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“Quien piense que puede llegar a La Moncloa sin mancharse el zapato, está muy equivocado”

Lara Hernández nació en 1986, como Izquierda Unida. Una persona con 29 años puede considerarse joven, y quizá una formación política también, pero eso no impide que tras las pasadas elecciones europeas, en el seno del partido hayan interpretado que se hacía necesaria una renovación; una adaptación a lo que Hernández califica como “un momento de ruptura democrática”. En esas está toda IU, y sobre todo ella, responsable federal de Convergencia.

Hernández ha visitado Murcia para arropar con su presencia a las candidatas y candidatos de 'Ganar la Región de Murcia', espacio de confluencia en el ámbito autonómico que nació esperando a Podemos, y que encima de no haber logrado integrar al partido de Pablo Iglesias, ha perdido a EQUO en el camino. En esta entrevista Lara Hernández habla para el diario.es Región de Murcia sobre su trabajo, y sobre la situación política que viven tanto el país como su partido.

¿Cómo surgió la idea de crear un área para la convergencia en Izquierda Unida?

Esto se enmarcó dentro de un proceso de reestructuración de la dirección federal. Después de las elecciones europeas se produjo una reflexión interna con el fin de adaptar la organización al momento político actual y a lo que demanda la sociedad. Para dar respuesta a una nueva forma de entender la política. En el Consejo Político Federal del mes de junio pasado se creó la Secretaría Ejecutiva de Proceso Constituyente, encabezada por Alberto Garzón, y dentro de ella se enmarcó la convergencia político-social como una pata más, especialmente importante en el año en el que nos encontramos. Entendemos que la convergencia es una prioridad política de la organización desde que nació Izquierda Unida, en 1986.

¿Y cómo se hace? ¿En qué consiste su trabajo?

La idea es visibilizar de algún modo, en todo el territorio, la apuesta de la organización por la unidad popular mediante actos públicos y de todas las formas posibles, así como hacer tareas de apoyo, de coordinación y de ojo vigilante sobre los procesos de convergencia que se están dando en todo el Estado. La propia estructura de la organización, con su carácter confederal, facilita el apoyo a estos procesos.

¿Tienen libertad las federaciones locales para llevar a cabo estos procesos de negociación con otras fuerzas políticas y colectivos sociales?

Hay una línea política que se ha marcado y que vamos a defender, y que es fruto del debate colectivo que se inició el pasado verano en la organización. Se marcó una línea, y cada federación la aplica en su territorio en función de la coyuntura política o de las alianzas que se vienen manejando con anterioridad, o del mapa que se quiere construir en cada territorio y en cada municipio.

Y convergencia, ¿por qué?

Porque el diagnóstico que hicimos a nivel federal es muy claro: hay que hacer una lectura muy concreta de este momento político, que es un momento de emergencia social. Estamos en un momento en el que se enfrentan una ruptura democrática contra una restauración borbónica; una reedición de la Transición para volver a un escenario garantista, de una falsa estabilidad y de una falsa paz social. Y ante eso decimos 'no, hasta aquí hemos llegado'. No se puede hablar de paz social cuando hay cinco millones de desempleados, cuando la brecha salarial entre hombres y mujeres es cada vez más grande, cuando los jóvenes tienen que emigrar, cuando se siguen imponiendo reformas universitarias como la del '3+2'...

Entendemos que en este escenario de ruptura, frente a los intentos de seguir poniendo parches a un tejado que hace aguas, es necesario apostar por un proceso constituyente para construir un nuevo proyecto de país. Entendemos que ese proceso comienza en lo local, desde abajo, en los pueblos y en los municipios, y que es necesaria la unidad popular. Por eso ponemos en marcha espacios de convergencia donde se sienten a dialogar todas las fuerzas politicas, todos los colectivos sociales, todos los vecinos y las vecinas de cada lugar, y poner en marcha candidaturas de unidad popular para concurrir a las elecciones municipales y autonómicas. Ese es el primer peldaño para ganar España.

Dentro de esa línea política marcada se incluye como forma jurídica de convergencia la coalición electoral. ¿Por qué?

Es una línea roja que se marca desde el minuto cero. Es cierto que lo juridico no debe condicionar a lo político, pero entendemos que la coalición electoral es la mejor fórmula para garantizar que vamos a construir candidaturas en pie de igualdad para todos los agentes sociales y políticos que participen, y para que sean candidaturas consolidadas que puedan llegar a la meta de una forma sana y con fuerza suficiente para poner en marcha una campaña que, desde luego, se prevé muy dura. La derecha tiene muchas ganas de echarnos y de acabar con nosotros. Nos van a llamar de todo, nos van a tratar de imputar en cuantos más asuntos mejor, vamos a sufrir una campaña de acoso y derribo... Cuanto más fuertes lleguemos al escenario electoral, más posibilidades tendremos de ganar estas elecciones, y en último término, de sacar adelante nuestro proyecto político, que es de lo que se trata. De ofrecer una alternativa real que asegure las necesidades de la gente. Entendemos que la coalición electoral es el mejor martillo para clavar ese clavo.

¿Cómo le sientan los calificativos que han dedicado algunos líderes de Podemos, como Juan Carlos Monedero, a los espacios de convergencia? Los ha llamado 'marcas blancas' de Izquierda Unida, por ejemplo.

