Su seña de identidad es la fotografía callejera. Quiere plasmar en sus obras una Murcia desde los ojos del turista recién llegado a la ciudad, captar rincones que pasan desapercibidos para nosotros para luego exclamar: “¡¿Esto es Murcia?!” Así es Pepe Jara, y el pasado jueves 9 de noviembre inauguró su nueva exposición en LOFT 113.
Seguramente hayas pasado por su lado. Es un fotógrafo muy silencioso que pasa desapercibido por la calle. No quiere molestar, solo busca el momento perfecto para capturarlo. Así es Pepe Jara.
Su pasión por este arte no es casualidad. Desde pequeño, sus padres le inculcaron el valor de la pintura y las exposiciones: “Provengo de un padre enamorado de la pintura, y de una familia que apostaba por los pintores murcianos. Recuerdo asistir a exposiciones en Chys, Yerba, a muchas galerías o salas de arte que hoy desgraciadamente han cerrado. He conocido a grandes pintores murcianos, incluso en mi casa tenemos algunos de sus cuadros”.
No obstante, su fascinación por la pintura se vio eclipsada cuando conoció la fotografía. Desde que tenía 20 años, Pepe frecuentaba la tienda Climent de la Avenida Constitución, donde revelaba sus fotografías analógicas, compraba carretes, papeles de fotografía: “Aquello era maravilloso”, decía con una sonrisa nostálgica. “Mucha gente fotografiaba por afición. Era algo que se hacía muy a menudo”.
Admite que, a pesar de que su fotografía está influida por los gustos de su padre, hay una pequeña diferencia entre ambos: “A mi padre le gustaban las pinturas donde representan paisajes con mucha melancolía, nostalgia y sin personajes. Personalmente, mis fotografías no muestran el paisaje por el paisaje, sino figuras humanas insertadas dentro de él. Sobre todo mi mujer y mis hijas, mis protagonistas favoritas”. Pepe se rió cuando le dije que los gustos de su padre me recordaban a los pintores románticos del siglo XVIII, añadiendo que a él le encantaba el arte moderno, y que, si tuviera que elegir entre el MoMa o el Prado, no tendría ninguna duda, a pesar de que su formación comenzara en la pintura clásica.
Después de hablar sobre el paso de los años y con ello, la aparición de nuevas cámaras, admite que le costó meterse en ese mundo, ya que no era la misma calidad que su analógica. Comparaba entre risas su primera cámara digital de 1 megapíxel y que, a menos que la publicara en internet a un tamaño muy pequeño, no compensaba. No se adentró en el mundo digital hasta que comenzaron a fabricar las cámaras de 16 megapíxeles, y en 2019 se dio cuenta que le transmitía la misma pasión y alegría que cuando las realizaba con su analógica años atrás. “Hago 50 fotos en una tarde, llego a casa, las descargo, elimino las que no me sirven y las elegidas suelo editarlas con Lightroom”. Añade que “una fotografía no necesita mucho tiempo, aunque hay veces que algunas sí por su proceso. Leí que la obra artística se impregna del trabajo que le había dedicado el autor, es decir, cuanto más tiempo empleado, más energía tenía esa obra. Cualquiera puede ser fotógrafo siempre y cuando le dedique tiempo a hacer fotos, a prepararlas, a nutrirse y tener una base”.
Después de hablar de su pasado, nos detenemos en el presente, en su nueva exposición en LOFT 113. “Se trata de una selección de fotografías sin un tema en común, solo buscaba que fueran impactantes. Todo artista (si pudiera considerarme un artista), debe de tener unos consejeros. En este caso, son mi mujer y mi hija Carlota. Ellas dicen que, si una fotografía no tiene el ‘Efecto WOW’, tengo que descartarla. Lo curioso es que siempre coinciden. Algunas de las fotos que publico tienen un contexto, un significado. Digo esto último porque, aparte de la fotografía, soy un lector apasionado, y a muchas de mis instantáneas, le otorgo un comentario que le da otro significado. Por ejemplo, ‘Salida nula'”.
“Este tipo de comentarios los llamo ‘nanorrelatos’: Añado un título a la foto, cobrando así una nueva visión. Este gesto tan simple une mis dos pasiones: la literatura y la fotografía ”. Pero Pepe más tarde añade una tercera pasión: cantar. “Tengo un disco que se llama ‘Neoncactus'”. Aprovecho este dato para preguntarle sobre Murcia y el panorama musical actual: “Es una gran potencia, superpuntera que llama la atención, y los grupos que están emergiendo son maravillosos. Murcia tiene que ponerse las pilas con el resto de creaciones artísticas porque el arte contemporáneo está ganando terreno y tiene más adeptos que hace 10 años”.