El acoso laboral parece grave y en realidad lo es, ya que supone una de las secuelas de la derrota de los medios de los que se dota un estado para el control de la corrupción.
Este no tan nuevo modelo de acoso laboral es propio de lo que se denomina como 'cloacas del estado', que por cierto ahora se vislumbran al devenir del mediático caso en el que se encuentra inmerso el comisario Villarejo. Se trata de las malvadas sentencias dictadas en cloacas revestidas del perfume institucional, sentencias de muerte laboral, social e incluso política del adversario de hasta el propio partido… todo vale para esconder las inmundicias de la corrupción.
Es un secreto a voces que corre por los despachos institucionales, ¡¡¡Ay!!! del funcionario o trabajador público que levante una liebre que debía quedar encamada, ¡¡¡Ay!!! de quien pise ese charco que pueda salpicar algún intocable de lustroso traje con alguna mancha que pudiera hacer caer como fichas de dominó a otros.
Quien pisa el charco por deber o por descuido recorre la larga travesía del desierto, de la enfermedad y de descubrir que detrás de las puertas institucionales no hay nadie que lo escuche y se siente traicionado por el estado que ha protegido; de verdad es el único que llega a vislumbrar la verdadera realidad detrás de la parafernalia y bambalinas del teatro político y de sus cargos a dedo como una prolongación más de la mano que mece la cuna.
Este malvado acoso ha sido visto por Europa y puesto en verdadero valor ya que saben que si no se acaba con esto los rescates no servirán nada más que para aumentar la codicia de los que esperan grandes cantidades de dinero público sin control.
Europa estableció una directiva de 'Protección a los alertadores de corrupción'; pero, claro, está fuera de la maquinaria institucional del país miembro, con una fiscalía anticorrupción europea que pronto podría contar incluso con medios policiales a su servicio.
La directiva, aunque ya es de obligado cumplimiento aun no estando transpuesta, ya está en trámite parlamentario para su transposición a la legislación Española, solo nos queda esperar que los que legislan sepan hacer política con mayúsculas y se alejen del 'postureo' que lo inunda todo, no solo las redes sociales.
La pena que me queda como español es que estas iniciativas tengan que venir de fuera, impuestas por una grave situación que dejará a mi país en la indigencia económica que ya nos llevó a modificar la Constitución (crisis bancaria) para que el pago de la deuda quedara por encima del interés general y ahora que el rescate es mucho mayor, miedo da.