“Queremos poner el poder al servicio del pueblo y mandar obedeciendo”

Antonio López Vidal no es un recién llegado a la política, al activismo y a la movilización social, y es algo que no esconde. Al contrario, lo muestra con orgullo. Afiliado al Partido Comunista desde los dieciséis años, parece entregarse a todo lo que hace. Por ejemplo, se entrega a la poesía en panocho, a escribirla y a recitarla. El candidato a alcalde de Molina de Segura por Ganar, coalición que integra a IU-V, Cli As y ciudadanos independientes, ha sido Panocha de Oro en tres ocasiones, una popular distinción que concede la Federación de Peñas Huertanas de Murcia durante las Fiestas de Primavera. También ha ganado el premio Flor Natural de la Peña Huertana la Esparteña de Algezares y es autor del libro Dend'er poyo é mi barraca (2003). Con Antonio López Vidal, 'El Moreno', hablamos sobre la situación política de la izquierda, sobre su municipio y también sobre el panocho.

Empezamos por un asunto que parece un 'monotema' durante los últimos meses, pero que a la ciudadanía le interesa: ¿Qué ha pasado con el proceso de confluencia en Molina de Segura? Aquí tampoco ha sido posible.

No ha podido ser... En las asambleas siempre hemos dicho que lo más importante era que no nos hiciéramos mucha sangre, porque la gente se para ante una asamblea y se calienta viendo que hay gente escuchando, y es como si estuviera dando un mitin, y no se dan cuenta de que están diciendo cosas que pueden herir a los demás. Por eso siempre he dicho, compañeros, no nos hagamos mucha sangre porque el día 25 hay que empezar a hacer lo que se llama conciencia social, lo que hemos estado haciendo hasta ahora en los barrios y pedanías. Tenemos que estar trabajando en todos los sitios, y si ahora salimos peleados, difícilmente podremos luego trabajar juntos. Ha habido gente que no lo ha entendido así, y tanto en las asambleas como en la calle, se están trasladando a la gente unas versiones sobre lo que ha pasado en Molina para que la convergencia no haya sido posible... Se está engañando, pero no queremos entrar en eso. Para nosotros es más importante lo que pase después del día 24.

Usted es un afiliado histórico del Partido Comunista.

Sí, soy afiliado del PCE desde que tenía 16 años, y de Comisiones Obreras un poco menos, porque me afilié dieciséis minutos después. Eso fue lo que tardé en ir de una sede a la otra. Llevo mucho tiempo militando en el PCE, y soy secretario local de CCOO en Molina. He sido presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos en Molina, he estado en la asociación de padres de mi colegio, y he estado allá donde ha habido un movimiento social. Traigo una mochila cargadísima, estoy muy orgulloso y no pienso desprenderme de ella. Como digo en un poema que escribí sobre ser de izquierdas, ser “de zocatas”, vengo con cuatro pelos mal puestos que me 'quean en la caeza' pero con muchas ganas de luchar y de dar lo que tengo.

Toda una vida el política. ¿Qué le parece la tendencia de algunas personas de ensalzar al ciudadano frente al político, sea del partido que sea?

En una palabra: error. Error. Ahora, en dos palabras: grave error. Aquel que entienda que la unidad del pueblo, de eso que se nos llena la boca diciéndolo, que es la ciudadanía, la podemos hacer desde la división, se equivoca. El ciudadano que se compromete con la sociedad y participa en movimientos sociales, en asociaciones de vecinos, en asociaciones de padres o en la escalera de su edificio, es un ciudadano muy importante para la sociedad. Y entiendo que si además se compromete con una organización política, donde se organiza la vida política de nuestro país, para mí es un plus. Yo, antes de afiliarme al PCE, fui ciudadano solo durante 16 años, y entiendo que el paso que di en aquel momento, de comprometerme con una formación política, fue muy importante y supuso un paso más en mi compromiso con la ciudadanía. El que, desde una posición de no estar afiliado a ningún partido, pretende decir que eso es un plus, está en un error. ¿En qué se basa para decir que es más decente que yo? Ese ciudadano está preocupado por los desahucios, por la sanidad, por la educación o por el precio de la leche exactamente igual que yo, pero yo llevo un escudo que dice que soy de Izquierda y Unida, y que me he unido a Alternativa Socialista y a otros ciudadanos independientes, y que vamos dando todo lo que tenemos cada uno con nuestro escudo y nuestra bandera, sin avergonzarnos.

