En memoria de Mari Trini, la voz rebelde de la Transición: “Si hubiera reconocido que era lesbiana no habría triunfado”

Elena Ortuño

18 de junio de 2022 22:44 h

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La RAE recoge la expresión 'mujer de bandera' como una mujer excelente en su clase; un dicho utilizado por Marisa López Soria para definir a la protagonista de su libro 'Mari Trini: la niña que llegó a ser cantante', ilustrado por Álvaro Peña. Rebelde, sensible, adelantada a su tiempo y lesbiana, Mari Trini fue la primera mujer que apareció en Televisión Española en tejanos mientras cantaba 'Yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla' un tema que, desafiando estereotipos, fue todo un himno para las mujeres. Sus acciones le acarrearon siempre una lluvia de críticas; la llamaban marimacho y patapalo, porque nunca enseñaba sus piernas. Pedro López Morales, coordinador del mencionado cuento y amigo de Mari Trini durante 29 años –hasta que la cantante falleció en 2009– recuerda que “ella, como artista, tenía un caparazón muy fuerte, pero en el fondo era una mujer sensible a la que le afectaban las injusticias: siempre estaba hablando de la gente que pasaba hambre, de las guerras, de la hipocresía…”.

Crítica y criticada

Mari Trini fue una figura cubierta por un halo de misterio. Siempre intentó mantener una vida privada alejada del foco mediático. Criada en una sociedad donde la homosexualidad tenía pena de cárcel, nunca reconoció de manera oficial su lesbianismo. Por esta razón Marisa López Soria decidió no introducir su orientación sexual en su cuento biográfico, editado por la Consejería de Educación de la Región de Murcia. “Si ella lo hubiera admitido, me parecería estupendo incluirlo en mi libro, pero entendí que en este caso no era pertinente. Creo que se dan las pinceladas suficientes para que cada uno saque sus propias conclusiones”, explica la escritora. Ante esto, Mar Tornero, vicepresidenta del colectivo LGTBI Galactyco, entiende que “ella jamás habría podido triunfar en el mundo de la música si hubiera hecho público que era lesbiana”. Tornero considera que su orientación sexual fue algo que marcó su día a día, especialmente por el momento que le tocó vivir y que, por ende, no puede obviarse en su biografía. 

Pedro López Morales, que respetó siempre su postura, confiesa que “lo que ella no quería era que los medios de comunicación le estropearan su carrera porque se centraran en ese tema. No quería que le compraran sus discos por ser o dejar de ser lesbiana, sino por hacer lo que hacía”. Por su parte, Tornero recuerda que Mari Trini estuvo casada con una mujer y que el esconderlo podría haber sido por supervivencia: “Seguramente diga que ella lo quiso hacer así, que fue feliz, pero cuando alguien afirma que es feliz ocultándose es porque te estás protegiendo, y el protegerte te da seguridad”.

A pesar de su recelo por hablar de su vida privada, no se salvó de las críticas. “Ella era rebelde a la hora de vestir; siempre iba en pantalones y vestidos largos mientras que las otras chicas iban en minifalda. Decía que la minifalda no era práctica”, recuerda López Morales. El mote de 'patapalo' la acompañó durante muchos años, pero ella seguía queriendo que la valoraran por su arte y no por su cuerpo. En 1984, una Mari Trini desinhibida, con una camisa en la que se le intuía el pecho, salió en primera plana de la revista Interviú. “Mari Trini se cansó de oír que tenía una pata de palo y con la revista silenció las críticas. Ahí estaba ella acostada en el tronco de una palmera con el pecho al aire y mostrando lo bonitas que eran sus piernas”, describe su amigo.

Sus inicios

María Trinidad Pérez de Miravete-Mille y Pascual de Riquelme nació en pleno régimen franquista, el 12 de julio de 1947 en el antiguo número cinco de la calle Alejandro Séiquer, Murcia. Aunque de apellido aristocrático, nunca hizo gala de él, e intentó que su línea ascendente, coronada por el escultor Francisco Salzillo, no influyera en su carrera musical. Su vocación, que se alejaba del comportamiento esperado para alguien de su género y alcurnia, no fue fácil de perseguir. Marisa López reconoce que había una parte de la familia, más lejana, que no la empujó a perseguir sus sueños, pero también que para Mari Trini era esencial “demostrar su valía y su arte para que su familia se diese cuenta de que estaba siguiendo su camino, su destino”.

Aquejada por una enfermedad de riñón desde los seis hasta los catorce años, cayó en cama cuando era niña y se levantó siendo 'mujer'. Durante aquel periodo de su vida, Mari Trini compuso sus primeros temas. “Tenía una madrina que le llevaba libros. Incluso fue la que le regaló su primera guitarra”, cuenta Pedro López. Fue en su honor por lo que la niña recibió el nombre que, posteriormente, nombraría su primer disco en España en 1969.

