Murcia, qué mal estás en todos los rankings
Murcia, qué hermosa eres, decía una de esas galas de TVE patrocinadas por instituciones locales que proliferaron en una época ya felizmente pasada. Dio lugar a unos cuantos chistes porque la gente tiene mucha mala leche y le daba por reírse de los murcianos y su región, que no tiene tanto cartel como otras en los rankings de los sitios más visitados por los que viven fuera (1,7 millones de turistas en 2019, un 81% procedente de otras zonas de España). Ha pasado algún tiempo y los murcianos se han cobrado cumplida venganza por ese desdén. Murcia inició la secuencia de acontecimientos que volvió loca en marzo a la política española con una moción de censura contra el Gobierno que preside Fernando López Miras. Se esperaba un periodo de cierta tranquilidad y lo que tenemos es otra temporada de hachazos políticos a la altura del cuello.
La Asamblea de Murcia inició este miércoles la sesión de la moción presentada de forma sorpresiva por Ciudadanos, socio de López Miras desde el 2019, y el PSOE, y que se votará el jueves. Parece condenada al fracaso por el fichaje no menos sorprendente de tres tránsfugas de Ciudadanos, que tardaron 24 horas en cambiar de opinión con la recompensa correspondiente (ellos se quedan en el Gobierno). Para los promotores de la moción, quedaba por tanto mencionar otro ranking en el que no cuentan las playas ni las tapas. Murcia tiene mucho que enseñar en términos de corrupción.
El portavoz socialista, Diego Conesa, pasó revista en el pleno a todos esos casos en una lista interminable. Tomen aire para leerla: “Caso Auditorio. Caso Barraca. Caso Biblioteca. Caso Camelot. Caso El Roblecillo. Caso Hidrogea. Caso La Sal. Caso Líber. Caso Mar Menor Golf Resort. Caso Novo Carthago. Caso Pasarelas. Caso Púnica Murcia. Caso San Javier. Caso Teatro de Cehegín. Caso Torrepacheco. Caso Tótem. Caso Umbra. Caso Vertedero de Molina. Caso Zerrichera y caso compra de voluntades en este Gobierno”.
Son casos de muchos años, pero la región no ha perdido la delantera. De los 254 acusados por corrupción en autos de apertura de juicio oral o de procesamiento en 2019, 84 lo fueron en Murcia, una tercera parte. Por detrás, los 42 casos de la Comunidad Valencia, que hubo un tiempo que era imbatible en ese campo. PSOE y Ciudadanos intentaron justificar la moción en esta trayectoria casi legendaria. Conesa lo hizo a gritos. “Son unos chorizos. No sólo con los sueldos (los de los tránsfugas), sino con maletines”. Y seguía gritando. “¡Esa es la voluntad política del Partido Popular! ¡Maletines! ¡Maletines!”.
Conesa tenía media hora para hablar, pero no quiso concretar algunos de esos casos. La candidata de la moción, Ana Martínez Vidal, tenía que responder a la pregunta de por qué pactaron con el PP con esos antecedentes después de las últimas elecciones autonómicas de 2019. No se metió en asuntos internos del partido y optó por pedir disculpas: “Nos equivocamos y por eso debemos pedir perdón a los ciudadanos”: Antes, Conesa citó lo que ya es sabido. Fue una imposición de Albert Rivera a la dirección murciana del partido en un momento en que el presidente de Ciudadanos aspiraba a convertirse en el líder de toda la derecha. Las promesas de regeneración de las que tanto hablaba Rivera se fueron por las alcantarillas de Murcia.
Por eso de las paradojas de la historia, la dirigente de Ciudadanos en Murcia que entonces tuvo que tragar con las órdenes que llegaban de Madrid, Isabel Franco, es una de las tres tránsfugas reclutadas por el PP para hacer fracasar la moción de censura.
El Partido Popular respondió con las mismas armas. El presidente López Miras acusó a Martínez Vidal de ser una tránsfuga por haber puesto fin al pacto con el PP de 2019 (lo ha hecho sin cambiar de partido). A Conesa le recordó que es él el sospechoso: “De los 54 diputados de esta Cámara, el único presunto corrupto es usted”.
Conesa está siendo investigado en un juzgado tras ser denunciado por el sargento de la policía local de Alhama –de la que el socialista fue alcalde hasta 2018– por no haber tramitado una multa de tráfico impuesta a un concejal de Izquierda Unida. El PSOE gobernaba ese Ayuntamiento con el apoyo de IU. La versión de Conesa es que el policía tenía “una gran inquina personal hacia los comunistas”, reclamó que el concejal fuera reprobado por el pleno y finalmente no tramitó la multa en los plazos legales.
López Miras presumió de que Murcia es ahora “la tercera comunidad de España con una menor incidencia en la pandemia”. Es cierto, aunque hace poco más de un mes estaba entre las peores. El portavoz del PP apostó también por la pandemia para criticar la moción, y no para mencionar a otro ranking que lidera Murcia, el de los políticos y funcionarios que se han saltado la cola para vacunarse. “Mientras en esta región estaban muriendo quince personas al día, el presidente del Gobierno estaba organizando el asalto a la región de Murcia”, dijo Joaquín Segado.
La relación causa-efecto era discutible, pero valía para acusar a Pedro Sánchez de ser, también en esto, el arquitecto del mal. Como ahora al PP le gustan las disyuntivas forzadas, Segado aportó la suya: “Esto va de Pedro Sánchez o de defensa del trasvase Tajo-Segura”. Dio otros ejemplos muy raros, pero este sin duda era el mejor.
La moción perdió sus últimas posibilidades de salir adelante cuando los tres diputados de Vox que han abandonado su partido anunciaron que votarán en contra. Lo dijo su portavoz, Juan José Liarte, después del pleno. En su discurso ante la Cámara, se limitó a divagar y hasta dedicó un tiempo a mencionar a Federico Jiménez Losantos, que les ha llamado “golfos”. Cuando dijo dirigirse a “todos los macarras que hay en todos los partidos de España” –la frase habría tenido su punto si la hubiera pronunciado en un bar a altas horas de la noche–, quedó claro que estaba ahí básicamente para dar la nota.
Fue una sesión de las que no prestigian a la democracia. Eso es importante en una región que cuenta con graves problemas sociales y económicos. Martínez Vidal destacó que Murcia es “líder en número de casas de apuestas por habitante y en ludopatía”, por lo que prometió medidas para acabar con las bonificaciones fiscales al juego y una regulación de “la desorbitada expansión de estos locales”.
Hay algunos rankings de los que Murcia debería salir corriendo.
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