'Volvió una noche', la comedia de Eduardo Rovner, se representará en el Centro de Artes Escénicas (CAES) de Torre Pacheco el próximo 18 de mayo. La obra, cuya primera representación tuvo lugar en Montevideo, en 1993, se ha estrenado también en Buenos Aires, pasando después a escenarios de países tan distintos como Estados Unidos, Cuba, México, Israel, Finlandia, Brasil, Paraguay y República Checa. En este último, en Ostrava concretamente, está en repertorio desde 2003. Las versiones y traducciones, pues, han sido considerables. Hasta ahora, en España no ha podido presentarse más que en régimen de teatro universitario. El sábado 18 aterriza en el CAES de Torre Pacheco y estará protagonizada por Beatriz Carvajal y el actor murciano Carlos Santos. El resto del reparto lo completan Daniel Ortiz, Berta Hernández, Pedro Segura, Mónica Gracia y la colaboración especial de Pedro Casablanc.
La obra es, sin duda, una de las mejores de su autor y de la dramaturgia contemporánea escrita en español. Aunque plantee temas tan serios como la desmitificación de la muerte, el determinismo, la influencia del pasado en el presente o el conflicto entre tradición y modernidad, lo hace siempre desde el humor, la paradoja y una profunda teatralidad plena de aciertos. En algún sentido se inscribe en la línea del teatro del más allá, pero con toques de renovación que recuerdan al mejor Jardiel Poncela y el más sagaz Noël Coward.
La versión de Bonjour mon amour elimina ciertas referencias propias de la cultura argentina, extendiéndose a un espacio dramático más abierto, más cosmopolita si se quiere, en el que sus temas principales aparecen en toda su rotundidad. Para ello cuenta con una escenografía (Francisco Leal) llena de imaginación, iluminada de manera que los planos reales se confundan con los irreales (Jesús Palazón) y una puesta en escena (César Oliva) tan sincera como eficaz.