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Conversaciones sobre teatro y política con Irene Jacob, mi gata (I): Presentación y paseo

Irene Jacob apareció en mi vida el 28 de octubre de 2015. Esa noche llegamos a casa Elisa y yo después de conocer que habíamos ganado el premio del público con la obra `Azul Kieslowski´ de Sabotaje Teatro en la III edición del festival de agitación escénica Decorrido (estado de subidón máximo, claro).

Al entrar al edificio oímos unos maullidos de gato pequeño desconsolado. La futura Irene estaba en el rellano de la planta superior a casa asustada y famélica. Después de conseguir acercarnos a ella y darle un poquito de calor Elisa me dice: “¿Nos la podemos quedar?” “No”, contesté.  “Es una señal, José…”. Irene Jacob acaba de cumplir un año y todas las mañanas antes de lavarme la cara, la cojo en brazos, le muerdo la mejilla y paseo con ella hasta el balcón donde permanecemos unos minutos que, en muchas ocasiones, son los mejores del día.

Adoptar un gato es un ejercicio de voluntad, amor, consciencia y responsabilidad. Adoptar una política cultural que atienda y respete la diversidad de manifestaciones artísticas como algo enriquecedor y necesario para la ciudad puede ser una práctica tan sencilla o imposible como adoptar un gato. Un ejemplo:

A finales de 2015 la performer francesa, Lucille Calmel, realizó tres acciones y un taller en el Centro Cultural Puertas de Castilla de la ciudad de Murcia. Sólo asistí a la primera performance. Sentados en el suelo (unas 20 personas) contemplamos a Lucille destrozar minuciosamente, ayudada de una caja de herramientas, un Macbook (no parecía Pro) que la había acompañado durante los últimos años mientras se proyectaba en las paredes hipertexto a troche y moche ambientado a martillazos.

La presencia de Lucille Calmel en Murcia nos costó más de 10.000 euros según fuentes oficiosas. Por otro lado, según consta en el portal www.transparencia.carm.es para el ejercicio 2014, la cuenta contable “Cachet” del Centro Párraga, es de 14.500 euros y “Servicios contratados” unos 45.000 euros. De todas las partidas presupuestarias asignadas al centro el mayor importe corresponde a “Energía Eléctrica”, cerca de 55.000 euros. Es decir, el mayor beneficiario económico de las artes escénicas contemporáneas en Murcia es una empresa privada de energía. Irene: “¡marrrramiau!”. 

Pero volvamos a la performance. Al terminar el hipnótico descuartizamiento cogí de aquel cibercampo de batalla improvisado la tecla M del ya extinto Macbook que todavía conservo bajo el cristal de mi escritorio. De vez en cuando, Irene la alcanza y juega con ella por el suelo hasta que se la quito y vuelvo a colocar en su sitio. Y por un momento, mientras la observo patalear, de aquí para allá, la rectangular letra M siempre pienso; mucha mierda mi pequeña cuchipina, mucha M.

A pesar de los pesares, el Centro Párraga existe y continúa su actividad. El próximo 1, 2 y 3 de diciembre se vuelve a celebrar el festival de la escena desconocida Decorrido en sus instalaciones. En su cuarta edición nos sacude con una contundente declaración de intenciones: “ser un festival que apoya a los artistas locales y nacionales que actualmente están creando de una forma diferente a las convenciones exigidas por el Mercado”. Un soplo de aire fresco escénico que incluso en diciembre se agradece. En esta edición participan artistas locales como el performer Domix Garrido, la compañia de danza-teatro Isabel Lavella o los incombustibles Zoo Cabaret. Además de repetir Patricia Pardo (Valencia), clown, circo y subversión con su `Culo de combate´ o piezas tan sugerentes como `Pornocapitalismo a sangre viva´ de Santi Senso, Madrid.

Un poco antes, la guerrillera compañía catalana El conde de Torrefiel presenta `Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke´ el próximo sábado 26 de noviembre a las 21:00h en el Centro Párraga. Sirvan sus propias palabras de invitación y reflexión sobre lo que veníamos hablando, el gran desastre cotidiano al que uno no acaba de acostumbrarse.

“Nadie supo nunca qué hacer con su vida.

Por eso, en una ciudad, existen tantas

posibilidades para poder concretar una vida.

Y por eso, porque en una ciudad hay tantas posibilidades para concretar un vida, nadie supo nunca qué hacer con su vida.

 Desastres que resultan casi imperceptibles

por su carácter cotidiano.“

Irene Jacob apareció en mi vida el 28 de octubre de 2015. Esa noche llegamos a casa Elisa y yo después de conocer que habíamos ganado el premio del público con la obra `Azul Kieslowski´ de Sabotaje Teatro en la III edición del festival de agitación escénica Decorrido (estado de subidón máximo, claro).

Al entrar al edificio oímos unos maullidos de gato pequeño desconsolado. La futura Irene estaba en el rellano de la planta superior a casa asustada y famélica. Después de conseguir acercarnos a ella y darle un poquito de calor Elisa me dice: “¿Nos la podemos quedar?” “No”, contesté.  “Es una señal, José…”. Irene Jacob acaba de cumplir un año y todas las mañanas antes de lavarme la cara, la cojo en brazos, le muerdo la mejilla y paseo con ella hasta el balcón donde permanecemos unos minutos que, en muchas ocasiones, son los mejores del día.