¿Llevaban tanto tiempo esperando, que no estaban preparados para alcanzar un acuerdo de mínimos a favor de la ciudadanía?

Sí, estoy convencido. La ciudadanía, a la que estamos montándole un taco de dos pares de narices, porque vamos a dar lugar a que la gente no sepa lo que es la izquierda y la derecha... Bueno, ya hay algún partido empeñado en el que desaparezca el término izquierda y tal. Pero te decía que si la gente que está por la calle todos los días, los que tienen sus problemas cotidianos, supieran de los debates, de las discusiones, de los enfrentamientos muchas veces incomprensibles y hasta crueles que hemos estado teniendo entre cuatro paredes una cantidad más o menos grande de militantes de la izquierda en esta Región... Si supieran los debates que hemos tenido, que muchas veces no tienen nada que ver en absoluto con solucionar los problemas de esta sociedad, la gente nos diría como se dice en la huerta, “anda irse a hacer puñetas”. Nos tiramos horas y horas hablando del sexo de los ángeles, hablando de dónde ponemos la coma y los puntos suspensivos, y luego los problemas de la gente los debatimos tarde, mal y nunca. Yo confío en que cuando se nos vaya la calentura de la confluencia, y pasen las elecciones, vamos a ser capaces de cambiar el discurso político y sentarnos a hablar tranquilamente. Tengo esperanza en que seamos capaces de hablar de los problemas de la sociedad. Ahora todos queremos el voto de la gente para alcanzar el poder, y poner ese poder al servicio del pueblo, y que nos digan qué tenemos que hacer. Queremos mandar obedeciendo.

La división quizá sea menos grave en el ámbito municipal por la mayor proporcionalidad del voto, pero sí que tiene más coste en el ámbito autonómico por la ley electoral murciana.

En las autonómicas es que no hay perdón. Eso es casi delito, delito político. Ahí no es que tengamos una espina, es que tenemos una estaca clavada. Si la gente supiera lo que supone que por la ley electoral, la Región esté dividida en cinco circunscripciones... Eso sólo tiene un interés: que los votos de las minorías se diluyan entre las cinco circunscripciones, y que esos votos se pierdan. Eso al PP le interesa, y al PSOE le interesaba hasta ahora, aunque ya está cambiando. José Antonio Pujante, coordinador regional de Izquierda Unida, le propuso a Podemos ir juntos a las autonómicas, porque yendo juntos, seguro que se conseguiría más del 5% de los votos, que es lo difícil. A partir de ahí la cosa se multiplica más rápidamente. Podríamos haber sacado un resultado espectacular y haber llevado a la Asamblea unas propuestas increíbles, y podríamos haber hecho un gran trabajo. Pero por la arrogancia y la prepotencia del compañero Urralburu, no sé si acompañado por sus inscritos, que le ha llevado a no contestar siquiera, vamos a ir por separado y eso le va a hacer perder mucha fuerza a la izquierda de la Región. Corremos el peligro de que las ideas se queden de nuevo en un cajón, pero vamos a seguir luchando, en cualquier caso.

¿Cuáles son los principales problemas de Molina de Segura?

Eduardo Contreras lleva gobernando en Molina de Segura desde hace 20 años. Y de manera muy legítima. Eso no lo vamos a discutir porque llevamos la democracia en los genes, y la mayoría del pueblo de Molina lo ha votado. Esperamos, no esperemos, esperamos, que ese volcar de votos en Contreras ya se ha acabado. Esperamos, y va a ser así, que el PP caiga. Y yo digo que el problema más grave que tiene Molina se llama Eduardo Contreras. Luego me verá y me dirá, “coño 'Moreno' lo que dijiste”, pero es así. Y no porque sea más bueno o más malo, sino porque 20 años gobernando la misma persona hace que se pierda la ilusión, que se pierdan las ganas, que se pierdan las ideas... Entre otras cosas porque ya llegas al convencimiento de que las únicas ideas buenas son las tuyas y que los demás no tienen ni idea. Tanto tiempo gobernando hace que el poder político casi se funda con el funcionariado, hagan un cuerpo, y convirtamos el ayuntamiento en un cuerpo infranqueable. Eso no es bueno para la ciudadanía.

