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Murcia se afianza como el gran bastión de la ultraderecha en España: uno de cada cinco votantes elige a Vox o a Alvise

Aldo Conway

Murcia —
10 de junio de 2024 18:07 h

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Se acaba una fiesta y empieza otra. La Región de Murcia reafirma su condición de feudo electoral de la derecha y la extrema derecha en estas elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo, en las que Vox y ‘Se Acabó La Fiesta’ (SALF), una candidatura encabezada por el exasesor de Toni Cantó, Alvise Pérez, han ocupado la tercera y cuarta posición, respectivamente. Los socialistas, segunda fuerza con 129.483 papeletas, continúan su retroceso y pierden en 41 de 45 municipios. Mientras las formaciones a la izquierda del PSOE, Sumar y Podemos, desaparecen paulatinamente del mapa político, las dos fuerzas a la derecha de los populares, Vox y SALF han conseguido aglutinar uno de cada cinco de los votos emitidos en la Región de Murcia con una abstención del 51,75%.

Mientras Vox se afianza en la normalidad como la opción ultra y obtiene el 15,85% de los votos en la comunidad murciana, el agitador propagandístico sevillano, Luis ‘Alvise’ Pérez, ha irrumpido con fuerza en la Región con un 6,58% de las papeletas, siendo la quinta provincia con mayor porcentaje de voto, detrás de Ceuta (7,8%), Málaga (7,44%), Almería (7,02%) y Las Palmas (6,73%). El apoyo a ambas extremas derechas alcanza el 22,44% de los votos en esta comunidad del sureste, el mayor del país.

La campaña de Alvise, orquestada principalmente a través de su canal de Telegram y sus redes sociales, ha puesto en el centro de su discurso la ‘corrupción política’. Si bien ha tratado de desmarcarse de los de Abascal, no ha sido hasta la campaña electoral en la que ha arremetido también contra Vox, a los que ha incluido dentro de ese espectro, ambiguo y populista, de la ‘clase política’, perfilándose como el auténtico candidato antisistema. Ya fue el cabeza de lista de Vox, Jorge Buxadé, que en el mitin de Murcia del pasado domingo 2 de junio, trató de asumir ese mismo rol.

La Región de Murcia, bastión de la ultraderecha

No es la primera vez que Murcia asoma en las cabeceras nacionales tras unas elecciones por ser la ultraderecha la primera fuerza política. En las generales de noviembre de 2019, los de Abascal superaron a los populares de Pablo Casado por diez mil votos, empatando en escaños a un hasta entonces todopoderoso PP que gobernaba -y gobierna- desde 1995.

Para el politólogo Antonio Cánovas Pinto, este trasvase en la correlación de fuerzas tiene mucho que ver con la idiosincrasia de las regiones agrarias de Europa: “Los populares encarnaban el espacio regionalista dentro de Murcia. El eslogan del 'Agua para todos', fue el emblema mayor del PP de la Región, y ahora ese mensaje ha recalado en la extrema derecha. Ahora, quien habla de agua es Vox”.

En esta ocasión, y siendo tercera y cuarta fuerza política, la extrema derecha ha dado un paso más en su avance por las instituciones, pero, ¿hasta dónde lograrán llegar? Cánovas considera que los partidos extremistas, a un lado y otro del espectro político, tienen un techo electoral mucho más bajo que los moderados: “Tradicionalmente, los partidos menos centristas han tenido un techo electoral relativamente bajo en los sistemas parlamentarios como los imperantes en Europa, teniendo una mayor vitalidad y esperanza en sistemas presidencialistas como los americanos. Vox en España está lejos de las tasas de éxito de sus colegas franceses, italianos, nórdicos o alemanes. Cabe pensar que una de las posibles razones sea el historial bipartidista de España, que se recupera lentamente, y así lo vemos en la concentración del voto en el Partido Popular y el PSOE, cada vez mayor, en detrimento de sus jóvenes rivales a ambos lados”.

Alvise Pérez, nuevo rostro de una extrema derecha bicefálica

Sin embargo, y sin una impronta partidista, más bien al contrario, Alvise Pérez aparece como un disruptivo de la política tradicional. Su lema, que encabeza su candidatura, 'Se Acabó La Fiesta' (SALF), busca perpetuar el estigma del dispendio político constante, del afamado y aclamado a izquierda y derecha 'todos los políticos son iguales' y ha tratado de catalizar buena parte de la desafección ciudadana y de movilizar a un sector tradicionalmente abstencionista.

“Es un éxito del modelo outsider. Sin embargo, es peligroso tratar con estos perfiles en sistemas parlamentarios, habituados tradicionalmente a la identificación partidista e ideológica y no tanto a la vinculación con un líder, como sí ocurre en los países presidencialistas como Estados Unidos o los iberoamericanos. Esta 'presidencialización' del parlamentarismo no es un fenómeno nuevo, sino un efecto nocivo influenciado por las nuevas formas de comunicación, la permanente desafección política y la internacionalización de hiperliderazgos, como Milei, el último líder mundial en sumarse al tablero político”, afirma Cánovas.

José Miguel Rojo, politólogo de la Universidad de Murcia (UMU), cree que la irrupción de estos partidos puede generar un “nuevo eje de movilización con la recuperación de cierto discurso populista, el 'que se vayan todos' argentino, pero a la española. Aquí, SALF es donde entra en juego, porque ese discurso, que originalmente lo tenía Podemos, se perdió con su entrada en el gobierno y su condición de partido mainstream”.

Antipolítica, cambios sociales y Telegram

El auge de la extrema derecha pivota, cuenta Rojo, en tres puntos fundamentales: “Por un lado está el discurso de la antipolítica; SALF, por ejemplo, ha azuzado este mensaje incluso en contra de Vox. Por otro lado, la reacción cultural a algunos cambios sociales vinculados esencialmente al feminismo y al ecologismo [lo 'woke'], el voto a estas opciones es mayoritariamente masculino y esto no puede ser casual; por último, la emergencia de espacios digitales que permiten la difusión de información alternativa y la creación de comunidades altamente motivadas. En este caso es todavía más interesante, porque ha sido Telegram la que ha servido de gran epicentro del fenómeno. Habría que prestar más atención al impacto presente y futuro de esta plataforma de mensajería instantánea en la comunicación política”.

Mientras que las elecciones generales de 2019, en las que Vox obtuvo su mejor resultado, y alcanzó su techo electoral, según afirma José Miguel Rojo a este diario, estuvieron marcadas por Catalunya y el procés, en esta ocasión el tema “ya estaba dado de sí”, por lo que buena parte de esta movilización de la ultraderecha se ha basado en repetir hasta convertir en cierta la premisa de que todos los políticos, de un lado y otro, son iguales.

Rojo también apunta a que “hay que pensar en las condiciones estructurales que generan cierta singularidad. Ya no solo de la Región, sino de otras zonas del sur”.