Los regantes se encuentran con el cuento de nunca acabar. El nivel de sequía de la cuenca del Segura y la Región de Murcia es el más alto en muchos años y los agricultores murcianos se ven sin las herramientas suficientes para sacar provecho de su tierra.
El presidente de SCRATS, Lucas Jiménez ha confirmado que a mediados del mes de enero, los regantes se desplazarán a Madrid “a expresar al Estado nuestro malestar”, en una manifestación en la que esperan “se una la ciudadanía” y que sea en la Puerta del Sol, aunque “vamos a empezar a ver trámites y dónde nos van a dejar hacerla”.
La Junta General del sindicato ha aprobado una serie de movilizaciones y la realización de asambleas abiertas para informar de la situación, porque según Jiménez “estamos abocados tanto para el agua de regadío como para abastecimiento en la comunidad de Murcia, Alicante y Valencia”. Además, anuncia que a partir del año 2018, si no cambia nada, podrían producirse restricciones en estas regiones.
En Murcia, el próximo 12 de diciembre se convocará una manifestación que comenzará frente a la CHS y seguirá hasta la sede de la Delegación del Gobierno, mientras que también se ha anunciado para el 19 de diciembre una concentración simbólica en Torrevieja.
Jiménez ha definido la situación como “delicada y complicada”, y que están pendientes de los pozos de la Vega Media, de las cesiones y de qué pasa con la desalación “ya que no hay agua en cabecera”, aseverando que “las comunidades se quedarán sin agua” y que ya hay agricultores que están perdiendo cosechas.
Confrontación con Castilla La Mancha
Desde SCRATS también han lamentado que la Comunidad de Castilla La Mancha haya presentado hasta 16 recursos contra los envíos de trasvasar agua para el Levante desde 2015, los cuales ha perdido todos, aunque los dos últimos, según Jiménez “son especialmente sangrantes”.
El último es la personación del gobierno de CLM contra el expediente del Scrats, que solicita la anulación del cambio del modelo tarifario aprobado por el Consejo de Ministros en el que se aprueba una nueva tarifa que marca que habrá un fijo a pagar aunque no se derive agua hacia el Levante.
Según Jiménez, “esto nos da a entender que estamos haciendo lo correcto”, enfatizando que “una parte importante de ese cambio irá a parar a las arcas de la Comunidad Autónoma de Castilla La-Mancha”. A su juicio, el Gobierno central debería meditar “si es conveniente que alguien que se niega siempre a todo trasvase, se posicione a su favor”.