El documental ‘La mecánica de los fluidos’ (La mécanique des fluides), de la española Gala Hernández López, se ha llevado el premio César a Mejor Cortometraje Documental otorgado por la Academia del Cine de Francia. Casi 40 minutos de film donde la murciana analiza la comunidad incel desde una posición feminista poco convencional: huyendo del rechazo y juicio inmediato, y optando por la empatía desde la experiencia propia. La digitalización que atraviesan las nuevas formas de relacionarnos también forma parte del análisis de Gala, que sitúa a Tinder en el centro de su malestar emocional.
“Es que no me lo creo”, reconocía esta madrugada a EFE una emocionadísima Gala Hernández López tras recoger el premio. La joven realizadora española se mostró “muy agradecida, este galardón significa mucho para mí y para mi carrera”, según dijo en unas declaraciones a la salida del mítico Teatro Olympia, donde se celebró la 49 edición de los César.
La cineasta murciana, de 30 años, confesó estar “muy, muy, muy, muy contenta”, sobre todo porque la Academia francesa del cine “haya premiado una peli como esta, que es super política, y super feminista”.
Gala era la única española nominada a estos premios, celebrados en el Teatro Olympia de París en su 49ª edición. En la categoría a Mejor Corto Documental compartía nominación con los directores franceses Hugo David y Raphaël Quenard por el corto ‘L'acteur, ou la surprenante vertu de l'incompréhension’, y con el autor también fránces Claude Delafosse por ‘L'effet de mes rides’.
Una gala donde la presencia del cine español ha menguado con respecto a otros años. En la pasada edición la película ‘Pacifiction’, del español Albert Serra, se hizo con dos de los nueve premios a los que optaba, y la cinta ‘As bestas’ de Rodrigo Sorogoyen ganó el premio a Mejor Película Extranjera.
Sobre la sensación que supone tener el preciado César en la mano, Gala Hernández admitió con espontaneidad: “el premio pesa que flipas”. “Es precioso y lo voy a querer toda mi vida, pero pesa un montón. Es super bonito, es precioso y pone mi nombre, lo han grabado: Gala Hernández, con acento en la 'a'”, explicaba con alborozo.
En su intervención al recibir el premio, la cineasta española dijo que no estaría allí sin sus “camaradas feministas” y dio las gracias a su familia, a su equipo, a sus amigos y a Francia, el país en el que ha desarrollado su carrera profesional, sin dejar de añadir un “muchas gracias” final en español.
También pidió que valores como “la igualdad de oportunidades, el universalismo, la acogida, el apoyo al arte y la cultura y la defensa de los servicios públicos”, que admira de Francia pero que ve a día de hoy amenazados, no se vean reducidos a una “retórica vacía”, y que permitan al país comprometerse realmente con crisis como la que vive hoy el pueblo palestino. “No concibo el cine sin la dimensión política”, afirmó la realizadora posteriormente en la sala de prensa.