'Leer el presente' es un espacio que dedicamos a libros desde eldiario.es/murcia. Del mundo a la página y viceversa. Coordina José Daniel Espejo.
Juego de Sara Mesa: una lectura de 'Un amor'
Tenía ganas de leer más de Sara Mesa desde que leí su relato 'La amabilidad' y lo he hecho estos días leyendo su última novela. En 'Un amor', Mesa juega con la lectora no sé si como principal intención o como efecto secundario de construir algo muy meticuloso. No sé si diría que es un juego divertido pero sí un buen juego en el que apetece llegar hasta el final.
Nat es traductora y se ha mudado a La Escapa, un pequeño núcleo rural. Hay un narrador externo que conoce todo lo que percibe, siente y le sucede a ella. La fiabilidad del narrador contrasta con la desconfianza que producen todos los personajes con los que se encuentra. En la lectora se produce una sensación de tensión y de extrañeza que es constante porque nadie en el relato parece confiar en nadie. Nunca se sabe cuándo alguien miente o hasta qué punto se dice la verdad. Y a la vez también se producen silencios y sobreentendidos que en algunas ocasiones hacen pensar en si esa desconfianza tiene fundamento real.
Los hechos también están cargados de condescendencia y de comportamientos violentos como la pasivo-agresividad y el abuso de poder. Los momentos de apego con otros personajes son o inexistentes o muy fugaces. Cualquier relación que se presupone sentada sobre la atracción física, el amor romántico o una conexión profunda y mutua, aquí tiene un 'pero'.
A todo esto se le suma el problema de la fiabilidad del lenguaje y de la imposibilidad o inhabilidad de expresar, de entender y de traducir correctamente. Esta imposibilidad de elegir la palabra precisa parece ser llevada al límite inteligentemente por la autora a la hora de escoger el título de la novela: 'Un amor'. El libro no va de un amor ni, a priori, del amor en general. Habría que definir el amor como algo más amplio de lo que comúnmente entendemos por ese término para decir que la novela trata de ello.
Algunos personajes y elementos del entorno auguran desde el principio qué puede suceder al final. Si releo la novela ahora que conozco todo el argumento, es posible que descubra que se me han escapado algunos. En mi lectura, diría que es posible que parte del juego sea sobreentender o acabar interpretando que la protagonista sufre algún tipo de depresión aunque no se diga en ningún momento. Y que el no nombrarlo sea otra forma de tratar el tema de la incomunicación, los silencios y las posibilidades del lenguaje.
Cuando empecé a pensar en reseñar este trabajo, caí que se relaciona de alguna manera con los tres de los que he hablado en Leer el presente hasta el momento. Hay una posible depresión que no se nombra y se habita una casa ajena que incomoda y oprime desde el principio, como en 'Litio', de Malén Denis. La incomunicación y la sensación de estar en una especie de limbo estarían presentes en 'Los días hábiles', de Carlos Catena Cózar. Las similitudes con 'Florescencia', de Kopano Matlwa, también son visibles pero creo que es mejor si no las comparto aquí.
Los habitantes de La Escapa seguirán viéndose envueltos en el mismo ciclo. Al final del juego me pregunto si será que simplemente no viven ese ciclo como un problema o si la cuestión es que es un pueblo donde lo que en realidad acostumbran a castigar no es el comportamiento que consideran inmoral o erróneo, sino la búsqueda o muestra de apego y conexión. Dudo que la sensación de incertidumbre se deba a cabos sueltos. Sara Mesa ha construido un relato muy meticuloso e inteligente donde, pese a las dudas no resueltas y las reflexiones sobre el lenguaje, todo se ha expresado de la forma precisa.
Tenía ganas de leer más de Sara Mesa desde que leí su relato 'La amabilidad' y lo he hecho estos días leyendo su última novela. En 'Un amor', Mesa juega con la lectora no sé si como principal intención o como efecto secundario de construir algo muy meticuloso. No sé si diría que es un juego divertido pero sí un buen juego en el que apetece llegar hasta el final.
Nat es traductora y se ha mudado a La Escapa, un pequeño núcleo rural. Hay un narrador externo que conoce todo lo que percibe, siente y le sucede a ella. La fiabilidad del narrador contrasta con la desconfianza que producen todos los personajes con los que se encuentra. En la lectora se produce una sensación de tensión y de extrañeza que es constante porque nadie en el relato parece confiar en nadie. Nunca se sabe cuándo alguien miente o hasta qué punto se dice la verdad. Y a la vez también se producen silencios y sobreentendidos que en algunas ocasiones hacen pensar en si esa desconfianza tiene fundamento real.