Al ser natural de Dolores de Pacheco, las carreteras que mejor conozco son las de Torre Pacheco, San Javier, San Pedro del Pinatar, Los Alcázares, El Pilar de la Horadada, y Cartagena.
Esos municipios están en el Campo de Cartagena, donde el extinto Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) comenzó a planificar el mapa de producción agrícola hace medio siglo.
“En la región de Murcia, todo comenzó en el año 1972, cuando un decreto de 9 de marzo calificaba de ”alto interés nacional“ varios sectores de secano que la Administración se proponía convertir en regadío, expropiando para ello las fincas que fueran necesarias”, leo en un artículo firmado por Diego Vera en El País del 8 de abril de1983.
Fue el IRYDA el que tejió una red de carreteras por las que sacar la producción agraria que crecía sin parar gracias al agua del trasvase Tajo-Segura. Esas carreteras están en muchos casos sin tocar desde hace 50 años y circular por ellas constituye un deporte de alto riesgo. Hay baches que son trampas mortales.
Si sumamos a ello que: a) esas vías o caminos asfaltados están atravesados por una red de carreteras que data de 1904 como nos recordaba el Partido Independiente de Torre Pacheco en un artículo; b) el trazado y el firme son los mismos que entonces en muchos tramos; y c) camiones de gran tonelaje las usan a diario para sacar nuestra producción agraria, entonces tenemos el cóctel de la muerte servido.
Me pone muy triste ver lo que el Gobierno de la Región de Murcia dedica anualmente al mantenimiento de su red viaria, en la que, literalmente nos dejamos la vida. Claro que sí, en muchos casos es culpa nuestra, por ir conduciendo con el móvil, o no llevar el cinturón. Pero en otros es la carretera, olvidada por su dueño, la que facilita el siniestro.
Hace cinco años, después de una DANA, transité desde Balsicas a Los Alcázares por la RM-F26 en una unidad móvil de Onda Regional con Domingo Filiu al volante. Aquello parecía un río. Ese día conocí al alcalde de Los Alcázares, Mario Pérez Cervera, iba por la F26 cerca de Los Rebollos. Entonces estaba en la oposición.
Hoy el tramo de Balsicas hasta Los Camachos y la llegada al cruce con la RM-F29 que va de Torre Pacheco a San Javier pasando por Dolores, está mucho peor. El tristemente famoso cruce de Las Cantandas. Es cierto que la primera vez que conduje mi coche por el nuevo asfalto de la F29 casi se me saltan las lágrimas, no me lo podía creer, ni un solo bache, señalización visible. Increíble.
Eso se debería hacer en toda la red de carreteras del campo de Cartagena, añadiendo modificación de trazados y soluciones para los cientos de cruces mortales.
Una vez más nos encontramos con que no hay presupuesto para lo importante, para salvar vidas de murcianos y murcianas. La propia web de la CARM da señales preocupantes cuando intentamos acceder a la “Información de carreteras”: “Extraviado, la URL solicitada no se encontró en este servidor”.
Si van por Dolores de Pacheco y paran en la plaza de la iglesia a tomar algo en el “bar de Tomás” (siempre recomendable porque Pepita les tratará de lujo), pregunten a cualquiera de los allí presentes por víctimas de las carreteras de la muerte. Todos les darán algún nombre, todos tenemos algún familiar, amigo, o vecino que falleció o quedó mal parado yendo a Torre Pacheco o San Javier.
Esta sociedad ha normalizado la muerte en la carretera, nadie exige nada, nunca pasa nada. Yo tengo la ilusión de que el nuevo alcalde de Torre Pacheco deje de hacerse fotos algún día de estos y empiece a trabajar de una vez en las cosas que importan a los habitantes del municipio. De Antelo y los suyos, que ahora son los responsables de las carreteras, ni hablar, que están muy ocupados salvando España.
Esta Nochebuena nos faltará un pachequero de 46 años en la mesa. Falleció en un cruce de la RM-F26 con la RM-F29 el 22 de noviembre de 2023. Un abrazo a su familia y mi más sentido pésame.
¿Quién será la próxima víctima de las carreteras de la muerte?.
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