Queridos amigos y compañeros Unai Sordo y Pepe Alvárez:
Recientemente habéis firmado un acuerdo con el gobierno de Mariano Rajoy, con el presidente de la CEOE, Juan Rosell, y con el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, para que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2018 sea de 736 €, en el año 2019 de 773 €, y en el año 2020 sea de 850 €, con 14 pagas, y siempre y cuando se produzca un aumento del PIB del 2,5% y se creen 450.000 empleos por ejercicio.
Me vais a permitir que os recuerde lo que dice nuestra Constitución Española en el artículo 35: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”. ¿De verdad pensáis que con ese salario en la actualidad se puede vivir con dignidad, atendiendo a tus necesidades y las de tu familia? No lo digo con ironía o mala leche, lo digo con tristeza, con mucha tristeza, y más pensando en toda esa gente afiliada a CCOO y UGT que pelea en las empresas y sigue luchando desde muchos ámbitos por la justicia social y para que las condiciones laborales permitan a los trabajadores y trabajadoras vivir, no malvivir.
Muchos afiliados se sienten decepcionados y no saben qué pensar, pero su fidelidad les exige seguir luchando y defendiendo el sindicalismo y permanecer en estos sindicatos. Personalmente, estoy afiliado a UGT y CCOO simultáneamente y lo digo con orgullo, pero no puedo apoyar una firma que supone un salario que sigue empobreciendo a la clase trabajadora y que les sitúa en una posición de no protestar, de indefensión. También me vais a permitir indicar lo que dice la Doctrina Social de la Iglesia, que afirma que el salario debe ser justo, que no puede ser un salario impuesto por el mercado, un salario de mercado, sino que sirva para cubrir su sustento y el de su familia. Hay una coincidencia: queremos un trabajo digno, estable y seguro.
Habéis firmado un acuerdo que supone consolidar esa nueva clase social para la que trabajar no da para vivir y llegar a final de mes. Como sabéis, para este año 2018 se han anunciado nuevas subidas, luz, gas, teléfonos… Será un año en el que habrá nuevos recortes y derechos económicos sin acceso porque las condiciones impuestas lo impiden. ¡Cuánta gente va a oficinas de las administraciones públicas en busca de una ayuda, de un derecho, y le dicen que sí, pero que no tienen derecho porque no reúne las condiciones establecidas! Montoro, vía BOE, sigue realizando recortes sociales y laborales; hay que pagar la corrupción y a los banqueros en la estafa financiera que han provocado y que han causado una crisis económica que les ha venido muy bien para legitimar el paro y la precariedad.
Propongo a los firmantes de este pacto lo siguiente: que vivan con este salario durante un año. Me imagino que al final dirán: “Y entonces ¿qué habéis firmado?”. Puedo entender a los empresarios y al Gobierno que tienen una concepción neoliberal, pero no puedo entender a los sindicatos, no lo puedo entender. Si incluso decíais que era insuficiente todo lo que no fuera llegar a 1000 €.
La clase trabajadora está abocada a los desahucios, bien sea por alquiler o por falta de pago de las hipotecas, está abocada a no poder dar estudios universitarios a sus hijos e hijas, a una alimentación escasa… No entiendo por qué no os habéis negado a firmar este acuerdo y me gustaría saber por qué lo habéis hecho ¿Por miedo? ¿Porque hay un chantaje detrás de si no firmáis perder más subvenciones y que la estructura administrativa se resquebraje aún más? ¿Por qué os sentís derrotados y pensáis que es lo máximo que se puede conseguir? Trabajo debe rimar con dignidad, no con miseria. Sería bueno que dijerais realmente por qué lo habéis firmado, sería un buen ejercicio de sindicalismo.
Hay gente que dice que sois unos traidores, que no estáis ni se os espera, pero yo sigo esperando, porque sois necesarios para la justicia y la lucha por la dignidad en el trabajo. Hay que seguir luchando por recuperar derechos perdidos y salarios justos, porque queremos un trabajo digno.