El Mar Menor se recupera, pero todavía le queda

El mes de junio ha sido muy positivo para el Mar Menor. Los últimos datos ofrecidos por Canal Mar Menor indican que desde el mes de febrero hasta junio se ha multiplicado el nivel de transparencia hasta los 5 metros, por apenas 1 metro de transparencia que tenía a principios de año y que se había mantenido varios años.

Por lo que respecta a los nutrientes, también la evolución ha sido, en general, muy positiva: han bajado notablemente las concentraciones de nitratos y especialmente las de fosfatos. Estas últimas hasta tales niveles que probablemente estén actuando como elemento limitante para la proliferación del fitoplancton, según anuncian desde la organización Pacto por el Mar Menor.

Hace unos días, el consejero de Medio Ambiente Javier Celdrán indicó que “es cierto que los estudios marcan que el Mar Menor continúa recuperando su integridad ecológica, pero tenemos que seguir siendo cautos, estar muy vigilantes y continuar trabajando para su recuperación total entre todos”.

También anunciaba que la Comunidad multiplicará considerablemente su presupuesto para el tratamiento y mantenimiento de la laguna. Serán más de nueve millones los que se inviertan hasta 2020, mucho más de los 1,7 millones que actualmente hay destinados para 16 investigaciones necesarias para el conocimiento científico y recuperación total de este espacio natural y hacerlo compatible con la actividad de los distintos sectores productivos.

Este aumento de presupuesto va ligado a la prevención del estado de la laguna, con el objetivo de que no ocurra lo que ya ha sucedido con el Mar Menor y su deterioro, algo de lo que el Gobierno Regional parece que ha tomado nota y escuchado las peticiones de los distintos canales de protección de la laguna.

No todo es transparencia

Los resultados obtenidos por Canal Mar Menor y que la organización Pacto por el Mar Menor trata de transmitir, indican que la regeneración es evidente, pero que hay mucho por trabajar. En especial, llaman la atención las altas concentraciones de amonio con máximos históricos, que probablemente provengan de la descomposición de la materia orgánica depositada en los fondos. El contenido de nitrógeno total también alcanza por esta razón máximos anuales.

En este caso esta materia orgánica en descomposición tambien podría aportar fosfatos a la columna de agua con lo que dejaría de actuar como elemento limitante. De hecho, en el mes de noviembre pasado, y sin una causa externa aparente, se produjo una importante elevación de los niveles de fosfatos, posiblemente procedentes de la materia orgánica depositada en el fondo. Estas sustancias impiden un uso plácido de la laguna, por lo que hay que tratar de suavizar su número para evitar casos como el de hace unas semanas.

Para continuar la regeneración del Mar Menor, según indican expertos como Ángel Pérez Ruzafa, catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia, o el mencionado Pacto por el Mar Menor, es imprescindible erradicar por completo los vertidos a la laguna. Esto es algo que se ha reducido en una medida importante durante los últimos meses, de ahí los datos positivos.

Vertido cero, el objetivo

La titular del juzgado de Instrucción 2 de Cartagena denegó, en un auto notificado este jueves, las medidas cautelares solicitadas por la Federación de Asociaciones de Vecinos, Usuarios y Consumidores de Cartagena y Comarca 'Fernando Garrido' (Favcac), en relación al procedimiento conocido como Mar Menor.

Diligencias que fueron abiertas a raíz de la denuncia interpuesta por posibles delitos contra la ordenación del territorio; contra los recursos naturales y el medio ambiente; contra el patrimonio arqueológico y un delito de usurpación de aguas.

La acusación popular solicitó cautelarmente el corte hidráulico de tres canales, fianza por valor de los daños morales y físicos sufridos por los afectados, cese de actividad de los embalses de riego, paralización de la producción en aquellas parcelas que no poseen cuota de agua; y restitución de los cultivos de secano, inmovilizando cualquier actividad relacionada con cultivos de regadío o, de manera subsidiaria, se solicita se limiten el número de cosechas anuales por parcela.

Sin embargo, la resolución dicta que si bien la situación del Mar Menor se debe en buena parte a los vertidos de origen agrícola, “éstos confluyen con los de origen urbano, los procedentes de la sierra minera de Cartagena y con otros contaminantes procedentes de actividades turísticas, recreativas y deportivas. Por lo que no tiene justificación pretender unas medidas cautelares que afecten exclusivamente a las explotaciones agrarias sin tener en cuenta otros detonantes, igualmente contaminantes, que nada tienen que ver con aquéllas y pretender con ello que sea la actividad desarrollada en dichas explotaciones la única de carácter lesivo para la adecuada conservación y regeneración del Mar Menor”.

Por tanto, existen una serie de condiciones en el Mar Menor que se deben estudiar y trabajar, tratando de solucionar cuanto antes el asunto de los vertidos de diferentes procedencias, bien dando una solución alternativa, bien minimizando el impacto de los vertidos que proceden tanto de los canales agrícolas, como los urbanos, como los de diferente origen.