Jazz San Javier disfrutó con un joven de 77 años: el pianista Monty Alexander

La penúltima jornada del XXIII Jazz San Javier resultó una noche memorable, gracias a dos excelentes conciertos que se desarrollaron sobre el escenario del Parque Almansa. Sus protagonistas fueron el pianista jamaicano afincado en Estados Unidos, Monty Alexander y su trío, que como en su visita anterior reiteró su maestría y facilidad interpretativa al piano y para conectar desde el minuto uno con el público. Tras él, una de las nuevas voces del “soul” en Europa, Steffen Morrison, cuya juventud procuró un espectáculo de primer orden al modo americano en un género, el soul, que parece ha vuelto para quedarse.

Una noche para recordar la que se vivió en Jazz San Javier el pasado sábado, con una primera parte a cargo del pianista Monty Alexander. El estadounidense de origen jamaicano regresaba al festival de San Javier en formato trío, con la ventaja del gran sabor musical que nos dejó en sus anteriores visitas en 2008 (XI edición)  y 2011 (XIV edición). Su repertorio es amplísimo y este chiquillo de 77 años juguetea sin parar con el teclado de su piano. Crea ambientes impensables o de muy difícil anticipación. Un ejemplo. Durante las pruebas de sonido de ese día, interpretaba una de sus piezas, pero por en medio introducía acordes de “Éxodo” o “007 James Bond” o el de un conocido calipso. En suma, sus conciertos no dejan impávidos a ninguno de los aficionados que acuden a verlo y, exactamente, eso es lo que sucedió en la primera parte de la jornada del sábado.

Un “¡Hola!” seguido de 53 segundos de música, nos dejó bien posicionados para que a partir de ahí, no se nos escapara detalle alguno. Monty no sólo sabe juguetear con su piano y animar a su trío -por cierto, colocando el batería a su espalda y el contrabajo a su izquierda; hay muchos pianista que lo hacen así, como Ignasi Terrasa-, sino que también domina el auditorio de cada una de sus actuaciones. Tras ese “Hola” inició el desfile con “Reggae Later”, de su cosecha pero con incursiones en trocito de otras piezas, “We’ve only just begun” o “No woman, no cry”, viejo y eterno éxito del recordado Bob Marley que como Monty, nunca olvida la música tradicional de su Jamaica natal.

Perfecto. El público correctamente situado y viviendo una alucinación musical con el trío de Monty Alexander conformado por el contrabajista Paul Berner y el baterista Jason Brown a quien el pianista presentó, antes de seguir con un calipso titulado “Funji mama”. Tras ello, un momento para tomar aire y dejar espacio a un viejo tema del añorado Nat King Cole con el que volvió a presentar a su trío e indicar que interpretaban ese éxito de su recordado amigo: “Nothing ever changes my love for you” (trocito de “As time goes by”, de la película Casablanca, de por medio). 

El concierto se desarrollaba de manera continua; es decir, casi se enlazaba una pieza con otra. Apenas unos aplausos del público y Monty Alexander trío comenzaban a tocar las primeras notas de otra composición suya o versión de otro autor, como la que sonó del también pianista Ahmad Jamal, en un pegajoso blues titulado “Night mist blues”. Monty es una cabeza calenturienta que no puede dejar de pensar en notas, en temas por todos conocidos; mezcla unos con otros sobre la marcha, le cambia el tempo y regresa al comienzo como si de un juego se tratara con el que divertirse y divertir a todo un auditorio. Es como pasar una velada con un buen amigo que sabe cómo entretenerte sin que te aburras.

Del blues de Ahmad Jamal, a uno de los grandes éxitos que obtuvo en vida Marvin Gaye; uno de los primeros y más importantes artistas de la Tamla Motown. La canción se titula “What’s going on”, de la que Monty Alexander regaló la versión pianística que recordaba uno de los discos más importantes de la historia del pop y de la música en general. No era cantada, pero creo que una mayoría de los presentes recordábamos la letra de aquella canción de Marvin Gaye que pedía más amor, más entendimiento para parar la guerra (la de Vietnam) y para que cuando se hacían protestas en las ciudades norteamericanas, la policía no arremetiera brutalmente contra los manifestantes. Por eso el título de esta canción “¿Qué está pasando? (”What’s going on?“). 

Y había que cambiar de escenario interpretativo. Como estaba en España, Monty Alexander dejó otra espléndida versión del “Concierto de Aranjuez” del Maestro Rodrigo, cuyo comienzo fue otro batiburrillo de trocitos de otras canciones conocidas y, entonces sí, comenzar tal y como lo hace esta partitura. El pianista intercambiaba tempos, añadía partes que pertenecían a su recreación sobre la base de la melodía que escribiera Joaquín Rodrigo. En suma, toda una fiesta para nuestros oídos. Aplauso unánime del público, puesto en pie, para premiar a este gran músico nacido en Kingston (Jamaica) y emigrado muy joven a los Estados Unidos.

