¿Quién es Trinitario Casanova Abadía, si lo tuviera que decir Trinitario Casanova Abadía?
Pues yo creo que soy un empresario con muchas ganas de trabajar, y con mucha constancia en lo que hago.
¿Y qué cree que piensa la gente sobre usted?
Pues depende de la ciudad. En Murcia, al ser una ciudad de tamaño medio, soy más conocido, sobre todo por algunos casos. He sido conocido muy en contra de mi voluntad, porque considero que no se tenía que haber hecho la publicidad que se hizo de un convenio que simplemente nos limitamos a cumplir con la legalidad que exigía el ayuntamiento de Águilas, y hay personas que piensan que se hizo mal y otras que piensan que actué como cualquier otro empresario hubiese hecho.
Es seguro que yo tenía pensado que habláramos sobre La Zerrichera en esta entrevista, y curiosamente, siendo de lo que menos le gusta hablar, lo ha sacado usted mismo muy pronto. ¿Lo tiene clavado en el alma? Especialmente porque a pesar de su dimensión como empresario, la opinión pública sólo le conoce por este asunto. ¿Cómo lo lleva?
Lo llevo como creo que hay que llevarlo. No todas las cosas salen bien, hay que estar acostumbrado a que unas veces las cosas salen bien, otras regular y otras mal. En este caso, después de muchos proyectos realizados durante veinticinco años trabajando, este fue un proyecto más en el que insisto que hicimos todo lo que teníamos que hacer, como cualquier empresa, asumiendo y controlando todos los pasos que la ley marcaba para hacerlo. Después, al Gobierno se le ocurrió cambiar de opinión cuando estaba todo aprobado, cometiendo con ello un perjuicio muy importante a una de mis empresas, y lógicamente eso me sentó mal y le hubiese sentado mal a cualquier empresario. Pero nada más, repito, hay negocios que salen mejor y negocios que salen peor.
Pues casi no lo dejo para luego, ya que ha sacado el tema de La Zerrichera, vamos con él: ¿Qué pasó? ¿Cuál es la verdadera historia?
Lo que pasó se ha visto en los juzgados y poco más hay que añadir. No pasó nada que no se haya aclarado ya. Y en cuanto a la actuación de mi empresa, está completamente definido que fue correcta, como está claro también que un cambio de opinión de la dirección política regional fue lo que paralizó un proyecto legal y que estaba totalmente aprobado.
¿Eso es lo que pasó?
Si quiere le puedo hacer un símil, a mí me gustan mucho. Imaginemos que usted compra un piso, y va al notario y el comprador le da un cheque bancario emitido por el banco, y usted vende el piso y cuando se va a su casa, le dicen que el cheque bancario que le han dado es falso. Eso fue lo que le sucedió a mi empresa con el Gobierno murciano. Aprobaron un proyecto que había pasado todos los trámites, que había estado expuesto al público, que había hecho todos los informes de impacto medioambiental correspondientes y después de estar aprobado por todas las administraciones, tanto la local como la regional, como la del gobierno, la urbanización de la Zerrichera quedó firmada. Y de buenas a primeras el Gobierno regional cambió de opinión en cuanto a llevar adelante el proyecto, porque políticamente le pareció que iba a conseguir más votos, nada más y nada menos. Esa es mi versión de lo que pasó, pero como insisto, ya en el juzgado se ha visto, y efectivamente me han dado la razón, yo cumplí con lo que tenía que hacer. El Gobierno fue el que después de estar todo aprobado, incumplió.
¿Le dio alguna explicación el Gobierno de Murcia o su presidente, entonces Ramón Luis Valcárcel?
No, no me dio ninguna explicación de ningún tipo ni yo se la pedí a nadie. Cuando una persona firma un documento, insisto en la comparación con el cheque, y luego dice que no sabe nada de esa firma ni de ese cheque, está claro que no quiere cumplir. ¿Para qué voy a pedir explicaciones? El Gobierno regional sabrá porque hizo eso.
Cuándo aquello sucedió, hace años, tuve la oportunidad de entrevistarle en exclusiva, y entonces dijo que Valcárcel era un cobarde. Aquellas declaraciones suyas levantaron mucha polvareda, supongo que lo recuerda. ¿Lo sigue manteniendo?
