Tras más de seis meses de desencuentros para formar un Gobierno estable tras los comicios generales del 28A, nos encontramos ante una nueva convocatoria de elecciones. Las opiniones sobre quiénes son los responsables de no haber sido capaces de pactar se reparten entre los líderes del PSOE y Unidas Podemos. Hablamos sobre esta cuestión y otras con Esther Herguedas, candidata número dos de UP por Murcia al Congreso. Profesora de secundaria, comenzó a atraerle la política desde su etapa universitaria. Con experiencia en representación estudiantil, se afilió a Izquierda Unida (IU) y al Partido Comunista de España (PCE) en 1990.
Herguedas tiene claro que los votantes de su formación son conscientes de las maniobras de Sánchez para evitar un gobierno de izquierdas y que entienden que la única manera de alcanzar políticas que pongan a las personas en el centro es tener la capacidad de actuar con el Boletín Oficial del Estado.
En la entrevista de abril, de cara a los comicios pasados, le pregunté por la acogida de la gente en los diferentes puntos de la Región. La repetición de elecciones parece estar pasando factura a los votantes y podría desincentivar el voto. ¿Qué percepción tiene usted esta vez? ¿Qué mensajes les llegan de las personas?
Estas son las cuartas elecciones que se convocan este año y es lógico que la ciudadanía demuestre un cierto cansancio que, unido a la frustración por la imposibilidad de alcanzar un gobierno de progreso podría causar la desmotivación del electorado y especialmente el de izquierdas. Y también creo, y me parece esto lamentable, que con su negativa a llegar a acuerdos y su empeño en la repetición electoral, Pedro Sánchez ha querido utilizar estos elementos a su favor con la esperanza de volver a la senda del bipartidismo. Sin embargo, las encuestas indican que Unidas Podemos resiste y que, contrariamente a lo que Sánchez pretendía, la ciudadanía reconoce la integridad de una fuerza política que no se pliega ante los poderes económicos a los que el PSOE rinde pleitesía. Fíjese, yo también pensaba que en esta campaña en nuestros actos íbamos a tener que dar explicaciones de todo lo que había sucedido desde las elecciones de abril y no ha sido necesario.
También hablamos de la fragmentación de la izquierda...ahora comparten espectro ideológico con Más País. ¿Qué os diferencia del partido de Errejón?
A las personas que como yo llevamos ya unos años en política, este tipo de maniobras no nos pillan por sorpresa. Lo que ahora ha hecho Errejón es lo mismo que en los noventa sucedió con la Nueva Izquierda de Almeida y López Garrido que, tras cuatro años de andadura terminó integrándose en el PSOE. ¿Lo que nos diferencia? Que dentro de unos años nosotros seguiremos llevando nuestra acción política desde el mismo proyecto en el que ahora estamos.
Tanto Alberto Garzón como Pablo Iglesias aseguran que Pedro Sánchez no tuvo “voluntad política” de formar gobierno con Unidas Podemos. ¿A qué cree que se debe esto? ¿Cree que el PSOE estará abierto a pactar con UP tras el 10N?
Es cierto que así ha sido y que a pesar de intentar disfrazar esta realidad recurriendo a un “relato” repetido por los poderes fácticos, los hechos, en forma de vetos, propuestas con caducidad, el dejar pasar el tiempo hasta agotar plazos y los continuos guiños a la derecha muestran la falta de voluntad política de Pedro Sánchez para que nuestro país avance en la senda del progreso social.
Después de las elecciones se pueden producir varios escenarios. El primero un triunfo del bloque de la derecha y ultraderecha. No parece muy probable, pero si suman no van a tener problemas para llegar a cuerdos y gobernar. El segundo, un escenario en el que a pesar de la bajada que le vaticinan todas las encuestas, Ciudadanos pueda sumar con el PSOE y se repita el pacto del 2016 para regocijo de los grandes poderes económicos de este país que no se presentan a las elecciones pero que sostienen la reforma laboral, los recortes en servicios básicos, las privatizaciones, la reducción de derechos, los recortes en las pensiones…El tercer escenario pasa por la consolidación o el avance de Unidas Podemos que obligue al PSOE a sentarse a negociar un acuerdo. Por eso es importante que Unidas Podemos esté fuerte.
