pornocapitalismo. A sangre viva´ que no llegaron a cumplir la promesa de su interesante planteamiento con una pelea de gallos dentro de un ring de vallas metálicas acompañada de la música de una rapera. La dramaturgia se tornó errática y plena de lugares comunes. La explicación final de Santi Senso de que había una buena parte de la obra improvisada quizás lo explique, pero definitivamente la pieza perdió la batalla de denuncia al capitalismo, únicamente salvada por la fuerza de los intérpretes.

La otra mitad de LasTwins, Rosa María Masía, hizo un maravilloso “homenaje a las madres y las madres de nuestras madres” en `Diva Invisible´. Con los escuetos elementos de un vestido gris y trenzando y destrenzando su cabello, Masía consiguió hacer estremecer al público con su representación de las madres programadas para criar a toda una generación y que se han visto obligadas a cumplir múltiples roles. “Como madre me ha emocionado mucho”, señaló Conchi Meseguer, responsable de una deliciosa cantina donde peregrinar en los descansos de las maratones.

Dómix Garrido y Úrsula Bravo, por su parte, hicieron una sentida reflexión sobre dar dimensión real más allá de los medios de comunicación a los refugiados en la performance `Aylan K´.

La poesía visual animada se subió a escena con `La metamorfosis después de Kafka*´ de El Maquinista, mientras que `Las buscadoras de ondas´ de Zoo Cabaret pusieron el elemento más surrealista de la maratón. Mención especial merece la compañía de teatro murciana Más que subió a escena `1,2,3,4 amor´. Con la colaboración de miembros de Jesús Abandonado fue capaz de crear una delicada belleza con una reflexión sobre el amor con personas que no acostumbramos a ver en escena.

“Si hay una palabra que defina esta edición del DeCorrido para mí sería inquietud”, dijo Joaquín Lisón al finalizar el festival. Y sí, se percibió mucha inquietud entre las compañías que quieren emerger con unas propuestas que no acatan las pautas del mercado. Y esa inquietud hay que escucharla más alto y más fuerte si no queremos un teatro de cartón piedra y sin constantes vitales.