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Entrevista

Miguel Ríos: “La cultura ha perdido influencia en la sociedad actual de los mercaderes del usar y tirar”

Miguel Ríos y The Black Betty Trio en 2021 | Goio Villanueva

Andrés Garrido / Goio Villanueva

Murcia —

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Es el rockero más importante del género en España. Sigue siendo un innovador, a pesar de que “ha palmado”, como indica, mucha pasta en algunos de esos proyectos. Pero con cada uno ha ido curtiéndose, aprendiendo y avanzando en esa carretera sinuosa y escabrosa en la que se ha movido como ha podido y salvando, siempre, todos los escollos. Los días 5 y 6 de marzo de 1982 dejó el entonces Pabellón de Deportes del Real Madrid hirviendo. No cabíamos ninguno más en ambos días porque todos, absolutamente todos, queríamos ser partícipes de aquellos momentos de la Historia más reciente de este país. Una España que renacía a la democracia, tras 40 años del régimen del General Francisco Franco. Y él, como de costumbre, no nos falló. Nos dio un auténtico espectáculo de rock y amor (así tituló mucho antes, una de sus giras). Tenía cristalino en su mente cómo quería y debía hacerlo y lo hizo. Volvió a llenarnos nuestras cabezas de rock, al tiempo que removía conciencias para que despertáramos y fuésemos conscientes del nuevo tiempo que llegaba. Miguel Ríos, un chaval de Granada que con 16 años se empeñó en marcharse a Madrid y convertirse en un cantante de rock’n’roll pasó a ser, con el “Rock and Ríos”, el más importante de todos los que ha parido nuestra Piel de Toro (aunque no son buenos tiempos para la lidia), además del que más discos grandes ha vendido en España de ese concierto: 450.000.

Y este viernes, 29 de septiembre de 2023, el 'Rock and Ríos' regresa a la plaza de toros de Murcia (nos tocaba ya en su programación), no para recordarnos aquellos días, que también, sino para que seamos conscientes de un tiempo y otro; de una banda y otra; de cómo era España y cómo está ahora. Y sin duda, la música de Miguel Ríos es una de las máquinas del tiempo que nos puede ayudar en esa comparación. Pero, además, estos 40 años transcurridos de un concierto a otro, nos está demostrando que, en efecto, “Los Viejos Rockeros Nunca Mueren”.

¿Ha sido largo el camino o, cuando menos, tortuoso en este recorrido del 82 a 2023?

'The long and winding road', que cantaban Los Beatles. Ha sido largo, pero me alegro. Lo contrario sería que mi despedida, aquel 'Bye Bye Ríos', había ganado, o que había palmado. Ninguna de las dos cosas ha pasado y estoy contento. Lo que parece cierto es que necesito el escenario. Claro que en estas cuatro décadas han sucedido cambios significativos, en la vida y en la música. Parece que de las proyecciones de la canción ‘Año 2000’, nos ha tocado la parte chunga. Todo se retrotrae y se endurece con la vuelta de la ultraderecha en España y en el mundo. Las desigualdades crecen, la injusticia es inmune, las guerras se cronifican en su itinerancia de sangre, el deterioro del planeta traspasa todas las líneas rojas, y la cultura ha perdido influencia en la sociedad actual de los mercaderes del usar y tirar. Pero hay gente que siempre dirá no, no, no.

Ahora tienes otra banda diferente en esta gira. De aquella del 82, algunos se han quedado en el camino y otros vinieron solamente al estreno en el Wizink. Aquella del 82 era lo más, porque cada noche de aquel verano nos hacían disfrutar introduciendo variantes en los mismos temas. Ahora es otra tan buena como aquella y quienes ya han vivido este “Rock and Ríos” con 40 años más, no quedan descontentos. Los tiempos cambian, pero ¿no afecta tanto a la música, a este álbum tuyo?

Las peculiaridades de esta gira de celebración del 40 aniversario de ‘Rock&Ríos, un concierto por semana, hacían imposible la reunión de la banda original, que sí estuvo en el Wizink Center. Cuando me ofrecieron volver a la carretera, quise hacerlo con una banda más joven y con músicos de contrastada maestría. Ese chute de sangre más joven se acerca a la energía de la banda del 82, lo que devuelve a las canciones a su estado original. Es como si los temas tuvieran un corazón nuevo. En cuanto a la permanencia emocional de las canciones de ese disco se puede entender, porque aquel ‘Rock&Ríos’, se convirtió en la banda sonora de uno de los momentos históricos de este país, la constatación política de que Franco había muerto.

Tras la “bienvenida” decías en aquellos días de marzo de 1982 que nos invitabas a dar un paseo “entre la utopía y la realidad”. ¿Estamos igual 40 años después? ¿Seguimos paseándonos entre la utopía y la realidad?

No, ahora paseamos entre la utopía y la proyección del desastre que es la distopía. En los años ochenta, cuando triunfaba el ‘Rock&Ríos’ se estaban preparando las políticas neocon de Reagan y Margaret Thatcher, que son las que han prosperado apoyadas por los grandes poderes fácticos los mismos que, en la sombra, favorecen impunes, las políticas más retrogradas e injustas.

¿Hemos encontrado el sueño, al salir de la generación límite?

Desde que mis coetáneos al poner en valor en el mapa de la humanidad, un nuevo segmento llamado libertad. El rock and roll y su filosofía de ruptura con el mundo del padre, estableció una nueva cultura que, como era tan diferente a la oficial llamamos contracultura. Desde entonces las nuevas generaciones de jóvenes han estado viviendo al límite del sistema, usados como el saco de los golpes, dependiendo de donde se nace y la clase social. El sueño solo vendrá con un cambio de sistema, y para llegar a eso tendremos que pasar por muchas pesadillas. 