¿Y con qué problemas se encuentran ahora los ciudadanos de Molina?

Molina tiene cerca de 7.000 parados. Hay muchas familias a las que no les entra ni un sueldo. Sé que se están tomando medidas para que los que lo necesitan tengan algún recurso en el ayuntamiento, pero son pocos. Hay que poner más. Hay gente que lo está pasando tan mal, que le da vergüenza salir a la calle a decirlo. Nosotros proponemos descentralizar los servicios sociales y llevarlos a los barrios y pedanías, donde hay más gente con problemas y que ya ni salen de casa. Estando ahí, ese problema se detecta con más facilidad. Tenemos una plantilla muy competente, una plantilla increíble en los Servicios Sociales del ayuntamiento, gente que tiene ante sí una tarea que por un lado es desagradable, porque ves muchos problemas, pero que al mismo tiempo es agradable porque están ayudando a la gente. Pero fíjate, la plantilla de los Servicios Sociales, todos los profesionales que tienen que inspeccionar y moverse por el municipio, tienen un único vehículo municipal a su disposición. ¡Uno solo para todos! Es increíble que tengamos una concejalía como esa con tan pocos recursos.

Cuéntemos alguna propuesta de Ganar Molina para reducir el desempleo.

Hay una cosa que nosotros llevamos por bandera, y es la de crear el banco de tierras. Molina siempre ha sido una zona agrícola muy fértil, que ha dado mucho trabajo y mucha riqueza. Con el 'boom' del ladrillo nos volvimos todos locos y nos cargamos la huerta, y la dejamos de lado, y creo que ha llegado el momento de volver a la huerta. La huerta es la que da las 'crillas', que decimos. La que da los tomates, los pimientos, las berenjenas, las habas, las coles... Y eso es comida y riqueza. Hay muchas tahúllas en Molina con gente que, además, por haber reclasificado muchas parcelas, está pagando un IBI altísimo. Ante eso proponemos un banco de tierras, y que los propietarios de esos terrenos llenos de matujos, con la tutela y el apoyo del ayuntamiento, se pongan en contacto con personas paradas de Molina que estén dispuestas a cultivar esas tierras. Vamos a hacer una rebaja importante del IBI para ese propietario, y vamos a hacer que esa tierra nos dé riqueza, y al mismo tiempo, que el paisaje natural cambie, que ver la huerta verde da alegría. Incluso a la gente con depresión, le da alegría. Y hablamos de economía local, de que la gente se gane la vida dignamente. Y le damos un espacio en los mercados para la que gente venda esos productos. Con eso no solucionamos el paro, pero sí que ayudamos a que mucha gente salga de una situación muy difícil.

Parados de larga duración, personas muy útiles que han perdido la esperanza.

Mira, yo tengo un hijo que estuvo muchos años parado, y cuando tuvo una hija, mi primera nieta, me dijo, “¿has visto lo que ha hecho el inútil de tu hijo?”. No le pegué dos 'guantás' porque es muy grande, pero se me cayó el alma a los pies. “¿Tú, inútil?”. Un hombre con treinta y cuatro años diciendo eso... Es muy triste, y por eso hay que darles la posibilidad de que salgan de ahí. El banco de tierras nos vendría muy bien a todos. Y luego hay un asunto que nos tiene mosqueados: la empresa pública Sercomosa, porque parece el sitio donde encuentran empleo los amigos y familiares de los concejales del PP. En Molina hay 7.000 parados, y algunas familias en las que no entra ningún salario, mientras que en Sercomosa hay hasta cuatro, cinco y seis miembros de una misma familia trabajando. Eso es una injusticia. No decimos que haya que echar a la calle a los que están trabajando en Sercomosa, pero al ser una empresa pública, en adelante hay que contratar de otra manera.

