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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

“Si no te gusta lo que pincho, vete a otra sala”

Marina Gasolina y Carrie Palmer

Lucía Barbudo

Marina Gasolina tiene 39 años y con ella empieza el WARM UP. Lleva siete años pinchando y este viernes 3 de mayo a las 18h empezará la magia de su reggaetón distópico. Marina, explícame qué demonios vas a pinchar, por favor. Pues piensa que el reggaetón es como el pop, es un género gigante. Hay ritmos y estructuras que se repiten en el reggaetón más comercial y en el más underground, pero el que yo llamo reggaetón distópico es como yo me imagino que sonaría el reggaetón si el mundo se acabara, algo así como un after del after.

Carrie Palmer tiene 32 años y lleva seis años poniendo música, aunque matiza que de manera más profesional los últimos cuatro. Para su sesión del sábado a las 00.30 ha preparado un poco de todo, como viene siendo la tónica de un estilo muy propio marcado por el eclecticismo. Principalmente pincharé música urbana y world music, música electrónica que llega a través de otras vertientes del mundo. Quiero hacer una sesión que haga justicia a músicas que yo quiero que estén siempre presentes, reivindicar músicas para hacerlas accesibles, que la gente las conozca y que se puedan bailar.

Marina tiene claro que lo peor de ser una paya DJ son los payos que te explican cosas. Para Carrie lo peor son las lecciones: vivo mi vida a base de lecciones. Cuando eres chica quieren enseñarte, darte consejos. Aunque la primera respuesta ha ido por el campo de la música, no tarda en aparecer el género y la invasión del espacio en su lugar de trabajo; las dos coinciden en que lo peor con diferencia son las faltas de respeto, que te comenten si eres guapa o sexy y que no te dejen trabajar tranquila.

¿Cómo es eso de que se pinche reggaetón en un festival indie?

Marina: el reggaetón ahora mismo es tendencia y estos festivales están muy a la caza de lo que pasa en la música underground. Muchos festivales han roto con el rollo ese elitista, piensa en el Primavera o en el Sonar. Yo creo en la horizontalización de la música, me parece muy guay. Carrie: lo normal en un festival que se dice independiente es que acoja propuestas. La cosa es que hay muchas fórmulas, no sólo reggaetón, si no también dembow, trap o rap que se produce y sale de manera muy minoritaria y no están apoyadas por un gran sello en el sentido de que no las vas a escuchar en los 40 Principales ni en los festivales independientes. La gente ahora escucha de todo, hay mucho eclecticismo, y si no les pones lo nuevo, la gente se aburre, hay que meter las nuevas tendencias.

¿Existe la música de y para mujeres? depara

Carrie: Yo no creo que el arte esté centrado en ir a un género o a otro, creo que más bien se va asociando y creo que eso se está rompiendo también, ya hay muchas bandas de heavy metal integradas por chicas, por ejemplo. Aunque es cierto que la música feminista llega más a las chicas, conecta más con ellas.

Marina: Si lo que dices es muy poco inclusivo, si el lenguaje que utilizas está muy estereotipado y si eres parte de un cliché, supongo que sí, que sí habrá música de hombres y para hombres o de mujeres y para mujeres. También hay que pensar que hay muchos letristas hombres escribiendo canciones de cantantes mujeres. O si pensamos en Pablo Alborán, Justin Beaver, Bertín Osborne o Jesulín de Ubrique, (risas) son hombres que cantan para mujeres.

¿Qué creéis que aporta la música a la construcción o destrucción de los roles de género? Carrie: Todo. La música es arte, es cultura, está en la calle, está en la casa de la gente, está en la educación. La música que se está haciendo ahora representa mucho a la mujer joven, mucho más liberada, con menos complejos, menos machista, mujeres más orgullosas de ellas mismas. A mí la música me enseña mucho. Muchos artistas se están implicando en la deconstrucción del género; esto se ve muchísimo más claro en la música experimental, el underground está repleto de romper géneros.

Marina: El arte es una representación de la realidad y de cada persona, y claro, la realidad de una persona trans no va a ser la de un payufo de hace 15 años. Hay gente a la que le cuesta entender el arte contemporáneo y creo que con la música pasa también. Llevamos 19 años en el siglo XXI y ¿cuánto hemos tardado en adoptar los lenguajes del siglo XXI? El reggaetón, por ejemplo, ha costado muchísimo que llegara a las mayorías.

¿Qué opinión os merecen las críticas al reggaetón por ser un ritmo demasiado básico, repetitivo, nada técnico que siempre suena igual?

Carrie: Esas opiniones vienen de gente acomodada y acomplejada. Cuantos más complejos, más hater. Esa gente está criticando lo que sus mpadres les criticaban a ellxs y la anterior generación les criticaba a ellxs, ¿qué haces escuchando a los Sex Pistols si los Dire Straits son más elaborados? Le gente tiene que echar la vista atrás y pensar un poco. Hay cantidad de músicos virtuosos que no llegan a la gente, que no transmiten nada. Hay un complejo y un estigma muy fuerte con la música latina en España. Si no les gusta lo que estoy pinchando, que se vayan a otra sala. También te digo que a mí, personalmente, lo que me encanta son los que salen del armario del reggaetón; un día te los ves ahí, de repente, loquísimos, bailando, dándolo todo.

Marina: Joder, los Ramones tocaban tres acordes en todas sus canciones. Que la técnica te impida escuchar un tipo de música… hay que ser ignorante. Hay mucha desinformación y desconocimiento, el reggaetón es amplísimo. Es la misma tontería que decir a mí no me gusta el jazz o a mí no me gusta el rock’n roll cuando hay tantísimas variables dentro de esos géneros. De todas maneras, hay mogollón de discurso clasista y racista detrás de esas opiniones. También la crítica más recalcitrante al reggaetón, si te das cuenta, viene de señores, quiero decir, será gente con el dni joven, pero son muy mayores (risas).

¿Os parece que las campañas de boicot a cantantes o artistas son legítimas? ¿El artista y su obra va por un lado y la persona por otro, o cómo lo veis?

Carrie: Muchas veces las campañas de boicot tienen un efecto contrario y contribuyen a que de esa persona se hable más. Por otro lado, pienso que todos tenemos derecho a equivocarnos y dan mucho miedo los linchamientos. Estoy más por el debate y por hacer pedagogía que por el boicot. Mañana me puedo equivocar yo. Si pienso en otros casos, por ejemplo, en Michael Jackson, a mí el tema me genera conflicto, la verdad.

Marina: Para eso está la justicia, puedes poner una denuncia y que eso sea juzgado, pero a mí no me parece bien hacer un juicio sobre una persona que se está ganando la vida con eso. Las campañas de boicot a veces son como una jauría humana. Da un poco de miedo.

Y ya para terminar, contadme un poco qué queréis hacer antes de morir como DJs

Carrie: Nunca nada de lo que imagino me sucede. Me pasan cosas que nunca había pensado o no estaban en mis planes, como por ejemplo una pinchada que hice en la cárcel, fue una experiencia brutal para mí. Quiero hacer pinchadas que me sigan sorprendiendo. Una de las cosas que quiero hacer es producir, eso sí, y un sueño para mí sería pinchar en festivales grandes, festivales internacionales.

Marina: a mí me encantaría pinchar en un parking en un polígono. Recuerdo que una de las noches más felices de mi vida como DJ fue pinchar en una rave en una balsa de riego vacía. Yo quiero una rave de polígono.

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