Yo creo que exactamente cuando me llamaste por teléfono, que no te conocía, ahora te conozco personalmente, dije que había sido un acto de cobardía, creo recordar. Esas declaraciones mías se interpretaron, y cada uno pensó lo que quiso pensar. Yo no me arrepiento de lo que dije, porque considero que fue un acto de cobardía ese cambio de opinión, después de estar todo firmado. “No es que yo te diga creo que sí y mañana soy dueño de decirte creo que no” , es que estaba todo firmado y cumplimentado, después de dos años y medio que duró el convenio urbanístico y la modificación puntual.
Lo que hizo el Gobierno regional no se puede hacer, por eso cuando me entrevistaste entonces te di la misma opinión que te doy ahora, porque creo que ningún político, ni ninguna administración puede ir en contra de sus propios actos, y eso fue lo que hizo el Gobierno Regional, presidido por Valcárcel. Entonces y ahora, me parece que revocar el proyecto de La Zerrichera fue un acto de cobardía de todos los que componían la Administración.
¿Incluido el de “la foto del pastel de carne”? Hablo de una foto suya en los toros compartiendo merienda con Joaquín Bascuñana, actual delegado del Gobierno, foto que dio pie a muchas especulaciones sobre su estrecha relación como empresario con este importante político.
Joaquín Bascuñana era y es amigo mío, es una persona que no fue “un amigo de la política”. Yo le conocía mucho antes de que entrara en política. Yo no he hecho amigos en la política. De hecho yo no soy político, nunca he estado afiliado a ningún partido, jamás. Yo soy empresario, no soy político ni tengo ninguna intención de serlo. Ahora bien, si mis amigos se convierten en políticos no por eso dejan de ser mis amigos, son los mismos que eran antes y después y si mañana alguno de ellos se dedica a vender pescado, seguirá siendo mi amigo, haya sido consejero o delegado del Gobierno de España.
¿Su relación con el poder, o si lo prefiere, su cercanía al poder le ha aportado más disgustos que beneficios, o lo contrario, en el caso que nos ocupa, incluso le ha costado dinero?
En todo proyecto empresarial, hay negocios que salen mejor y negocios que salen peor. Una empresa se dedica a crear riqueza, pero la riqueza no viene sólo porque se gane un dinero puntualmente, viene dada también porque el proyecto empresarial va creciendo, y creciendo y cada vez se hace uno más grande, y lógicamente La Zerrichera fue una partida negativa dentro de las muchísimas operaciones que en ese momento estaban haciendo mis empresas. Y en cuanto a mi relación con los políticos, no era ni es, nada extraordinaria. Las empresas quieran o no quieran, tienen que tener relación con las administraciones y estas están gobernadas por políticos, por eso mis empresas estaban y están en contacto con los políticos del Partido Popular, del PSOE, de IU o de quien estuviera o esté al frente de las mismas. En el Gobierno regional estaba y está el Partido Popular, lo normal es que si tú tienes que verte con alguien te veas con el que está mandando y en ese momento era el PP, y en cuanto a satisfacciones o disgustos, supongo que las mismas que con cualquier otro partido. Ni me dan ni me quitan, simplemente creo que mi obligación como empresario es estar en contacto con los que gobiernan, que al fin y al cabo son los que nos administran. Pero repito, ni me han quitado ni me han dado.
¿Y le han pedido algo?
Jamás, ¿te refieres a si me han pedido dinero?
Dinero, dádiva, prebenda, algún tipo de contraprestación. ¿Ha tenido que pagar algún “peaje”?
No, nunca me han pedido ningún peaje ni en ayuntamientos ni en comunidades autónomas, jamás. Si es que me lo hubiesen pedido no hubiera hecho nada, todo lo que he hecho lo he hecho sin dar dinero a nadie. Creo que ahora mismo la opinión publica está muy afectada por el asunto de la corrupción y todo lo que suena parece malo, pero si los metemos dentro de la proporción de obras, de convenios, proyectos, desarrollos inmobiliarios en todo el país, los casos de corrupción solo están presentes en un porcentaje muy pequeño dentro del montante de todo lo que se ha realizado en los últimos quince años. Puede ser que eso sea una gota en el océano, lo que pasa que un garbanzo negro destaca entre los blancos, pero estoy convencido que eso no significa, y así quiero creerlo, que la corrupción sea una práctica habitual en este país.
