Hoy tenemos huelga general chunga aunque estemos currando. Pero seguro que en la tele sale. Algún medio regional incluso ha alarmado diciendo que las aulas se iban a quedar vacías. Sus ganas. Habrá quien la haga obligada, como cuando hay manifestaciones de tractores, y los señoritos de la agroindustria, supuestos “agricultores”, obligan a los peones a desfilar por toda la Gran Vía para que parezca que hay “masa social”. Lo mismo hoy algún señorito saca a todos los que trabajan en sus casas de apuestas, y les encomienda la tarea de agolparse en la puerta de algún partido o sindicato. A otros les bastará con que les den rienda suelta, que la violencia con todo lo que no sean ellos ya les sale solos.
Menos mal que en este país loco nuestra propia locura nos salva. La diversidad protege. Si no es por la marimorena de plurinacionalidad que tenemos estábamos ya con ministros franquistas suprimiendo el derecho a agolparse en sitios. Cuanta más diversidad más riqueza, y se evita que alguna minoría grande aplaste al resto. Solo hay que ponerse de acuerdo en que Franco no, y ya veremos cómo nos apañamos.
Hace poco he visto ultras con banderas de los austrias, y no borbónicas, camino a la calle Princesa. Alguna prensa regional no saca la simbología fascista, suelen “blanquear” las fotos y sacar solo banderas de España. Me hace “gracia” porque la más profunda tradición monárquica e imperial española, la de los trastámaras y los austrias, jamás fue centralista. Los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, todos reinaron sobre varias coronas a la vez respetando los fueros y la autonomía de cada una. Una sola cabeza, varios reinos. Los austrias eran muy “confederales”. Hasta que llegan los borbones, y Felipe V firma los Decretos de Nueva Planta, a principios del siglo XVIII, no se impone el modelo francés centralizado, que no pinta nada aquí ni es nuestra tradición. Así que los ultras van contra la tradición fundacional de España. Hasta que no se vayan los borbones no vamos a resolver nuestros problemas territoriales, porque los trajeron ellos. El tiempo de la república se acerca.
Encima, esta deshuelga de Vox llega junto al 25N, el día contra las violencias machistas, esas que dicen ellos que no existen, que no son reales. Qué casualidad. La convoca su sindicato instrumental Solidaridad, que no tiene actividad conocida ni implantación en los centros de trabajo. Básicamente es una huelga contra las elecciones y el Congreso, que ha investido presidente con 179 escaños, nada menos. La 'minoría grande' de los de siempre ya no puede mandar. El resto preferimos lo que sea antes que ellos. Sin embargo, desde el punto de vista de la demografía electoral, no solo las gentes vascas o catalanas, sino también en general las mujeres, han sido fundamentales para cerrarle el paso al franquismo.
Este sábado es día de protestar contra la violencia de ustedes, señores negacionistas del machismo, de la democracia, de la diversidad y de todo. Las mujeres, esas que os han quitado el poder, las que os han castrado políticamente, protestan contra el machismo. Y cómo os jode. Es que se va a hablar más de feminismo que del perrosanche. Con la ultraderecha en tantas regiones manejando dinero vamos a necesitar mucho feminismo. Hace falta que las mujeres luchen, porque esta gente va a por ellas. Físicamente, culturalmente, políticamente, económicamente, van a por ellas.
Son las mujeres las que tienen que darle la vuelta a esta pantomima de huelga, y convertirla en huelgas y protestas de verdad, en todos los territorios de las españas. A la ultraderecha solo la tumban las mujeres. No se les puede vencer sin el liderazgo de las mujeres, y éste solo lo articula políticamente el feminismo. Jamás borrar esa palabra. Pues el feminismo de las mujeres es el antagonista natural de la ultraderecha, su rival de verdad, su miedo mayor y su punto final. También es algo que 'cose' España, si se articula desde la calle, que la repara, que la cura.
Frente a las guerras de los violentos de siempre, las demandas materiales y palpables de las mujeres trabajadoras. Empezando por la supresión de las violencias machistas y continuando con todo lo demás. Entonces, la pataleta de hoy es una gran mentira. Lo de mañana, una gran verdad. El sindicato de las kellys, eso es un sindicato de verdad. La huelga general feminista que plantean en el País Vasco, para demandar un sistema público-comunitario de cuidados. Eso es pedir cosas de verdad. Por cierto que allí, en vez de blanquear fascistas como en la Región de Murcia, un montón de periodistas ya se han comprometido públicamente a secundar la huelga.
La demanda de conciliación y de soberanía sobre el tiempo, que al final nos salvará también a los hombres, la lucha para proteger a las trabajadoras de la fresa, por ejemplo, la situación de las trabajadoras racializadas, de las internas, la supresión de las brechas salariales, los derechos sexuales y reproductivos -en la Región de Murcia el derecho material a interrumpir el embarazo ni existe-, el acoso sexual en el mundo del trabajo, y en fin, tantas y tantas demandas, que sirven para tejer alianzas materiales e interseccionales que sí tienen capacidad para mejorar la vida de todas las personas de todas las españas. No las pataletas de los violentos de siempre, porque ha habido elecciones y a su partido de machos no le dejan gobernar.
No he pretendido hacer una lista exhaustiva, porque serían muchos folios de demandas feministas más que reales. Solo dar a entender que, como muchos hombres españoles que hemos votado en las generales, espero y deseo que a partir de mañana las mujeres cierren brechas en las distintas comunidades autónomas, porque este año van a tener que volver a demostrarnos a todos cómo se hace una huelga general de verdad, de las que ya van haciendo falta. De las que hacen historia de España.