Miércoles 24 de junio. Son las 20:30 horas, y la tan conocida cafetería Ítaca de Murcia se inunda de prosa, poesía, recuerdos, cuentos, reflexiones, ilusiones, aprendizajes y vivencias, todas ellas reunidas bajo un título “Hacia las lunas de Oriente”, que por sí solo invita a sumergirse en las páginas de esta bitácora de viaje. El ambiente es agradable, familiar, de amigos, de gente apasionada por conocer otros países y culturas, y la calidez que ofrece un lugar como Ítaca lo hace simplemente perfecto. Apenas queda un sitio libre, pero da igual, lo importante es escuchar, disfrutar, compartir el momento.
Esa tarde el director y actor de teatro, José García Bote, presentó su libro en el que cuenta un viaje que realizó en bicicleta entre junio de 2011 y enero de 2012 “hacia el Este, desde la vieja Europa hasta el Oriente más lejano que estuviera a mi alcance” -escribe el autor en sus páginas-. La idea de escribirlo le surgió tras un año de vivir esta experiencia. Reunió los siete diarios de viaje que le acompañaron durante los seis meses y medio que duró su aventura, le dio forma a todo ese compendio de memorias, vivencias, sentimientos, imágenes, continuo aprendizaje de la vida y de uno mismo, y finalmente todo este proceso culminó en una fascinante y seductora obra, “una tira de pensamientos de la máquina de escribir de mi mente”, en palabras de este viajero.
Tal y como señaló José, “no es un libro convencional de viajes”. Lo divide en tres realidades o niveles: la narrativa, en la que cuenta lo que ve, lo que está ocurriendo, encuentros con personas; la reflexiva, en la que reúne pensamientos, opiniones, su transformación personal; y la poética, con cuentos e imágenes.
Precisamente estos dibujos ilustrados con palabras corresponden a paradas en el camino, en las que describe poéticamente lo que está observando, envolviendo de tal forma al lector que parece estar presente en ese preciso instante. Asimismo, destacó cómo los textos evolucionan al ritmo de las vivencias y cambios personales en el autor, pasando de escribir en un principio con cierta dificultad a alcanzar una fluidez, sensibilidad, madurez y profundidad asombrosa. “Cambia el viaje pero también cambia el viajero, su forma de escribir y pensar”, matizó.
El camino hacia el Este
La ruta comienza en el sur de España, en Murcia, con una única idea: ir hacia el Este. “Me gustaría ir a la India como un sueño”, aseguró. Pero no sigue una ruta definida, un plan hecho, ni siquiera lleva una guía. Esto responde a su deseo de libertad, de no estar pendiente de los kilómetros que quedan o los ya recorridos, de no estar más atento a lo que queda por hacer que al instante que está viviendo, al presente en toda su esencia.
Su bicicleta le llevó a lugares tan bellos como Italia, Croacia, Bosnia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Turquía, Irán e India del Sur. Sorprende que el libro no va acompañado de fotografías: “No me gusta mirar la vida a través de la cámara fotográfica, no quiero perder en ningún momento detalle de por dónde estoy pasando, de lo que estoy viendo y está sucediendo”, comentó. Aún así, durante la presentación compartió las pocas imágenes tomadas por amigos que iba haciendo en el camino.
La presentación fue amena, apasionante, profunda e incluso simpática. Varios amigos acompañaron al autor y leyeron pequeños fragmentos del libro relacionados con cada uno de los países que visitó. El público estuvo expectante, maravillado. Quedó totalmente cautivado.
Las anécdotas y curiosidades se sucedieron continuamente, como la de aquella familia que conoció en Los Balcanes, la “Nomad Bike Family”, una pareja y sus tres hijos de corta edad que llevaban dos años viajando en bicicleta de Suiza a Vietnam, con los que compartió tres días “simplemente maravillosos”. De Turquía, donde el autor estuvo viviendo tres años, destacó el reencuentro con amigos, el “disfrutar con lo nuevo y llegar a amar lo que ya conoces como si fuera la primera vez que lo ves”. Irán fue sorprendente y “muy especial por su gente, naturaleza, historia y cultura”, y subrayó la gran generosidad de sus gentes, una bondad sin límites y sin esperar nada a cambio.
Finalmente el autor acabó la presentación rodeado de un gran número de espectadores que pacientemente buscaban una dedicatoria personal de la obra. El libro cuenta inicialmente con 200 ejemplares y se puede adquirir a través de una página creada para tal propósito en Facebook.
Este no es el primer viaje que José García Bote realiza en bicicleta, pero sí el único que ha emprendido sólo, a pesar de que “la vida es mucho mejor si se comparte”, sostiene. Anteriormente visitó acompañado países como Tailandia, Camboya, Vietnam, Kenia, la India, el Danubio y Cerdeña.
Un, dos, tres... Se alza el telón
El escritor sorprende por su madurez, sencillez, sabiduría, por la pasión con la que siente la vida, una vida llena de experiencias que ha querido compartir. Estudió Económicas y tras nueve años trabajando en comercio exterior decidió emprender un rumbo totalmente distinto. Se licenció en Dirección Escénica y Dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de Murcia en 2012.
Si hay algo que lo caracteriza es su valentía, su decisión, la pasión por su profesión y la fuerza para embarcarse en nuevos proyectos pero siempre mirando al presente, al hoy. Así fundó su propia compañía, “Teatro de la Entrega”, en 2011, de la que es director y actor. Entre los montajes destaca la “Cantante Calva” de Lonesco, coproducción con el Teatro Circo de Murcia estrenada en Octubre de 2013, y “3.000 km.”, un trabajo de creación colectiva que presentó al público en marzo de 2015. Han actuado en toda la Región de Murcia, Alicante, Sevilla, Madrid y Baeza (Jaén). Por otra parte, “Teatro de la Entrega” ha colaborado con la Asociación Columbares en proyectos medioambientales como PescaSOS, y diversos planes de desarrollo e integración social.
En el verano de 2014, él y otros compañeros de profesión dieron forma a “Teatro Pequeño”, grupo especializado en montar piezas de 'microteatro', en su mayor parte escritas y creadas por sus propios componentes, para ser representadas en salas o espacios pequeños, con un aforo de aproximadamente 30 personas. Los autores cuentan historias para divertir, pero también buscan hacer reflexionar. Este formato ha logrado una gran aceptación por parte de la audiencia, que puede casi tocar a los actores, sentir la obra como si fuera parte de ella. “Una sensación de teatro muy puro, directo, que genera comunión con el público”, afirma José. Llevan un total de ocho piezas estrenadas con títulos como “La futura media hora”, “El origen perdido”, “En la playa” y “Los momentos previos”.
Fin del acto
La presentación del libro acabó. Sus páginas serán leídas y puede que durante un tiempo permanezcan quietas. La bicicleta quizá busque un nuevo destino, pero todas aquellas experiencias llenas de enseñanza y sabiduría que regala la vida, y la gente que nos vamos encontrando en el camino, permanecen, y como bien afirma el autor en el libro: “Cuántas cositas buenas hacen que este camino merezca la pena cada día que pasa, cada minuto”.