De Madrid a Londres y París

A principios de los 60, llegaría a Madrid. Fue en los bares y pubs de la capital, con quince años, donde comenzó a cantar de cara al público y donde fue 'fichada' por el director de cine Nicholas Ray. Ray la llevó a Londres para formarla como artista, pero en 1965, Mari Trini se mudó a Francia. En el París revolucionario y bohemio de los años 60, se formó en un liceo con los grandes de la canción francesa, como la artista Edith Piaf. “Con una gran intuición musical, la joven componía la música, escribía las letras y las interpretaba”, recuerda López Morales. Allí sacó sus dos primeros discos, con cuatro canciones cada uno. En estos, versionó a sus ídolos. “Una vez, en una actuación, Massiel acudió a su camerino y le dijo: 'Señorita, tengo que decirle que casi canta la canción mejor que yo’”, rememora López Morales.

Los 70: su década estrella

En 1969, ya en España, lanzó 'Amores', el disco que la llevó directa al estrellato. Con la irrupción de los 70, Mari Trini tintó sus letras con cierta reivindicación. Gran parte de estas canciones fueron las que se versionaron el 4 de junio en el Festival Ventepijo en Pozo Estrecho (Cartagena), donde se conmemoró a la artista. La organización del festival decidió encontrar a cuatro mujeres que aparecían en la grabación de un concierto de Mari Trini de 1974, retransmitido por Televisión Española. “El festival Ventepijo nos estaba buscando para invitarnos a la conmemoración de Mari Trini. El festival estuvo muy bonito y los cantantes la captaron muy bien, pero el momento más emotivo fue cuando pudimos conocer al hermano de Mari Trini. Se nos cayeron algunas lágrimas”, cuentan Lola y Paqui Cascales, dos de las mujeres que aparecían en el vídeo sentadas en la tercera fila del Teatro Romea.

Ambas son fanes de Mari Trini desde sus inicios. Lola cuenta que comenzó a escuchar con asiduidad sus temas porque la seducían: “Me transmitían un sentimiento y un intimismo que yo no encontraba en otros cantantes del momento. Me gustaban sus letras, su música… Conectaba mucho con mi forma de ser y de pensar. Me quedé atrapada”. Su hermana Paqui concuerda: “En aquella época había otros cantantes muy importantes, pero esta mujer tenía algo especial, algo que llegaba al alma”. 

En 1971, aún con Francisco Franco paseando por el Palacio Real de El Pardo, irrumpió 'Yo no soy esa', un tema que ha sido calificado como feminista. “Sus canciones nos situaban en una actualidad que, a las puertas de la Transición, era prácticamente desconocida en nuestro país. Mari Trini mostraba una actitud adelantada a su tiempo y mucha valentía”, relata Lola sobre su ídolo. Fue durante esta década cuando las hermanas acudieron al concierto que sería recuperado casi medio siglo después. “El estar ahí, en el concierto de Mari Trini, era algo mejor que los Reyes Magos. Era lo mejor que me podía ofrecer la vida”, recuerda Paqui con mucha ilusión. “Me acuerdo de que la mirada de Mari Trini iba recorriendo el público y cuando la suya y la mía se encontraron sentí una emoción enorme. Supe que estaba cantando para sus fanes, que nos estaba mirando”, añade Lola.

La carrera musical de Mari Trini fue prolífica. En total, destacan 25 EPs, discos y CDs. López Morales considera que los discos que más sobresalieron de su recorrido fueron 'Amores', 'Solo para ti' y, en 1992, 'Una estrella en mi jardín'. “Por motivos sentimentales también añadiría 'Alas de cristal', porque fue el último que escribió y publicó, en 1996”, añade.

Sus últimos años

El 6 de abril de 2009, la artista murciana falleció por cáncer. “Recuerdo que estaba agonizando, pero era ella la que nos daba ánimo”, cuenta Pedro López Morales. La cantante dejaba tras de sí un gran legado, reflejado en premios como el Disco Multidiamante, en 2005, el premio Lucha por la Igualdad y, ya a nivel póstumo, la Medalla de Oro y el título de Hija Predilecta de la Ciudad de Murcia. Muchos admiradores lamentan que se le hayan reconocido sus méritos una vez ya fallecida, pero reconocen que Mari Trini siempre vivirá en ellos. Lola Cascales confiesa que sus canciones la ayudaron a sobrellevar las cosas y a empatizar con lo que la cantante quería transmitir: “Ella hablaba y yo absorbía lo que decía, como una compañera en silencio. Por cosas como esa, sus fanes siempre serán eternos”.