Si para el ejercicio de la labor parlamentaria, como es mi caso, un diputado se ve llamado a estudiar las condiciones de trabajo y empleo en el que los camioneros desempeñan su labor, lo primero que detectará es la escasa atención que le han prestado políticos, periodistas o científicos sociales a este oficio. A pesar de ser “un eslabón de toda una cadena de producción industrial” –tal y como lo define con magisterio el escritor argentino Pedro Mairal en un estupendo reportaje “desde el camión”-, estos trabajadores desarrollan una ardua e imprescindible labor desde la invisibilidad. Los sociólogos Pablo López y Julio Fernández escribieron un artículo con el título “Camioneros: la pesada carga de la fabricación ligera” (en la revista Sociología del Trabajo, nº 78) en el que demuestran la “pesadez” de unas condiciones laborales desarrolladas paradójicamente al servicio de una producción cada vez más ligera, fluida y que, en tanto tal, cada vez más requiere de circulación de piezas, máquinas o cargas. La complejidad regulatoria de la relación salarial de un trabajo como el de los camioneros, que se despliega a través de todo el territorio de la Unión Europea, ha sido atendida recientemente por el valioso libro “Desplazamiento de trabajadores en la Unión Europea: el caso del transporte por carretera” de Alberto Riesco, Mar Maira y Jorge García (Bomarzo, 2018). Y poco más ha encontrado este diputado autonómico interesado en afrontar la problemática laboral de los camioneros.
Camioneros: la pesada carga de la fabricación ligera“ Desplazamiento de trabajadores en la Unión Europea: el caso del transporte por carretera”
Vivimos en una Región (la de Murcia) con una de las mayores flotas de camiones de toda la Unión Europea. Aquí el camión es un eslabón imprescindible del sistema agroalimentario murciano. Ello se debe a que el desplazamiento a larga distancia de nuestras frutas y hortalizas en fresco requiere, para la conservación de sus propiedades alimentarias, de una larga cadena de frío: empieza prácticamente desde que se recolectan las frutas en el campo, se preenfría en el almacén, continúa en el largo recorrido del camión frigorífico hasta el supermercado y termina en nuestras neveras domésticas. Siendo así, ¿qué preocupación tienen nuestros responsables públicos por todo ese ejército de camiones que se despliega por las autovías y autopistas de toda la Unión europea? Detengamos una idea: para que un pepino de San Javier se venda en un supermercado de Berlín se tardan tres días y todo ese montón de horas transcurren a bordo de un camión. ¿Qué sabemos de esa formidable energía humana que requiere la conducción de un camión?
“Hoy duermes a las 21 h., mañana duermes a las 16,30 h. y pasado duermes a las 12,00 h. del medio día. Si hoy te acuestas a las 9 de la noche, mañana a las 16,30 h. no vas a tener sueño para dormir 9 horas y te tienes que levantar a las 1,30 de la madrugada para empezar a conducir otra vez”. Esto me lo cuenta un camionero que ha venido a entrevistarse conmigo para ver si podemos llevar al parlamento estas tremendas jornadas laborales. Otro ejemplo: “te levantas a trabajar a las 9 a. m., a las 12 te dice tu jefe que pongas el tacógrafo en descanso 9 horas, hasta las 9 de la noche; y empiezas a las 9 de la noche, 7 o 8 de la mañana conduciendo con dos descansos de 45 minutos. Si te levantas a las 9 de la mañana, no vas a poder dormir de 12 a 21 h, y esto te va a hacer a estar veinte tantas horas sin dormir”.
El salario del camionero es bueno, no se queja, pero las jornadas de trabajo son extenuantes, agotadoras, infernales… Y llenas de riesgo, pues me sigue contando: “la inspección de transportes dice que eso es legal, sea o no legal, esto lo único que trae es muertos, parapléjicos y cuando un camión se duerme circulando, puede aplastarte a ti o a alguien de tu familia. Normalmente los camioneros no mueren solos”. Llegados a este punto de la conversación pongo en el Google “accidentes de camiones en autovías Murcia” y, hagan la prueba, los resultados que salen en la pantalla son muy alarmantes. Las estadísticas del Ministerio de Trabajo dicen que en España en el año 2017 (el último disponible) hubo 1683 accidentes de transporte por carretera “in itinere”, 1639 leves, 38 graves y 6 mortales. La siniestralidad en este sector de actividad se ha agravado desde 2012 (aquel año hubo 1347 accidentes in itinere). Y, ¡ojo! en estas estadísticas solamente aparecen los asalariados. El problema es que muchos camioneros son “autónomos”, por lo que un accidente no se cuantifica como “accidente de trabajo” sino como “accidente de tráfico”.
in itinere
El pepino que va a Berlín como el pimiento que va al supermercado de Londres son transportados por un camionero que cuando duerme lo hace en el camión. Al respecto me dice: “acuérdate cuando en verano abres tu coche al sol, imagínate dormir ahí, sin aire acondicionado, antes te dejaban tener el motor arrancado para tener aire acondicionado, ahora no, gasta gasoil, sí vamos sin dormir”. El descanso en el camión, por tanto, es muy relativo. “Si se trata de un camión frigorífico, el frigo siempre tiene que estar encendido, por lo que tienes que tratar de dormir con mucho ruido, como si tuvieras un tractor al lado”. Además están los tiempos de carga o descarga o los tiempos de espera para embarcar.