Y el final, como no podía ser de otra manera a tenor de la dinámica de todo el concierto, una mezcla de “Summertime”, “Stranger in the Night”, “Summertime” de nuevo, “Tequila” y finalizar con “Brasil”. Todo ello comenzando con la melódica y finalizando en el piano. Bueno, el auditorio se venía abajo. ¡Qué Magisterio y sabiduría musical! Ese es Monty Alexander, señores. El premiado por Jazz San Javier con su Galardón Anual a Toda Una Carrera Musical, muy merecido. En el escenario, el concejal de Cultura y nuevo director de Jazz San Javier, David Martínez, y la primera teniente de alcalde María Dolores Ruiz que entregaba al músico este premio.

Agradecido por ello, el trío premió esta generosidad de San Javier con el tema “King Tubbys meets the rockers uptown”. Nuevo y unánime reconocimiento a todo un ARTISTA. 

En la segunda parte, el decorado iba a cambiar absolutamente. Llegaba un sonido potente y añorado por los más veteranos aficionados: El soul. Su artífice, el nuevo valor europeo del género más genuino, Steffen Morrison. Un artista europeo nacido en Ámsterdam que ha proyectado su carrera musical desde los Países Bajos y que se está convirtiendo en una auténtica figura de los nuevos tiempos musicales. Con una banda conformada por el teclista Elisha Amonoo-Neizer; el guitarra Alvin Lewis; el saxofonista Marc Mangin y el trompetista Randell Heye; más la sección rítmica conformada por el bajista Raoul Foe-Aman y el baterista Jeremiah Owusu Ansah, Morrison inició su concierto con una canción de su más reciente disco Soul Revolution (2020) titulada “Hold On Lovers”, que fue acogida por el auditorio con una gran ovación. 

Morrison posee ya muchos seguidores, no sólo en las redes sociales, sino en los diferentes canales que proporcionan música. Su estilo adoptado de los mejores del soul de los 60, 70 y 80 del pasado siglo XX ha sido, sin duda, su fórmula para acaparar tan rápido el éxito que sigue obteniendo. En esta su primera visita a Jazz San Javier, llevó a cabo una actuación rompedora, en la que los temas de sus dos últimos discos fueron la base para conquistar el escenario del Parque Almansa y a los muchos aficionados a su estilo, que llenaron por completo el aforo permitido por las medidas de la pandemia.

Canciones como “Soul Revolution”, “You’ve Been Hit By A Buttefly”, “Old Enough To Know Better”, “Little Bit Longer”, “Old Fashioned” o la que dio título a su disco anterior en 2018, “Movin’ On” sonaron como un trallazo refrescante que invadió todos los rincones del Parque Almansa (a pesar de las obras) y elevó la temperatura humana de quienes se mostraban ansiosos por poder bajar hasta el foso del auditorio a bailar y disfrutar al máximo de esta música. Una opción que este año no es posible debido, precisamente, a esas medidas anti covid 19 que hay que guardar.

Tras este primer disparo musical, Steffen Morrison presentó una canción que, concretó, es una oda a su hermana fallecida en 2014. En su recuerdo cantó “Let Us Not Wait Too Long”. Y la actuación prosiguió con piezas, insisto en que básicamente de sus dos últimos discos de estudio, con “Where I Wanna Be”, pieza en ritmo de balada, “Hanfull”, con la que presentó a la banda, “Positivity”, con la que pedía que en tiempos difíciles fuésemos positivos, o “The Art Of Being Human” en unos momentos para temas más tranquilos que nos recordaban aquellos tiempos de los 70, con los sonidos Motown o los de aquellas baladas que nos llegaban con los artistas de la Atlantic o el sello Stax.

La recta final de su primer concierto en Jazz San Javier nos mostró a un Steffen Morrison grandioso y espectacular que puede hacerte pasar dos horas inolvidables, en las que podrás disfrutar de toda la carga de profundidad que posee este género que tantos seguidores tuvo en aquellas décadas del pasado siglo XX pero que, sin duda, los jóvenes de entonces y los de ahora continúan siendo fieles al mismo. Así que para finalizar de manera brillante, otra serie de piezas como “Hard To Handle”, en los que había momentos que se encontraban giros vocales de Tom Jones (no se asombren, que el cantante escocés posee en su discografía sobradas muestras de lo que indico), “Stuck On The Moon”, publicada en 2012 y más en el soul que se escuchaba en los años 60, y “Do It All Again”, con la que cerraba un concierto arrollador que no dejó a nadie impasible. Ciertamente, todos los presentes agradecemos el que la organización de Jazz San Javier apostara por traer a Steffen Morrison porque ha sido, sin lugar a duda, todo un acierto como muchos recordarán en el tiempo.

En suma, una noche de contrastes pero siempre unidos como ramas del árbol del jazz con un Magisterio indiscutible del pianista Monty Alexander, que recibió el Premio a Toda una Trayectoria Musical. Después, el soul arrollador de un todavía joven artista de los Países Bajos que ha sabido conectar muy bien con un público que continúa siendo fiel a aquellos sonidos que invadieron todos nuestros mercados internacionales por las décadas de los 60, 70 y 80 del pasado siglo XX. La próxima cita será la noche de clausura de esta XXIII edición de Jazz San Javier, con el homenaje titulado “In Memoriam Chick Corea”, a cargo de los músicos españoles que en algún momento tocaron o grabaron con el desaparecido pianista norteamericano, de corazón español. No pierdan este hilo.