El Mar Menor pende de un hilo y las administraciones regional y estatal se señalan como responsables de poner solución a su estado crítico. ¿Sobre quién recae el peso? ¿Cuál es el siguiente paso (que tomaría UP en caso de estar en sus manos)?
Ambas administraciones son responsables, pero lo es más la administración regional, pues en ella recaen más competencias que de haberse ejercido con responsabilidad y voluntad de preservar nuestros espacios naturales no nos habrían conducido a esta situación de colapso. El primer paso que creemos que debe abordarse es la depuración de responsabilidades políticas -y por eso hemos pedido la dimisión de López Miras- pero también penales. El Mar Menor agoniza y los responsables de esta catástrofe tienen nombres y apellidos.
. En concreto, es necesario acabar con los pozos y regadíos ilegales, abordar la descontaminación en origen, en parcela, recuperar zonas que actúen como filtros verdes y eliminar los vertidos incontrolados, y junto a ello aplicar una moratoria urbanística y suspender las actividades de recreo a motor.
De una u otra forma, recuperar el Mar Menor es un proyecto a largo plazo. La implicaciones económicas serán importantes: a nivel turístico y laboral. ¿Cómo podemos paliar estos efectos?
Tras las medidas urgentes es necesario abordar la reconversión del sector agrícola en la comarca del Mar Menor, pero también en toda la Región de Murcia. Sufrimos la extensión del modelo de la agroindustria que, en su búsqueda de maximización del beneficio destruye el territorio, el paisaje y la economía local. Es un modelo que agota los recursos hídricos y además genera condiciones laborales indignas. El modelo agrícola de nuestra región es inviable social, ambiental y económicamente. Esta es la realidad y por lo tanto se requieren políticas valientes que aborden el presente pero sobre todo el futuro de nuestra región.
Debemos ser conscientes que la solución no va a venir de quienes han formado parte del problema y que pretenden taparlo construyendo nuevas infraestructuras. El Mar Menor no necesita más ladrillo, ni necesita que se reconduzcan los vertidos hasta el Mediterráneo, donde también son dañinos. Lo que se precisa es acabar con los vertidos y con la presión urbanística.
El Partido Popular recupera escaños con cada encuesta en detrimento de Ciudadanos. PSOE ratifica una posición ventajosa y UP se mantiene con respecto a abril. ¿Cree que socialistas y populares podría llegar a pactar un gobierno en minoría de Sánchez?
No es descartable por la presión de los poderes económicos a los que nos hemos referido y más ante una situación de recesión como la que parece que se avecina y en la que ambos partidos han demostrado que terminan aplicando las mismas recetas neoliberales. Por poner un ejemplo, todos los partidos del espectro de la derecha se han puesto de acuerdo en materia de pensiones para recortarlas, y junto a ellos el PSOE a pesar de tener posibilidad de hacerlo no ha derogado el factor de sostenibilidad ni ha vinculado la revalorización de las pensiones al IPC por ley, tan solo se han comprometido a dos años. No son casualidad los mensajes electorales que se lanzan desde un PSOE que ya no habla de derogar la reforma laboral y va introduciendo otros elementos como la “mochila austriaca” con la que los trabajadores se pagarán su propio despido.
El abstencionismo se mantiene como un importante problema de cara a las elecciones. Hace escasos días, eldiario.es ponía el foco sobre una campaña para desincentivar el voto en la izquierda. Una campaña que apunta a un gurú de Pablo Casado. ¿Qué piensa del uso del fomento a la abstención como una estrategia electoral?
Es absolutamente despreciable y es una muestra que todavía persiste una derecha heredera del franquismo que no admite las formas democráticas. Una derecha que favorece la ignorancia, la desinformación, la falta de compromiso porque desprecian la política como método de diálogo para regular la convivencia pues sólo la entienden como instrumento con el que satisfacer sus intereses económicos.