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¿Alguien sabe qué está pasando en la Región de Murcia?

12 de abril de 2021 06:00 h

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Llovizna y en la lontananza se divisa una liviana niebla. “Llueve detrás de los cristales, llueve y llueve”. Si la lluvia en Sevilla es una maravilla la costumbre en Murcia es comerse unas migas. ¡Migas para todos! No, no es populismo, aquí hay migas para todos. Este popular plato, de cuando no se tiraba nada, siempre se ha hecho con el pan duro que sobraba y con los ingredientes a mano, entre la salchicha o longaniza, tocino, ajos tiernos, harina, aceite de oliva, sal y agua. La ingesta de esta receta que se suele acompañar de vino tinto suele dejar el estómago agradecido.

De la última vez que lloviznó, después de una fracasada moción de censura, nos creció un nuevo Gobierno con siete tránsfugas, con la guinda de una Consejería de Cultura y Educación en manos de una señora de la ultraderecha, que no se quiere poner la vacuna porque no cree que las vacunas solucionen el problema de la epidemia. Vale que sea de Letras, pero debería de estudiar un poquito de Ciencias. De Cultura, hablamos otro día.

En ese nuevo Gobierno que debe de tener mucha miga, que según el refranero quiere decir: “pan para hoy y hambre para mañana”, el nuevo consejero de Empleo y Universidades, “duró lo que duran dos peces de hielo, en un güisqui on the rocks”. La resaca no quedó ahí, en un ínterin: se trasladó a la Asamblea Regional, y el pasado miércoles los tránsfugas de Cs en una nueva vuelta de tuerca, de pillería legislativa, colocaban a Francisco Álvarez, consejero por unos días, en la portavocía de su grupo parlamentario y tomaban el control legislativo, con la aquiescencia del sexto diputado de Cs, el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, que con un expediente de expulsión en marcha posiblemente pasará a ser un nuevo tránsfuga. Con esos consejeros, que a su vez son portavoces en la Asamblea regional, menuda broma lo del control del Legislativo al Ejecutivo. Ríete de la separación de poderes que diría Montesquieu. Y ya no digamos de ética, de moral, porque moralmente aquí en la Región de Murcia, hay más moral que en el Alcoyano.

Sigue lloviznando. A veces me pierdo un capítulo de esta nueva serie murciana y me pierdo. Veo las noticias de los telediarios por ver si me aclaran lo que pasa en la Región de Murcia y la ficción parece una realidad. Tal vez no pase nada, por si acaso voy a ver las noticias de “El Intermedio” de “El Gran Wyoming”. Aunque tampoco me creo nada, tengo garantizada la risa.

¿Alguien sabe qué está pasando en la Región de Murcia? Sigue lloviznando, voy a comerme unas migas. Y la próxima semana nos hablaremos del Gobierno.

Llovizna y en la lontananza se divisa una liviana niebla. “Llueve detrás de los cristales, llueve y llueve”. Si la lluvia en Sevilla es una maravilla la costumbre en Murcia es comerse unas migas. ¡Migas para todos! No, no es populismo, aquí hay migas para todos. Este popular plato, de cuando no se tiraba nada, siempre se ha hecho con el pan duro que sobraba y con los ingredientes a mano, entre la salchicha o longaniza, tocino, ajos tiernos, harina, aceite de oliva, sal y agua. La ingesta de esta receta que se suele acompañar de vino tinto suele dejar el estómago agradecido.

De la última vez que lloviznó, después de una fracasada moción de censura, nos creció un nuevo Gobierno con siete tránsfugas, con la guinda de una Consejería de Cultura y Educación en manos de una señora de la ultraderecha, que no se quiere poner la vacuna porque no cree que las vacunas solucionen el problema de la epidemia. Vale que sea de Letras, pero debería de estudiar un poquito de Ciencias. De Cultura, hablamos otro día.