Entrevista

Pepe Pérez-Muelas, escritor: “¿Le vamos a decir a una familia de clase trabajadora que no viaje a Roma?”

Sin escritura no hay historia. El viaje perdurable ha de escribirse también. 'Homo Viator', de Pepe Pérez-Muelas, es un fascinante ensayo narrativo que cuenta la historia de la humanidad a través de sus viajes. El sábado 28 de septiembre, a las 12.00h lo presentará en Murcia, acompañado de Rafael Fuster, en el marco del festival Exlibris en el Museo Ramón Gaya de Murcia (Pl. Sta. Catalina).

Nuestra reciente adicción a las pantallas y nuestro modelo de vida occidental nos pueden inducir a pensar que somos seres sedentarios, sin embargo, la historia y tu libro nos demuestran lo contrario. ¿Qué motivos crees que conducen a hombres y mujeres a desplazarse a lugares cuyos peligros y amenazas desconocen por completo?

Hay una fractura en lo concerniente a los viajes que se ha producido en nuestra época. Probablemente la sociedad en la que vivimos sea la más sedentaria de la historia, pero también la más viajera. A lo largo de los siglos, la mayor parte de la población vivía y moría sin salir de los muros de su ciudad. Esto ha cambiado. Se ha democratizado el viaje. De todas formas, en Homo viator, yo no hago un catálogo del turista moderno, sino un homenaje a los viajeros históricos y contemporáneos.

Como todo en esta vida hay que hacerlo con mesura, imagino que también los viajes. Ahora nos encontramos ciudades devoradas por el turismo. Es la desmesura, la hybris humana, contra la que advertían los dioses. ¿Es el turismo una forma de viaje o solo otra forma de consumo?

Podemos caer en la tentación de ser elitistas despreciando el turismo. Es cierto que está acabando con el espíritu de las ciudades, con la vida tal y como la conocíamos. A los ciudadanos se les expulsa del centro de las urbes porque el casco histórico ya no les pertenece. ¿Pero dónde ponemos el freno? ¿Le vamos a decir a una familia de clase trabajadora que se prive de viajar a Roma porque sus calles están colapsadas? ¿Tenemos el derecho moral de privar a hombres y mujeres libres de visitar la Alhambra? El turismo es la gran paradoja de nuestro tiempo, pero sospecho que detrás de la crítica se esconde también cierto clasismo.

No podían faltar en tu libro peregrinajes como el del camino de Santiago o el viaje a la Meca. Tú dices que el viaje puede ser una religión laica. ¿Cómo es para ti esa expresión de espiritualidad viajera?

El Camino de Santiago es el viaje total, al menos tal y como yo lo he practicado siempre. Combina la soledad necesaria, la conversación con uno mismo, los rigores del camino, el sufrimiento del cuerpo y el pensamiento. También la satisfacción de ganarse el paisaje que se contempla. Cada kilómetro es merecido. Es un viaje, también, por la historia de la civilización occidental. Y es un orgullo tenerlo tan cerca de casa.

Dices que el primer viaje a la India es algo transformador para todo el que ha viajado. ¿Cómo te transformó ese viaje?

Fue un impacto muy duro que puso en evidencia toda la hipocresía del mundo en el que vivo. La India es pobreza multiplicada. Es miseria y hambre. Nunca pude quitarme de la cabeza la imagen de la desolación, de los niños muertos en las calles. Y a pesar de ello, la belleza del país se abre al viajero, desmesurada, incomprensible. Fue un contraste que aún no he superado.

'Homo Viator' es un libro de viajes, un libro de aventuras y un libro de historia. Todo se mezcla porque todo está contenido en los viajes. A ti te han inspirado otros libros; con el tuyo ¿aspiras a dejar constancia o pretendes servir también de algún modo de guía a otros viajeros?

Espero que sirva como punto de unión para otros, otros lugares, otras bibliotecas. Los libros hablan entre ellos y entiendo Homo viator como una conversación entre escritores y viajeros. Los libros llaman a otros libros.

El alpinismo es una forma de viaje que comporta según tus palabras dolor, heroísmo y pérdidas y donde el fracaso es una constante. Aun así, quienes lo practican nunca dejan de regresar incluso arriesgando sus vidas, ¿por qué crees que es eso?

La montaña embruja. Tiene algo inexplicable para el que no la conozca. Nunca me he sentido tan libre como en una cima, en medio de una naturaleza que me supera, que no puedo dominar. Tal vez sea mi gran viaje pendiente, el Himalaya.

Marco Polo fue el viajero que nunca estuvo allí, pero sin haber viajado inspiró a muchos otros. Igual que Julio Verne que nos inspiró viajando a la luna solo con la imaginación. ¿Soñar y leer son el primer trayecto de cada viaje?

Desde luego. El viaje comienza con una lectura desde casa. Al menos el viaje que a mí me interesa y que yo planteo en el libro. No somos nada sin esas referencias escritas por viajeros, ya sean reales o ficticios. Lo importante de Marco Polo no es la veracidad de sus pasos, sino la escritura de estos y lo que ha provocado en el mundo su relato.

Tú dices: “La huida también es un viaje, y ese viaje de los que buscan refugio sigue hoy tan vigente como hace tres mil años”. De ese tipo de viaje no deseado estamos viendo muchos y dolorosos ejemplos últimamente. Nos gustaría conocer tu opinión.

El primer refugiado, lo digo en 'Homo viator', es Eneas. El viaje como placer es algo relativamente contemporáneo. Antes se viajaba por necesidad, para evitar la guerra, para buscar una nueva vida. Los inmigrantes que llegan a las costas europeas son viajeros a su pesar y como en La Eneida, buscan su lugar en el mundo. Una segunda oportunidad.

A lo largo de tu libro encontramos una inmensa admiración hacia Alejandro Magno, (también hacia Ibn Battuta, Pedro Páez, Richard Burton o Urbano Monti), ¿por qué te resuena tanto este personaje histórico?

Alejandro es mi héroe de la infancia. Pero en su caso, trasciende la mitología. Quiso emular La Iliada y la superó. Su vida, su gesta, es un viaje en toda regla. El más apasionante de todos. Además, es un movimiento doble: viaje en el tiempo, para curar una herida contra Persia, pero también en la geografía, hasta el Indo, atravesando los desiertos y valles de Mesopotamia. Y también Egipto. ¿Quién puede igualar a Alejandro, que murió con la misma edad con la que yo publiqué Homo viator?

Para finalizar, ¿tienes proyectado ya tu próximo viaje?

Siempre hay un viaje pendiente y otro imposible de realizar. Creo que ya va tocando Argentina. Pero faltan días en esta vida para poder aspirar al mapa del mundo.