¿En qué situación está Sercomosa?

El otro día hablaba con un empleado... Se firmó un ERE con el ayuntamiento, por cinco años, en el que se aceptó la reducción de horario y de sueldo, y se firmó que durante ese tiempo no se contrataría a nadie en Sercomosa. Pues bien, están entrando trabajadores y trabajadoras todos los días, por un tubo. Eso no puede ser... Y luego tenemos más propuestas en materia de empleo. Ya sabemos que los ayuntamientos no son grandes creadores de empleo, por desgracia, pero se pueden hacer cosas. Incluir cláusulas sociales en los contratos públicos, y por ejemplo, atender también a una franja de edad muy delicada, que es la de 45 años en adelante. Hay que dar respuestas a toda esa gente.

La respuesta, ¿la tiene la izquierda?

Pues mira, escribí un poema que se titula “ser zocatas” cuando empezó a ponerse de moda eso de ocultar que uno es de izquierdas. Eso me cabreó, y tengo la suerte de, mal que bien, poder juntar letras y que de vez en cuando salga algo que merezca la pena. Me desahogo así. Me gusta ser de zocatas y estoy orgulloso. Donde he podido recitarla, la he recitado, y lo hago con fuerza porque me sale así, me sale del corazón. Como decía Alberto Garzón el otro día en Murcia, somos de abajo, sí, pero de abajo a la izquierda. Abajo es muy grande y cabe mucha gente, y si la gente de abajo no votara al Partido Popular, el PP no estaría gobernando. Hay gente abajo que, equivocadamente o no, es de derechas. Así que de abajo sí, pero de abajo a la izquierda.

Para acabar, cuéntenos algo de su afición por la poesía en panocho.

Me gusta escribir panocho porque es lo que hablaban nuestros mayores, y no deberíamos consentir que se perdiera. Los murcianos de hoy no tenemos derecho a dejar que eso se pierda, y yo hago fuerza, toda la que puedo, para que no se pierda. Eso es cultura popular y son nuestras raíces. Además, me gusta recitar porque me permite dirigirme a la gente en una forma en la que está todo el mundo callado y nadie discrepa (risas). Me gusta hacer poesía por lo que decía aquél, porque la poesía es un arma cargada de futuro. Y aquél otro que decía, “maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”. Y a mí me gusta tomar partido, y decir cosas cuanto más reivindicativas y solidarias, mejor.

El panocho tiene una fuerza y una expresividad particular.

Sí, afortunadamente en nuestra lengua tenemos muchas palabras que son preciosas, y también profundas. Dentro de esa delicadeza, son palabras también fortísimas. Tenemos que aprovechar nuestra lengua y divulgarla. Hay una parte de ciudadanos y ciudadanas de esta Región que se permiten incluso el lujo de ridiculizar el panocho, y creo que se equivocan. Es una lengua que viene del cruce de muchas culturas y de mucha gente y tenemos que estar orgullosos de eso y conservarlo. Nuestros críos tienen que saberlo.

Hay que llevarlo a la escuela.

Sí, bueno, yo no diría que haya que estudiarlo en el colegio, como dijo uno una vez... Eso no, al menos de momento. Pero mira, te voy a contar una anécdota. Estuve recitando en un colegio de Molina que se llama Gregorio Miñano, en el que han dedicado su semana cultural a la huerta. Me dieron la satisfacción de llamarme y de hablar de esto a los críos, y no recuerdo qué poesía estaba recitando yo delante de los niños, que estaban todos sentados delante de mí, cuando uno de ellos me dijo, “¡oiga, oiga! ¡Que Fulanito está llorando!”... No recuerdo el nombre del niño, pero estaba escuchando la poesía y llorando. Me acerqué a él y le dí muchos, muchos besos, y se me saltaron también un poco las lágrimas, de ver que yo con mis cosas, con mis letras, había sacado el sentimiento de un crío, ¡ni más ni menos! Eso es lo que busco con mis poesías, sacar el sentimiento.

Con el 'boom' del ladrillo nos volvimos todos locos y nos cargamos la huerta; la dejamos de lado. Y creo que ha llegado el momento de volver a la huerta