El estudio, a cargo de Iván Gil Alonso bajo la dirección de los investigadores del Departamento de Geografía Alfredo Pérez Morales y Salvador Gil Guirado, tiene por objetivo principal determinar si la instalación de un muro mientras se construye el soterramiento va a suponer, como denuncia la Plataforma y como ya se había reflexionado con anterioridad, un retraso en los desplazamientos al sur de las vías y, en ese caso, cuantificar su intensidad.
De este modo, con el AVE en superficie y respecto a la situación anterior, el 100% de la población del área de estudio es afectada por algún incremento cuando se mueve peatonalmente, y al 87% le ocurre lo mismo cuando lo hace a través de vehículos. Solo la vía rápida de circulación que atraviesa la ciudad en eje norte-sur (A30) permite que un escaso porcentaje de la población no se vea influida por la supresión de pasos a nivel, puesto que la autovía está igual de operativa antes y después de las obras del AVE.
Sin embargo, los costes de desplazamiento para los peatones, respecto a la situación anterior a las obras, son menos significativos que para los vehículos, puesto que las pasarelas de la vía provisional apenas amplían el tiempo de cruce de los antiguos pasos a nivel peatonales. El coste medio máximo para un peatón es del 3,4% respecto al tiempo de desplazamiento necesitado antes de las obras [ver MAPA 1]. Para los vehículos, en cambio, este coste aumenta al 19,7%, puesto que el único canal de paso es la autovía [ver MAPA 2].
Los valores de coste más altos (más del 50% del tiempo máximo de retraso) los sufre el 32,1% de la población para la movilidad peatonal y el 8,8% para la automovilística. El incremento promedio para peatones el del 1,7% del tiempo previo a las obras y, en coches, del 9,8%. La población afectada aumenta si nos fijamos en los costes superiores al 1% de incremento respecto a la situación previa para peatones (el 48,6% de la población) y al 5% para automóviles (27,2% poblacional).
En definitiva, con mayor o menor incidencia, la presencia de una vía ferroviaria en superficie adaptada para el paso del AVE (sin pasos a nivel para vehículos y con pasarelas de más largo recorrido para los peatones) hace aumentar los costes de desplazamiento de la población ubicada al sur de la ciudad, cifrada en 113065 habitantes, un cuarto de la población municipal total.
Para el estudio se han establecido dos escenarios temporales: por un lado, instalaciones ferroviarias tradicionales (con pasos a nivel para vehículos y peatones) y, por otro lado, la vía jalonada por un muro (con pasarelas para peatones pero sin pasos para vehículos).
Para ambos escenarios, se ha hecho, mediante herramientas SIG (Sistemas de Información Geográfica), un análisis de redes para calcular cuál es el tiempo medio de desplazamiento entre cada unidad territorial del mapa (distritos al sur de las vías) y una selección de destinos que han sido considerados importantes por actuar de focos atrayentes de población masiva (centros educativos, hospitales, los distintos campus de la Universidad de Murcia y, también, la Plaza de la Catedral, como punto referente del centro urbano).
La diferencia de tiempos entre el escenario segundo (futuro) y el primero (pasado) es lo que genera la cartografía del incremento del coste de desplazamiento, que ha sido positivo, tanto para la modalidad del movimiento peatonal como para la movilidad con vehículos.
Diseñando modelos de desplazamiento que tienen en cuenta la velocidad máxima de cada carretera, el sentido del tráfico, la jerarquía de la vía, la frecuencia del tránsito de trenes, el tiempo de cierre de los pasos a nivel, el tiempo de recorrido de pasarelas peatonales, la coordenada Z del viario… se ha podido cuantificar con precisión la población afectada por incrementos de coste en sus desplazamientos, así como la significancia de los mismos.