Un país en el que usted se dedica en estos tiempos que corren a comprar edificios, no deja de ser curioso que mientras hace operaciones de semejante envergadura no haya demasiada repercusión pública de su actividad empresarial.
Recientemente hemos adquirido la antigua sede de Peugeot en Madrid, en la avenida de los Toreros, para rehabilitarla. Y en Barcelona, las instalaciones de Alstom. Y hemos adquirido el edificio del Internacional en la Gran Vía de Murcia para rehabilitarlo. Nos gusta comprar suelo y hacer promociones nuevas, pero también nos gusta cosas comprar obras hechas. Estamos en un momento de expansión y queremos aportar también con nuestras iniciativas un poco de luz al panorama económico que parece que se va despejando.
Usted empezó a trabajar muy joven, con 16 años. ¿Recuerda el primer negocio que hizo? Aunque no sé si prefiere decir cuál fue su primera empresa... Parece que no es lo mismo hacer negocios que ser empresario.
Yo tengo una frase para eso, cuando alguien me dice 'yo tengo un negocio', siempre le digo, 'mejor di que tienes una empresa'. Un negocio se hace para ganar dinero, y si tienes una empresa es para aportar y obtener riqueza. Yo empecé a trabajar con dieciséis años, con mi padre, y por la noche estudiaba. Él se dedicaba al mundo de la fruta, de la exportación, que es un mundo muy duro, y aprendí bastante a su lado. Fue mi maestro y mi mentor y me siento muy orgulloso de él. Luego a los veintidós años me independicé, porque me casé, y empecé por mi cuenta. Mi primer negocio lo hice en Alicante, aunque ya vivía en Murcia, y claro que lo recuerdo. Para cualquiera que se dedique a los negocios, el primer dinero que se gana siempre te motiva y nunca se olvida, te hace sentir bien y te da fuerza para seguir adelante.
¿Actualmente es usted tan rico como dicen, tiene tanto dinero como se comenta?
Yo creo que la palabra rico es una palabra muy amplia. Me considero una persona afortunada porque tengo salud, que aunque le parezca un tópico es lo más importante. Si encima a eso le añades que tengo una familia que me quiere, que me transmite cariño, que tengo la inmensa suerte de tener dos hijos maravillosos, que me quieren muchísimo y yo les quiero a ellos también muchísimo, y que me siento muy a gusto cuando estoy a su lado, es para sentirse afortunado. ¿En las empresas? Por supuesto que he ganado dinero y me encanta, disfruto mucho con mi trabajo. La palabra rico la puede uno decir de muchas maneras y todo es relativo, puedo decirle que tengo lo suficiente, y lo que cualquier persona hubiera deseado en su vida, así que me considero, insisto, muy afortunado.
¿El dinero da la felicidad?
No. El dinero ayuda por supuesto, no hay que ser hipócrita, el dinero ayuda bastante, pero también el dinero te puede hacer muy infeliz, y de hecho yo he conocido más gente infeliz con dinero, que gente sin dinero que es feliz. Hay más gente feliz sin dinero que lo contrario, entonces podemos decir no da la felicidad pero ayuda, y en épocas como esta que estamos pasando, o hemos pasado de crisis, más. El dinero hace mucha falta.
¿Por lo que usted ve, estamos saliendo de la crisis? Imagino que debe tener alguna idea sobre si es verdad o no esto que ya se anuncia como cierto.
No se puede afirmar tajantemente que hayamos salido de la crisis, pero es verdad y puedo decirte que estamos en el mejor momento de los próximos cinco años. Es decir, estamos en el momento de partida, yo creo que lo peor de la crisis ya ha pasado, eso está testado. Estamos en un momento muy bueno, porque siempre da gusto empezar las cosas por los cimientos. Estamos en el minuto uno de lo que puede venir que creo que es positivo.
¿Hemos aprendido algo de esta crisis?
Yo siempre he dicho que la economía tiene que estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía. Hemos cometido muchos errores, todos, los empresarios, los políticos, los particulares, la sociedad... Pero lo peor son los recortes sociales que se han hecho en estos años de crisis, unos recortes que han dejado en la cuneta a mucha gente y eso nunca tenía que haber ocurrido. Eso lo digo, lo he dicho y lo repito. Gracias a Dios, esto parece que ha terminado, y parece que ahora sí que es el momento de que la economía empiece a despertar, lo que no es para que nadie se ponga una medalla. Ha sido un ciclo, el más duro de nuestra historia, pero un ciclo al fin y al cabo que como todo ciclo tiene su fin.