La crispación, los insultos, la corrupción, el “todo vale” … ¿Hay que continuar -tal vez ahora mismo- con más ahínco a la búsqueda de la luz?

La búsqueda de la luz no es otra cosa que la búsqueda de la evolución. Lo cantaba mi admirado Eddie Vedder: ‘Do the Evolution, baby’. Mientras no entendamos que el ser humano necesita adecuarse a las reglas del tiempo en que vive, aprendiendo las reglas de ese tiempo, olvidando las reglas del patriarcado y aceptando que no somos el centro del Universo.

Oye, Miguel. Cuando “Bye, bye Ríos” declaraste que no deseabas hacer más grandes giras y ahora, de nuevo estás en la carretera con el “Rock and Ríos 40 años”. Supongo que como sabes más por perro que por viejo, ya no vives en un autobús, los equipos suenan mucho mejor y duermes algo más. Parecerá obvio ya que has regresado a una gran gira, pero ¿merece la pena?

Hasta ahora, claro que merece la pena. Es un show honesto, espectacular y de celebración, que significa mucho para nosotros y para la gente que viene a vernos en un número muy estimable, sabiendo la oferta tan grande con la que nos codeamos. Pero decidí tragarme mi fallida despedida porque, entre otras cosas, volvía a ‘El gusto es nuestro’ una gira en la que era imprescindible, si queríamos ser fieles a lo que hicimos 20 años antes. Para ‘Rock&Ríos’ me estoy preparando de forma muy profesional.

Cuando Hispavox comienza a lanzarte con piezas como “El río”, “Vuelvo a Granada”, “El Himno a la Alegría” y contemplas cómo has ido evolucionando paso a paso, proyecto a proyecto hasta llegar a tu gira en acústico del pasado año, uno debe de haber llevado a cabo muchas reflexiones y ganar una experiencia verdaderamente envidiable. ¿Y ahora, qué más?

Durante la época de Phillips y Sonoplay estuve algo perdido. Sabía que quería cantar rock and roll, pero las compañías no me dejaban y yo tenía que comer. Fue con el éxito de ‘Himno a la alegría’ y el dinero que entró, con la experiencia californiana y aquel inesperado montón de pasta, que descubrí que lo invertiría en resistir hasta poder hacer la música que me apasionaba. Con ese bagaje, y muchos intentos conseguí encontrar mi voz. Ese impulso nunca me ha abandonado. ‘Un largo tiempo’ me permitió ir cerrando el círculo, empecé cantando a la juventud, y ahora se empieza a cerrar escribiendo sobre la senectud. Siempre en busca de una historia que hacer canción. Ahora, como siempre, a esperar… 

Sigues siendo una persona muy curiosa. Te siguen interesando mucho las nuevas generaciones y, sobre todo, en lo que a música se refiere. En este tu concierto de Murcia, que sepamos, has invitado a un magnífico guitarrista de la tierra llamado Santiago Campillo que fue, junto a Carlos Tarque, Otero, Uribe y Pascual Saura fundador de MClan. Con Tarque ya has compartido escenario en varias ocasiones (una de ellas, en el Wizink precisamente con este “Rock and Ríos 40”), pero con Campillo creo que va a ser la primera ocasión. ¿O no?

Por Tarque siento debilidad y gran aprecio por el trabajo de MClan, incluyendo los discos en que aparece Santi. Una de las cosas que más me motivan para hacer esta reentré, es compartir escenario con artistas de diferentes edades y estilos. Gente que está en sus ciudades y que tienen el día libre en sus carreras y quieren compartir una canción de ‘Rock&Ríos’. A los invitados, los suele buscar y llamar Carlos Narea, que es el director artístico de la gira. Para mí es apasionante cantar esos temas con gente que no había nacido cuando hice el disco.

Bueno. Y cuando todo esto finalice, cuando se apague el último foco del “Rock and Ríos 40”, ¿qué vendrá además de un descanso? Porque tu cabeza no para. ¿Tal vez otra entrega literaria? Sé que te gusta mucho escribir.

Queridos Andrés y Goio, me gustaría saber a dónde irán mis pasos. Creo que por un tiempo me dedicaré a trabajar para mi Fundación para la Solidaridad y el Rock. Es una idea de algunos miembros más jóvenes de mi familia en la búsqueda de preservar mi legado y, a la vez, trabajar para devolver a la sociedad parte de lo mucho que me ha dado en mi vida.

Muchas gracias, Miguel. Es como lo ven; sin filtros ni maquillaje. Tal cual. Un chico de Granada que un buen día enfiló para Madrid en busca de su destino. Se hizo adulto, trabajó muy duro, se cayó muchas veces, pero volvió a levantarse y forjar una vida dedicada a la música de rock. Aunque como baladista siempre ha sido también muy bueno o haciendo sus incursiones en terrenos jazzísticos, durante su etapa con la Big Band Ríos (1998). Y toda esa enorme trayectoria realizada a pulmón, como señala otra de las grandes baladas grabada en 1984, aunque su autor es un buen amigo de la Argentina -y mejor músico- llamado Alejandro Lerner. En su letra, se podría condensar buena parte de la vida de Miguel Ríos, que regresa a los grandes escenarios con esta gira titulada “Rock and Ríos y Cía. 40 Años Después”. La cita, en la noche de este viernes 29 de septiembre, en la Plaza de Toros de Murcia. Estuve en 1982 en Madrid y regresaré en esta ocasión. No puedo, ni debo, faltar a la cita con quien para mí es como mi hermano.

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