Victoria multiplicada por tres
Esta vez no entró ‘el triple de Ponitka’ en las manos de Blazic, y si hace unos días dije que la derrota en Tenerife había sido una oportunidad ganada para mejorar y aprender de los errores, hoy digo que la victoria sobre Andorra vale por tres: uno, porque el UCAM Murcia incurrió en unos fallos de los que, de nuevo, puede aprender; dos, porque a pesar de esos fallos, ganó; y tres, porque Andorra es, en teoría, un rival directo al que ha metido ya en dudas al verse con un 0-3 en este arranque liguero.
La influencia del calendario, de ese factor ajeno que viene dado por el azar, multiplica sus efectos positivos o negativos en el comienzo de la temporada; es ahora cuando, más allá del trabajo físico y táctico de la pretemporada, se hace fundamental el trabajo psicológico del entrenador, su habilidad para que la cabeza del equipo no se llene de dudas y tire por tierra todo lo anterior. Las temidas ‘dinámicas negativas’ y las soñadas ‘dinámicas positivas’ se están fraguando ahora, cuando la mala fortuna puede hacer que empieces contra Gran Canaria, Real Madrid y Valencia, por ejemplo.
En lo que toca a Murcia, su técnico Ibón Navarro advirtió de que no era descabellado empezar con un 0-3, y ahí tenemos el ejemplo de esa labor mental del entrenador a la que me refiero: primer partido contra un equipo de Euroliga -Unicaja Málaga-, segundo contra el campeón de la Champions y la Intercontinental -Iberostar Tenerife- y tercero contra una plantilla de Eurocup -MoraBanc Andorra-.
Sin embargo, con un equipo lastrado por una lesión grave y por una larga convalecencia de dos de sus teóricos titulares -Antelo y Faverani-, con otros dos jugadores muy importantes que aún tienen que adaptarse a la liga -Kloof y Lukovic-, con el hueco dejado por dos de sus estrellas -Facu y Rado- y con el malhadado asunto de los ‘cupos’ como rompecabezas transversal, el CB Murcia de Navarro ya ha sido capaz de sumar su primera victoria. Respiremos.
El triunfo cosechado contra Andorra ha sido justo, pero demasiado sufrido, y en él han tenido una importancia decisiva muchos pequeños detalles; han contado tanto los aciertos propios como los errores del rival. Y aunque podemos afirmar que el arbitraje no decantó la balanza, es evidente que condicionó el ritmo de juego y la duración del partido, que llegó a hacerse insoportable -55 faltas personales, 59 tiros libres lanzados y multitud de jugadas revisadas en el monitor-.
Murcia comenzó frío, otra vez. En tres jugadas, Andorra logró tres canastas distintas y todas achacables a errores locales: un despiste bajo el aro con mate de Diagne, una pérdida de balón con mal balance defensivo que permitió la bandeja en contraataque de Jelinek, y un triple sólo desde la esquina de Shurna. Y ahí se acabó lo que se daba, momentáneamente, porque del 2-7 se pasó al 12-7 con un Tumba inmenso en defensa y con un Rojas imparable en ataque. Lo que sucedió desde ese momento (minuto 5 del primer cuarto) hasta el 62-63 (primer minuto del último cuarto, tras triple de Walker) fue un intercambio de golpes y fallos en los que el CB Murcia siempre llevó la iniciativa.
MoraBanc Andorra le hizo la goma a Murcia en el marcador -un Murcia que llegó a tener 9 puntos de ventaja- hasta que los de Navarro dejaron de hacer bien lo que estaba haciendo bien, principalmente el control del rebote -en las tres jornadas disputadas, ambos equipos ya están dando muestras de debilidad en esa parcela- y la defensa del bloqueo directo. Por eso el último cuarto fue un sinvivir para el conjunto rojiblanco, y entre Blazic y Karnowski, secundados en algunas fases por Albicy y Shurna, hicieron temer por la victoria. Así, cuando parecía que el relato del partido contra Tenerife se iba a repetir, surgieron Urtasun, Tumba y la sangre fría de Rojas, lo que, junto a los fallos de Blazic desde el triple, terminaron de decantar el choque del lado murciano.
En el nudo del partido vimos cosas dignas de mención: por ejemplo, la rabia competitiva que se había echado en falta en Lukovic y en Delía -enorme el argentino, capturando 15 rebotes y completando hasta tres jugadas de 2+1-, la capacidad de intimidación que puede aportar Tumba, la versión más anotadora del guerrero Rojas -que no le hace descuidar su oficio en defensa y en el rebote-, y el ‘seny’ que dan dos veteranos bragados en mil batallas como Urtasun y Oleson.
Otros hechos a señalar son las debilidades en la dirección del equipo, con un Hannah que alterna buenas acciones y malas decisiones, y con un Kloof que debe ser capaz de controlarse para no caer en las trampas que probablemente le tiendan los entrenadores rivales, que le lleven a penetrar y a estrellarse en la pintura. Además, el holandés necesitará tiempo para lograr el respeto del arbitraje ACB -en esta cuestión puede consultarle a Rojas-, ya que en alguna de sus penetraciones recibe faltas no pitadas. Por último, contra Andorra vimos incómodo a Soko y discreto a Benite, pero esto no parece importante ni nada que no se pueda cambiar en el siguiente choque.
De este modo, con el respiro mental que supone haber logrado su primera victoria en ACB, el CB Murcia se sube ya al columpio de la competición europea a mitad de la semana. Lo hará estrenándose en la Champions Basketball League el miércoles (20:00h, Palacio de los Deportes) contra Hapoel Holon. El entrenador ya ha avisado de que pretende minimizar el desgaste y sacar el máximo provecho a estos partidos, y parece evidente que será más fácil en las ocasiones en las que no tenga que viajar, como sucede esta semana. El domingo aún se ve lejos, pero en realidad, el descarado GBC de Norel espera a la vuelta de la esquina.