¿Cómo ve el futuro de la Región de Murcia?
Creo que es una de las más dañadas por la crisis, pero como pasa en un tren, todos los vagones que están unidos a la locomotora al final andan. Entonces, nosotros como región también vamos a salir beneficiados de esta recuperación económica. Obviamente no se puede comparar con las reacciones que se van a producir en otras autonomías donde la recuperación es más ágil y más rápida y donde las inversiones llegan primero que a Murcia, que siempre llegan más tarde. Pero vamos a salir si o si.
¿Vamos a “salir” en avión desde Corvera o en el AVE? Si se me permite la broma...
Pues de momento vamos a salir en coche. Lo del AVE y el avión dependerá de los que se encarguen de eso.
¿Cree que va a haber un cambio político en las próximas elecciones?
Como yo me mojo de vez en cuando, pocas veces, pero me mojo, lo voy a hacer ahora: Yo creo que va a haber una subida tremenda de Ciudadanos, que no se si les alcanzará para llegar al cambio total, pero sí que va a haber una subida enorme de Ciudadanos en la Región de Murcia, y en toda España. Es una tendencia clara. Más que una tendencia es una ola, y esa ola lleva ese camino y no se puede discutir. Yo creo además que va a sorprender en positivo lo que va a suceder. Eso no quiere decir que después lo hagan bien... A mí me gusta su programa electoral, pero aún no sé a quién votaré. Creo que la candidatura de Ciudadanos va a arrastrar muchos votos y que le va a quitar muchos votos a unos y a otros, y como este ha sido hasta ahora un país bipartidista, pues creo que les va a restar votos principalmente al PSOE y al PP.
¿Cree que el PP de la Región de Murcia va a perder las elecciones?
Yo creo que lo va a tener muy, muy difícil, para mantenerse. Mi opinión personal es que es muy posible que sí, que el PP pierda las elecciones.
Antes de acabar la entrevista le quiero preguntar sobre lo que parece una leyenda urbana, que establecería alguna relación entre el juez del TSJ, Manuel Abadía, que ha señalado al expresidente Ramón Luis Valcárcel como presunto corrupto en la instrucción del caso Novo Carthago, y usted. ¿El juez Abadía es familia suya?
Al final somos todos familia, en Murcia, en Beniel, en Alicante... Desde Adán y Eva somos todos familia. Creo que Abadía es primo segundo o tercero de mi madre, por algún lado. Si es Abadía, algo me toca, pero vamos que no, que creo que tiene algún parentesco por parte de mi madre y no hay nada más. En Barcelona por ejemplo hay un montón de Casanova y yo no conozco a ninguno, y cuando voy por el mundo y me preguntan mi apellido y digo casanova no se lo creen, piensan que voy de ligón y se creen que estoy de cachondeo, que soy descendiente directo de Giacomo Casanova,
¿Qué titular le ponemos a esta entrevista?
Yo creo que el titular hay que ponérselo en positivo, porque estamos en el momento que hay que ser positivos, en el que las cosas están mejorando y en el que insisto creo que la economía despega. El titular podría ser que soy un empresario con ganas de trabajar.
¿Volvería a hacer las cosas como las hizo? Alguna de ellas por ejemplo en el asunto de La Zerrichera.
Yo creo que hice lo que tenía que hacer, no me arrepiento de nada. Volvería a hacerlo porque lo hago todos los días, si yo firmo una cosa debo de cumplirla. No oculté nada a nadie de lo que estaba haciendo y todos los pasos que tuve que dar los fui dando. Ahora estamos desarrollando en España dieciocho o veinte proyectos, todos a la misma vez en distintos ayuntamientos, y si mis arquitectos presentan un proyecto, y le dice el ayuntamiento que tiene que rectificar algo lo rectifica. Nos dan la licencia y nos ponemos a construir, y en ningún ayuntamiento ni en ninguna región nos han dicho después de darnos la licencia que la constructora no puede construir, y hemos hecho la misma tramitación que hicimos en La Zerrichera. Ha sido el único caso en mi historia y por supuesto, creo que no sé si habrá caso parecido en toda España, en el que después de estar autorizado se denegara. Entonces no me arrepiento. Hice lo correcto, lo que tenia que hacer, lo que decía la ley.
