La reducción drástica de la actividad industrial y el transporte ante la pandemia supuso una caída significativa de los niveles de contaminación atmosférica en el ámbito estatal y en la región murciana. Esto supuso que, en estos meses pasados, se mejorara la calidad del aire hasta niveles que no se habían visto en muchos años atrás.
En nuestra región, la contaminación por partículas PM10, la situación de confinamiento produjo que los niveles de este tipo de contaminación se redujeran por debajo de 20 microgramos/m3. Este periodo de desescalada, con el aumento de la actividad industrial y el tráfico rodado, ha supuesto un incremento cercano o superando (estaciones de Loca, San Basilio y La Aljorra) los 40 microgramos por m3, cuando el valor límite de la normativa es de 50 microgramos/m3. En el caso de las partículas PM 2.5 no tenemos datos en tiempo real para 2020, pero es muy posible que sigan una tendencia similar a las partículas PM 10.
En lo que se refiere a la contaminación por ozono troposférico (O3). El periodo de confinamiento supuso un descenso, en general, de los niveles de ozono por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de 100 microgramos por metro cúbico, ahora el incremento de la contaminación hace que se acerque e este nivel y que incluso se produzcan superaciones del valor limite que establece la normativa, 120 microgramos/m3, en estaciones como el Valle de Escombreras. También ocurre con los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), contaminante asociado fundamentalmente al tráfico rodado y otras emisiones como el dióxido de azufre (SO2) y otros como el benceno, tolueno y xileno.
Además hay que señalar que las quemas de residuos agrícolas, actividades prohibida por la Ley de Residuos, se han venido sucediendo en muchos puntos en el confinamiento y en la época de desescalada. La Resolución conjunta sobre quemas agrícolas de tres consejerías no ha solucionado el problema debido a que no tiene un carácter normativo. Se hace necesaria una Orden que contemple la prohibición de quemas agrícolas, solamente autorizada en casos excepcionales de epidemia vegetal, y medidas de prevención alternativas a estas quemas.
Ante esta nueva escalada de la contaminación atmosférica. ¿Vamos a repetir lo mismo?, ¿Vamos a volver a la situación de contaminación anterior al desarrollo de la pandemia? Aún estamos a tiempo para implementar medidas que actúen en dos grandes ámbitos para el control de la contaminación atmosférica: las emisiones industriales y el tráfico.
Necesitamos una mejora de la red de vigilancia atmosférica con más estaciones y analizadores. Además, es urgente la medición en tiempo real de todos los contaminantes. Se trata de una red insuficiente para un diagnostico global de los problemas de calidad del aire en la región. En la lucha por la mejora de la calidad del aire casi todo está inventado. Las principales vías de actuación para reducir la contaminación atmosférica pasan por: la reducción del tráfico rodado en los núcleos urbanos y las áreas metropolitanas, disminuyendo la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciando en las ciudades el transporte público, en especial el eléctrico, los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal; la reconversión ecológica del transporte interurbano desde la carretera al ferrocarril convencional mejorado y socialmente accesible. También el ahorro y la eficiencia energética; la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable y el desarrollo de medidas concreta de movilidad sostenible y control de las emisiones en las cuatro ciudades de más de 50.000 habitantes en la región: Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura.
Un elemento central para actuar contra la contaminación atmosférica, es la puesta en práctica de la denominada Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire. Plan de Mejora de Ozono Troposférico. Región de Murcia 2020-2025; documento que todavía sigue sin elaborar y al que se había comprometido el gobierno regional. El borrador planteaba objetivos de calidad basados en valores límites más estrictos, con una financiación suficiente para su desarrollo y con medidas preventivas, de información y concienciación ciudadana sobre la calidad del aire.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha llamado la atención respecto a los estrechos vínculos entre los problemas sociales y medioambientales en el conjunto de Europa. La distribución de estas amenazas ambientales y sus repercusiones en la salud humana son un fiel reflejo de las diferencias en los niveles de ingresos, desempleo y educación en el ámbito europeo.
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