La ciudad de Murcia tiene una ventaja comparativa respecto a la movilidad. Es una ciudad llana y con un buen clima casi todo el año. El centro del casco urbano tiene una situación en la que casi todo está a quince minutos andando. Sin embargo, el tamaño es el que es, no se puede agrandar, y en las últimas tres décadas el crecimiento de vehículos privados que circulan por el centro ha aumentado de una manera exponencial. El crecimiento insostenible del tráfico es motivo de una serie de impactos ambientales y sociales, congestión del tráfico, contaminación atmosférica y acústica, emisiones de gases de efecto invernadero, más ocupación del espacio por el vehículo privado y disminución del bienestar de la ciudadanía.
El relato del Gobierno municipal plantea la ilusión de que la construcción de parkings subterráneos en la ciudad son alternativas reales y eficaces para el estacionamiento tras la eliminación de plazas por las obras del plan de movilidad. Al contrario, es un modelo obsoleto e insostenible que no da importancia a los costosos impactos socioambientales que causará. El municipio de Murcia tiene 25 parkings, entre disuasorios y subterráneos, y otros tres cerrados o infrautilizados, lo que suponen ya miles de plazas de aparcamiento. Por otro lado, el consistorio pagará 6 millones más intereses, de toda la ciudadanía, a la concesionaria del parking de Abenarabi, ya que una sentencia estima la resolución del contrato de explotación del aparcamiento, que aún sigue cerrado por las deficiencias que presenta.
La propuesta del Gobierno municipal de Ballesta es ampliar las plazas de aparcamientos subterráneos con un parking en el entorno del Malecón (800 plaza), en Floridablanca (800 plazas), en Avenida Intendente Jorge Palacios (800 plazas) y un aparcamiento de gestión municipal en la zona de la Estación del Carmen. La propuesta incluye otras 1.500 nuevas plazas en parkings intermodales en superficie, en la avenida Miguel Induráin, el barrio de La Paz, la carretera de Churra, la avenida de la Justicia y la carretera de Santa Catalina.
La Alcaldía señala que el prioritario de ellos será el de Floridablanca cuyo estudio de viabilidad se prevé para el primer trimestre de 2024. Aunque también han comenzado los sondeos en el proyecto de parking en el Malecón en una zona verde y junto a un BIC. Es un verdadero despropósito, todo lo contrario de una alternativa de movilidad sostenible en el municipio y de un modelo de ciudad con un urbanismo más respetuoso con el medio ambiente y más acorde con las propuestas urbanas europeas.
La construcción de un aparcamiento subterráneo en Floridablanca provocará un efecto llamado de vehículos privados al centro de la ciudad que es totalmente contrario con los objetivos de un plan de movilidad sostenible. No se puede sorber y soplar a la vez, evitar que más vehículos accedan al centro y ampliar las plazas de aparcamientos en la almendra central de la ciudad. Además, la Calle Floridablanca seria de flujo preferente ante un riesgo de inundación.
Es incompatible con la aplicación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que es necesaria y obligatoria implantar en la ciudad. Lo reclama Bruselas y la legislación española. La afluencia del tráfico rodado provocará un incremento de la contaminación atmosférica y el deterioro de la calidad del aire urbano, especialmente con las emisiones de dióxido de nitrógeno, producidas por los coches. Estas ZBE debieran estar funcionando desde enero de 2023 y todavía no hay ni un proyecto serio para su implantación.
Aumentará la contaminación acústica en una ciudad, ya muy ruidosa, en las vías principales por el tráfico rodado en el casco urbano. Esta mayor afluencia también causará un aumento de la congestión del tráfico y el colapso de este en horas punta. Consumirán un mayor espacio para el coche en detrimento de otras formas más sostenibles de movilidad y del uso y disfrute de la ciudadanía del espacio urbano. Están en contradicción con las subvenciones finalistas de los fondos Next Generation destinados al plan de movilidad y las ZBE.
Diversas asociaciones vecinales y otras organizaciones han creado la Plataforma por un Nuevo Modelo Urbano para evitar tamaño despropósito. Necesitamos un crecimiento de la peatonalización y las zonas verdes en el centro de la ciudad y en el municipio, así como una mejora muy significativa del transporte público. Hay que trabajar por otro modelo de ciudad más amable y sostenible, repensar el entorno urbano en función de las personas y no de los coches.
La ciudad de Murcia tiene una ventaja comparativa respecto a la movilidad. Es una ciudad llana y con un buen clima casi todo el año. El centro del casco urbano tiene una situación en la que casi todo está a quince minutos andando. Sin embargo, el tamaño es el que es, no se puede agrandar, y en las últimas tres décadas el crecimiento de vehículos privados que circulan por el centro ha aumentado de una manera exponencial. El crecimiento insostenible del tráfico es motivo de una serie de impactos ambientales y sociales, congestión del tráfico, contaminación atmosférica y acústica, emisiones de gases de efecto invernadero, más ocupación del espacio por el vehículo privado y disminución del bienestar de la ciudadanía.
El relato del Gobierno municipal plantea la ilusión de que la construcción de parkings subterráneos en la ciudad son alternativas reales y eficaces para el estacionamiento tras la eliminación de plazas por las obras del plan de movilidad. Al contrario, es un modelo obsoleto e insostenible que no da importancia a los costosos impactos socioambientales que causará. El municipio de Murcia tiene 25 parkings, entre disuasorios y subterráneos, y otros tres cerrados o infrautilizados, lo que suponen ya miles de plazas de aparcamiento. Por otro lado, el consistorio pagará 6 millones más intereses, de toda la ciudadanía, a la concesionaria del parking de Abenarabi, ya que una sentencia estima la resolución del contrato de explotación del aparcamiento, que aún sigue cerrado por las deficiencias que presenta.