En España apenas un 4% de las mercancías se transportan por ferrocarril. En su mayor parte lo hacen en camión. Las características “ligeras” de la producción hacen que la logística y la circulación de piezas, herramientas o productos sea una actividad estratégica. También somos una economía exportadora que requiere del transporte por carretera internacional. Todo esto depende de una energía humana, la de los camioneros, que apenas descansa, o lo hace a deshoras, o en malas condiciones. El problema de fondo es una jornada laboral hiperflexible: “no hay jornada laboral, un día empiezas a trabajar a las 11 de la mañana, otro día empiezas a las 4 de la tarde y otro día empiezas a las 3 de la madrugada”.
El testimonio del camionero es desgarrador e interpela a políticos, periodistas, inspección de trabajo, sindicalistas y a todos y todas nosotras: “Los seres humanos duermen cada 15 horas, si te levantas a las 7.00 a.m , las personas se acuestan más o menos, 15 horas después; a las 22.00, las 10 de la noche. Y mañana se acostarán a las 22.00, y pasado lo mismo, más o menos. Los camioneros somos humanos, no androides, el actual sistema de ir durmiendo cada 11 horas y 30 minutos, 10 horas conducidas, dos descansos de 45 minutos, y 9 horas de sueño, hace que hoy te acuestes a las 21.30, mañana a las 18.00 horas, y al otro a las 14.30 del medio día. Y dentro de las 24 horas conduzcas 10 horas antes de dormir y 3 horas más cuando te levantas. Debemos acostarnos todos los días a la misma hora. Una propuesta sería: conduces 4 horas, descanso de una hora; conduces otras 3 horas y descansas una hora; vuelves a conducir otras tres horas y vuelves a tener dos horas de descanso de libre disposición. Que quieres dormir 11 horas, pues te dejas las 2 horas de libre disposición para el final de la jornada. Que quieres estar con amigos en un restaurante, pues estás una hora de descanso, más una hora de libre disposición, y la otra hora de libre disposición cuando quieras. Así se hacen las 15 horas y se duerme todos los días a la misma hora. Un ejemplo: sales a cargar a las 18.00, te paras a las 4 de la madrugada; al día siguiente empiezas a las 13.00 horas y paras a las 4.00, y empiezas a las 13.00. Así todos los días. El sistema es amplio y se puede adaptar a las necesidades de la empresa, de lo que se trata es de dormir siempre a la misma hora, y este sistema, no perjudica en nada al empresario”.
Si para el ejercicio de la labor parlamentaria, como es mi caso, un diputado se ve llamado a estudiar las condiciones de trabajo y empleo en el que los camioneros desempeñan su labor, lo primero que detectará es la escasa atención que le han prestado políticos, periodistas o científicos sociales a este oficio. A pesar de ser “un eslabón de toda una cadena de producción industrial” –tal y como lo define con magisterio el escritor argentino Pedro Mairal en un estupendo reportaje “desde el camión”-, estos trabajadores desarrollan una ardua e imprescindible labor desde la invisibilidad. Los sociólogos Pablo López y Julio Fernández escribieron un artículo con el título “Camioneros: la pesada carga de la fabricación ligera” (en la revista Sociología del Trabajo, nº 78) en el que demuestran la “pesadez” de unas condiciones laborales desarrolladas paradójicamente al servicio de una producción cada vez más ligera, fluida y que, en tanto tal, cada vez más requiere de circulación de piezas, máquinas o cargas. La complejidad regulatoria de la relación salarial de un trabajo como el de los camioneros, que se despliega a través de todo el territorio de la Unión Europea, ha sido atendida recientemente por el valioso libro “Desplazamiento de trabajadores en la Unión Europea: el caso del transporte por carretera” de Alberto Riesco, Mar Maira y Jorge García (Bomarzo, 2018). Y poco más ha encontrado este diputado autonómico interesado en afrontar la problemática laboral de los camioneros.
Camioneros: la pesada carga de la fabricación ligera“ Desplazamiento de trabajadores en la Unión Europea: el caso del transporte por carretera”