Habían transcurrido más de cuatro años de negociaciones y catorce sin renovar el convenio de hostelería más antiguo de España, el de la Región de Murcia, hasta el pasado jueves, cuando las organizaciones empresariales del sector del turismo y la hostelería murcianas, Hoytú y Hostecar, y los sindicatos UGT y CCOO consiguieron desbloquear el acuerdo que afecta a 37.000 trabajadores de bares, restaurantes y hoteles de la Región.
El pacto alcanzado establece una subida del 14,6% sobre las tablas salariales del año 2018 y asegura que las categorías con sueldos más bajos tendrán un incremento del 2% sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2023. En 2024 y 2025 se ha acordado una subida salarial del 3% para cada año, garantizando que, en caso de que suba el SMI, las categorías afectadas por este aumento tendrán un incremento del 2% por encima de este.
“Nos ponemos por encima del SMI, como mínimo un 2%, en la mayoría de categorías cada año. Y lo más importante, hemos cerrado una negociación que estaba muy enquistada y ha sido muy difícil. Hemos tenido muchas movilizaciones”, ha señalado la secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO, Teresa Fuentes.
De este modo, ya no se convocará la huelga para el Viernes Santo en Cartagena y el Bando de la Huerta en Murcia.
“En otros territorios el sueldo de un cocinero o camarero está por encima del SMI, no era este el caso murciano”, ha dicho Fuentes. Previamente, otra de las cuestiones por las que las negociaciones se habían encallado durante tanto tiempo fue el complemento de incapacidad temporal, que la patronal quiso retirar en el caso de las enfermedades comunes.
El pasado jueves el presidente de CROEM, José María Albarracín, convocó una segunda y definitiva reunión de más de cuatro horas para desbloquear la renovación en la sede de la confederación a la que asistieron los presidentes de Hoytú, Jesús Jiménez; Hostecar, Francisco Garnero; y Bartolomé Vera, vicepresidente de Hoytú. Junto a ellos estuvieron José Rosique, secretario general de CROEM; Laura Mateo, secretaria general de Hoytú; y Rafael Candel, su homólogo en Hostecar. Por la parte sindical, Antonio Jiménez y Santiago Navarro, secretarios generales de UGT y CCOO, respectivamente, acompañados de José Hernández y Teresa Fuentes.
Fuga geográfica y entre sectores
En los últimos meses comenzaba a ser reseñable la cantidad de camareros que preferían buscar trabajo en Almería y Alicante. En el último caso y según el Informe sobre la hostelería murciana de CCOO y UGT, mudarse unos kilómetros más allá significa cobrar alrededor de 250 euros mensuales más. La fuga no ocurría solo entre áreas geográficas, sino también entre sectores.
El convenio llevaba desde 2008 prácticamente congelado, con la única intervención de una subida de las tablas salariales realizada en 2017, año en el que iniciaron las negociaciones entre sindicatos y patronales para actualizarlo. La pandemia global y la subida del IPC mostraron más la evidencia de la necesidad de su renovación.
Durante la pandemia se alcanzó un punto de inflexión ya que los trabajadores que echaban entre ocho y diez horas, sin estar recogidas en los contratos, acabaron incluidos en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo -ERTE- habilitados desde el Gobierno para paliar las consecuencias económicas del virus. Según el Boletín Oficial del Estado -BOE-, a la hora de cobrarlo, se recibía el 70 por ciento bruto del salario cotizado, lo que en muchos casos era sinónimo de una cifra muy pequeña. Teresa Fuentes recuerda que “había padres y madres de familia que cobraban 400 euros a través del ERTE”, personas que necesitaban un sueldo para poder mantener a su familia, y que lo encontraron en otros sectores. “Cuando ya tienes la soga al cuello, haces lo que sea”, declara.