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Derechos Humanos: guía de estilo

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La información, en el actual contexto de bulos, mentiras y campañas de odio, necesita de más rigor que nunca. Y ese rigor pasa por introducir la perspectiva de los Derechos Humanos a la hora de informar.

La idea anterior se expuso el pasado 16 de noviembre en una jornada dedicada a hablar de desinformación y discursos de odio. La jornada se celebró en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Murcia y estuvo organizada por EAPN Región de Murcia (dentro de nuestra campaña #ConvivirDeVerdad) y el proyecto ODSesiones. Estuvo presentada y moderada por Elisa Reche, directora de este periódico.

Fue en la segunda parte de la jornada, en la que Reche conversó con Jonás Candalija, responsable de comunicación de EAPN-ES, cuando pudimos escuchar la idea con la que arranca este artículo. Candalija hablaba de la Guía de Estilo sobre Aporofobia y Discursos del Odio: Comunicar sin discriminar elaborada por EAPN-ES. Dicha guía pretende ser un documento de apoyo para que periodistas, editores/as, comunicadores/as, interlocutores/as, representantes políticos/as y de la administración, así como el público en general, ofrezcan un tratamiento preciso e inclusivo de la realidad de la pobreza, la exclusión, la diversidad social y cultural y también de las personas que las protagonizan.

El enfoque de Derechos Humanos no es un extra que se añade a la información como quien la adorna con un epíteto rebuscado o una descripción superflua. Se trata de parte del rigor con el que se deben elaborar las informaciones. Un rigor que debe tenerse en cuenta al exponer cifras y datos tanto como a la hora de elegir las palabras con las que informar. 

Las palabras construyen afirmaciones que generan realidad, se afirma al comienzo de la guía y sigue: Las palabras inclusivas crean realidades inclusivas, y por tanto, la comunicación inclusiva contribuye a la incorporación de la diversidad, rompiendo con discursos discriminatorios y falsedades que generan miedo y rechazo hacia los/as otros/ as.

Contrastar las fuentes, verificar los hechos y revisar los datos debe ser práctica incuestionable en la elaboración de cualquier información. Igualmente, debería serlo cuidar las palabras que usamos al comunicarnos ya que de ellas puede depender acercarnos a una mejor convivencia o alejarnos de ella. Porque, podría pasar que, sin usar un dato falso, faltemos a la verdad si colaboramos a reforzar estereotipos.

De la misma forma que un reloj parado acierta la hora dos veces al día, algún estereotipo puede ser cierto para algún caso muy en concreto. Pero la realidad humana es tan amplia, y mayoritariamente positiva dicho sea de paso, que no hay rigor periodístico posible si una información se asienta en prejuicios e ideas preconcebidas.

Los estereotipos reducen a la otra persona a una idea preconcebida y no solo faltan a la verdad sino que son el sustento sobre el que crecen los discursos de odio: machismo, homofobia, racismo, xenofobia, antigitanismo, transfobia, aporofobia (rechazo y desprecio hacia las personas en situación de pobreza).

La conversación entre Reche y Candalija se extendió durante algo más de media hora y, al menos, tres cuestiones más merecen ser destacadas.

La primera de ellas es la conveniencia de darle protagonismo a las personas en situación de pobreza o vulnerabilidad cuando sean protagonistas de la información. En mi opinión particular no hay necesidad de que nadie (persona o institución) se convierta en la voz de quienes no tienen voz sencillamente porque todas las personas tenemos voz. De lo que se trata es de que se escuche de la manera adecuada a quien puede contar la historia en primera persona.  

La segunda giró alrededor de la necesidad, cito de nuevo la guía, de que los medios de comunicación dediquen un esfuerzo mayor de formación y actualización regular entre sus profesionales sobre la realidad de la diversidad, la discapacidad, la interculturalidad, las minorías, las migraciones, el lenguaje inclusivo, la pobreza y la exclusión social. Esta cuestión, que los medios de comunicación puedan ofrecer a sus profesionales buenas condiciones de trabajo (de eso también se trata poder especializarse y formarse) volvió a estar presente en la tercera parte de la jornada cuando se celebró un debate / conversación entre un grupo de periodistas de medios regionales.

La tercera cuestión, aunque no la última pero este artículo no trata de ser una transcripción de la conversación entre la directora de eldiario.es/murcia y el responsable de comunicación de EAPN-ES, abordó la oportunidad de construir narrativas desde la inclusión social. Al tiempo que son necesarios medios especializados en verificación, y a la vez que se cuidan cuestiones como las ya comentadas debemos esforzarnos (aquí el papel de las entidades del tercer sector debe ser crucial) en construir narrativas basadas en valores como la solidaridad, la empatía, el reconocimiento, la generación de conocimiento compartido o la acogida. Narrativas basadas en valores y en datos contantes y sonantes como este que desmiente la mentira de que la inmigración quita el trabajo: las personas extranjeras afiliadas a la seguridad social a comienzos de 2021 suponían el 10,86% del total, una cifra muy similar al 11% de población extranjera en España.

Nuestro discurso, la forma en la que compartimos nuestra visión y nuestras ideas, no necesita ir a la contra. Es urgente vencer al odio pero no necesitamos discutir con él ni amplificarlo para afirmar con plena convicción que solo desde el bien común construiremos un mundo mejor. Tomar partido por la gramática de los Derechos Humanos es tener la certeza de acertar.

Como he escrito al principio, esta jornada estuvo organizada por EAPN Región de Murcia y el proyecto ODSesiones (de la Universidad de Murcia) y fue una de las muchas acciones con las que se celebró el mes dedicado al ODS 17. Este Objetivo de Desarrollo Sostenible defiende la puesta en marcha de alianzas “para lograr los objetivos”.

Si el objetivo es conseguir una información veraz y rigurosa, como parte de una sociedad inclusiva y democrática, el diálogo entre medios de comunicación y entidades del tercer sector que se produjo en esta jornada, con la Universidad de Murcia y su Facultad de Comunicación como anfitriones, es un buen paso adelante.

La información, en el actual contexto de bulos, mentiras y campañas de odio, necesita de más rigor que nunca. Y ese rigor pasa por introducir la perspectiva de los Derechos Humanos a la hora de informar.

La idea anterior se expuso el pasado 16 de noviembre en una jornada dedicada a hablar de desinformación y discursos de odio. La jornada se celebró en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Murcia y estuvo organizada por EAPN Región de Murcia (dentro de nuestra campaña #ConvivirDeVerdad) y el proyecto ODSesiones. Estuvo presentada y moderada por Elisa Reche, directora de este periódico.