¿Entonces por qué se paralizó su proyecto urbanístico en La Zerrichera?
Pues por razones electorales, porque no tiene otra explicación. Creo que la política es una actividad un poquito especial. Yo no soy político ni tengo intención de serlo, pero como he dicho me sorprende que por decisiones políticas se puedan tumbar cosas que la Administración ha ido aprobando. Y si no tenía intención de aprobarlo, que lo hubiera dicho el primer día, y no se hubiera aprobado ni el convenio urbanístico. Hay que partir de la base que si tú vas a un Ayuntamiento y propones algo, que es imposible de hacer, para qué lo firmas o para qué lo llevas a un pleno, punto número uno. Punto número dos, si después de que lo firmas y lo llevas a un Pleno y se aprueba, lo pasas a la siguiente administración y también se sigue aprobando, y se sigue autorizando, independientemente de todas las trabas del mundo, si sale adelante, aunque se hubiese equivocado el ayuntamiento, tú no te equivocas y cortas. No siga usted ni invirtiendo ni gastando dinero, ni perdiendo el tiempo... Si continúas es porque estas convencido de que lo que estás haciendo está primero dentro de la ley, y segundo crees que con ello se van a crear puestos de trabajo y va a ser beneficioso para tu municipio, y para la región porque era una inversión muy importante. Si cuando llegas al final del recorrido tomas la decisión contraria, solamente hay una explicación: Es que políticamente no te interesa. Por qué motivos, pues tú sabrás los motivos políticos... No te interesa porque crees que te va a quitar votos, o ser una corriente de críticas constante, o de desgaste.
¿Espera que Valcárcel le explique alguna vez por qué tomó la decisión de paralizar el proyecto de La Zerrichera por encima de su aprobación?
No, no, no tengo nada que hablar con Valcárcel. Para mí Valcárcel es como si fuera otro apellido. Me da igual que se llame Valcárcel, o se llame como se llame, él era el presidente en aquel momento, el máximo responsable político, pero yo no tengo nada personal contra Valcárcel, ni contra ningún político, y lo digo de corazón. No albergo ningún rencor contra ningún político, ninguno, simplemente lo que me hicieron estuvo mal desde mi punto de vista como empresario, porque si tú firmas algo es para cumplirlo y si después de firmarlo crees que te has equivocado, no continúes aprobando y aprobando el proyecto durante dos años hasta llegar a la aprobación definitiva para después decir que todo lo anterior, no vale para nada. Cuando el empresario ha invertido, ha gastado, se ha comprometido con terceros, y a la misma vez, de paso vas y acabas con la expectativa de esa ciudad en la que ya incluso había gente que se estaba apuntando para trabajar... El que desparecieran de un plumazo los puestos de trabajo que se iban a crear bajó los ánimos de todos. Pero a mí no me tiene que dar explicaciones nadie, yo no soy un político al que otro político le tenga que dar respuestas, yo sólo soy un empresario.
Muchas gracias por la entrevista, para no apetecerle hablar del pasado y del caso de La Zerrichera ha sido generoso conmigo y con los lectores. La última pregunta ahora sí: ¿Cómo lleva su Fundación, a través de la que está canalizando muchos proyectos solidarios?
La Fundación Trinitario Casanova para mí es muy importante, y sobre todo en lo que tiene que ver con Murcia que es donde estamos ahora mismo actuando, porque podíamos hacer cosas fuera de aquí, que las haremos, pero yo quiero que primero las hagamos aquí en Murcia que es donde estamos. La Fundación lleva el nombre de mi padre, del que como he dicho antes me siento muy orgulloso, y ojalá que con el paso de los años me pueda dedicar cada vez más a la Fundación, porque creo que es muy gratificante después de tanta lucha y de tanta empresa, que no deja de ser una pelea aunque insisto en que yo me lo paso bien porque disfruto con mi trabajo. La Fundación necesita cada vez más recursos, y estamos atendiendo todos los frentes posibles. Es una tarea difícil porque hay muchas necesidades que cubrir, y más en estos tiempos.