Hay detalles menores que me parecen poco elegantes, y tampoco hay que entrar a valorar los planteamientos que hagan personas inviduales. Para eso hay otros espacios que no son políticos, y en los cuales se dirimen estas cuestiones que no me competen a mí. Cuando se habla de política, y hablamos de unas elecciones municipales y autonómicas, cada fuerza política debe tener claro por qué está apostando, si está apostando de verdad por construir una alternativa de gobierno real y de izquierdas, y por devolver las instituciones a la gente, y por sacar adelante en las ciudades importantes del Estado planteamientos que demuestren que es posible que la izquierda gobierne, o si quiere hacer un esprint, una prueba de cien metros lisos para llegar a las elecciones generales de una forma impoluta. Yo no sé si eso es posible.

¿Y qué opinión le merece ese planteamiento?

Cada partido marca su estrategia política, y por ejemplo, Podemos ha demostrado que su estrategia es esa. Yo no puedo hacer una valoración al respecto, pero entiendo que estamos ante un momento histórico y que se ha abierto una ventana de oportunidad, y que hay que aprovecharla porque podría cerrarse y tardar décadas en abrirse. Hay que hacer un llamamiento a la generosidad de todas las fuerzas rupturistas que buscan la transformación del régimen del 78, para poder poner en marcha candidaturas y herramientas que nos lleven a ese fin. IU ha hecho ese llamamiento, y hemos recibido respuesta por parte de algunos actores, y por parte de otros no. Por eso no puedo valorar lo que deciden otras organizaciones, porque ellos tienen sus debates internos, espero que democráticos, y toman sus propias decisiones. Desde IU ya hemos tomado la decisión y hemos puesto toda la carne en el asador. Queremos estar con la gente.

¿Ha seguido el proceso de confluencia municipal en la ciudad de Murcia, que sí ha podido culminarse y que se ha materializado en Cambiemos Murcia?

Lo he seguido, y ha sido un trabajo duro. Ha habido debates que no se pueden obviar... A veces, cuando nos sentamos a trabajar juntos y vamos a lo concreto, nos damos cuenta de que unidos somos más fuertes, pero también aparecen determinados flecos que no terminan de cerrarse, y eso es una pena. En el caso de Murcia hay unas primarias en marcha, una votación presencial el sábado, y si no me equivoco, hay más de mil quinientas personas inscritas, lo que demuestra que muchas veces estos debates en lo interno a la gente no le importan. Tenemos que construir espacios para la gente. Esas personas inscritas demuestran que hay voluntad de cambiar las cosas en Murcia, en una ciudad que recordemos que es un feudo histórico del Partido Popular. Ahora bien, queda muy poco tiempo, así que hay que correr. Hago otro llamamiento público, si me lo permites, a la gente, para poner en marcha el trabajo militante de calle que le dé visibilidad a esta candidatura.

Pero lo que ha sido posible en el municipio de Murcia, no lo ha sido en el ámbito autonómico. Ganar la Región de Murcia, con IU y Cli AS, se enfrentará a Podemos con EQUO. Desde Podemos se argumenta que nadie puede demostrar que la suma de siglas dé mejores resultados que los de los partidos por separado.

Pues cuando el votante murciano acuda a las urnas y vea dos papeletas distintas de cambio, evidentemente tendrá que elegir por una de ellas. Las cuentas son así. Con la ley electoral murciana será más difícil expulsar a la derecha, y por eso insisto en el llamamiento a la responsabilidad histórica que tenemos las fuerzas de izquierda en un momento como este. Debemos tener un pie en las instituciones y mil pies en la calle para acompañar a la gente y echar a la derecha del gobierno, porque la lectura que se haga de los resultados en las autonómicas y municipales, será en clave de pérdida de poder por parte del PP. Será el primer paso para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa. Quien piense que es posible llegar a noviembre y a La Moncloa sin mancharse el zapato en esta carrera, está muy equivocado. Está muy equivocado, y más en una comunidad como la Región de Murcia, con ese obstáculo administrativo de la ley electoral. Hay que hacer un llamamiento a la unidad popular, a la no fragmentación del voto, y a construir la candidatura que la gente espera de nosotros. No pensemos en los partidos como fin, somos una herramienta para las clases trabajadoras.

Para acabar, ¿qué lectura hace de los resultados en Andalucía?

Pues en esto estoy muy de acuerdo con Alberto Garzón y con Antonio Maíllo en su valoración en la noche electoral. Creo que realmente, ésta ha sido una de las mejores campañas que ha hecho IU en Andalucía en toda su historia. Yo he recorrido siete provincias y he visto el ambiente de ilusión. Nuestro vídeo electoral ha sido el más visto de toda la campaña. Ha habido un trabajo importantísimo, y quiero agradecer públicamente el esfuerzo de Antonio Maíllo y de su equipo. Lamentablemente, con estos resultados se demuestra que hay un pequeño castigo a estos años, y que no podemos no recordar que en todos los pactos de Gobierno, el socio minoritario siempre es el que sale más perjuidicado, por una razón o por otra. En cualquier caso, los andaluces y andaluzas han querido que Izquierda Unida siga en el Parlamento y que haga oposición desde la izquierda al Gobierno de Susana Díaz. Haremos una oposición desde los valores de la izquierda, que es feminista, republicana y ecologista, y la haremos con Antonio Maíllo al frente.

La lectura que se haga de los resultados en las autonómicas y municipales, será en clave de pérdida de poder por parte del PP, y será el primer paso para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa