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Nuestros chiquillos no son ladrillos

Álvaro de Verástegui Alburquerque

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Desde el año 2011, con la aplicación de recortes educativos y la aparición de la LOMCE, una ley innecesaria e impuesta por el ministro peor valorado del Gobierno como fue José Ignacio Wert, las órdenes, normas y decretos educativos que se aplican están pervirtiendo el sentido de la Educación y el ambiente humanista de nuestra Escuela Pública.

La comunidad educativa rechaza los recortes educativos y la LOMCE porque:

-Es una ley impuesta por un solo partido, sin el más mínimo consenso ni participación de la comunidad educativa. Ha sido causa de varias huelgas de enseñanza.

-Tiene un enfoque “mercantilista” de la educación. Con menos recursos personales (no se cubren bajas de profesores de menos de 15 días) pretende “rentabilizar” el puesto de trabajo docente exigiendo al profesorado que enseñe “a destajo” y al alumnado que aprenda “por ley”, despreciando el factor personal y la empatía cotidiana necesaria entre alumnado y profesorado.

Es una ley antipedagógica, que suprime el enfoque globalizado del aprendizaje del niño parcelando el currículo con nuevas materias, y que plantea tantos estándares de aprendizaje que hacen inviable en la práctica la evaluación continua.

La escasez de recursos de plantilla y las ratios profesor-alumnos no permiten una adecuada atención a la diversidad (faltan especialistas para la detección precoz, prevención, diagnóstico y tratamiento personal pedagógico), amén de la falta de apoyo a la labor tutorial, donde recae el mayor peso de esta atención.

Supone la burocratización de la enseñanza, especialmente en la evaluación, con la pretensión de incluir numerosos estándares de aprendizaje y pruebas. El estrés generado en profes y alumnos por la “evaluacionitis” no mejora la calidad de la enseñanza, más bien la perjudica. La falta de tiempo docente es una realidad.

Es un planteamiento “competitivo y sectario” de la educación en contra del enfoque humanista. Hasta hace poco pretendíamos el desarrollo integral, creativo y social de las capacidades personales. Ahora se busca la “competencia básica individual”. Además, minimiza o suprime del curriculum materias como la Educación Plástica o Musical y la Filosofía, e impone la religión (o ética) como “asignatura evaluable”.

Para más inri, los recursos y medios materiales de la escuela pública siguen deteriorándose (instalaciones, maquinaria, espacios, mobiliario, dotación presupuestaria…) .

En fin, unas condiciones de indecencia para la docencia.

Nos queda la opción de elegir un próximo Gobierno que sea algo más sensible y procure un verdadero Pacto de Estado por la Educación.

Álvaro de Verástegui Alburquerque

Maestro de la Escuela pública desde hace 27 años

Desde el año 2011, con la aplicación de recortes educativos y la aparición de la LOMCE, una ley innecesaria e impuesta por el ministro peor valorado del Gobierno como fue José Ignacio Wert, las órdenes, normas y decretos educativos que se aplican están pervirtiendo el sentido de la Educación y el ambiente humanista de nuestra Escuela Pública.

La comunidad educativa rechaza los recortes educativos y la LOMCE porque: