La cautela, la moderación y la sensatez son virtudes con las que debemos armarnos en estos tiempos difíciles en los que nos vemos sumidos. En una situación de incertidumbre, los líderes mundiales que son, además, personajes públicos, son los que, en particular, deben ser ejemplo y dar uso de estas virtudes.
No obstante, en algunos momentos de esta dura crisis, hemos sido testigos de un espectáculo bochornoso por parte de los representantes de algunos pueblos del planeta. A continuación, cito algunas de las frases que han sido manifestadas por parte de algunos líderes mundiales:
El presidente de Brasil, el Sr. Bolsonaro, ha calificado el Coronavirus de “gripecita”, o de una “fantasía”, y ha señalado que con el historial de deportista que él tiene, si es contagiado del coronavirus, no sufriría ningún síntoma. ¡Parece que en vez de mascarillas lo que tenemos que facilitar son clases de 'spinning'…!
El presidente de los EE. UU., el Sr. Donald Trump, quien representa el pueblo norteamericano, infravaloró en todo momento la dimensión de la crisis afirmando, incluso cuando en otros países había avanzado de forma acusada, que en EE. UU estaban en buena forma, que todo iba a ir bien y que todo estaba perfectamente bajo control, que un día habrá el coronavirus desaparecido “como si fuera un milagro”.
Más tarde, Trump volvió a aparecer, pero esta vez para atribuirse un mérito (que personalmente, no consigue ver) y afirmar que el virus “va a desaparecer, gracias a lo que yo hice” y para señalar que siempre supo “que esto era una pandemia, mucho antes de que la llamasen pandemia”. De este modo orquestaba Trump el menosprecio a una crisis que, evidentemente, iba a dejar estragos a nivel mundial, dándole la espalda a lo que podría provocar el sufrimiento de miles de personas y la muerte de otros miles conciudadanos.
Pero, en eso, ya tiene experiencia. Trump, un negacionista del cambio climático (Olabe, 2017), ya hizo lo mismo en 2017 cuando se retiró del acuerdo de París contra el cambio climático, uno de los fenómenos más preocupantes actualmente para el ser humano.
Por otro lado, Boris Johnson, que en primer momento menospreció la pandemia, intentó basar la estrategia de combate contra virus en la “inmunización del rebaño y la mitigación”. Eso significaba que la vida siguiese su ritmo normal, hasta que se contagiase la población y se inmunizase, para mantener así la economía del país. Este se mostraba irónico en ocasiones, restándole importancia a la pandemia. Como resultado, a día de hoy, en Inglaterra registra la cifra de 29.842 personas infectadas.
Mark Rutte, el presidente de Holanda, por su parte, ha insinuado que esta guerra no le concierne, y ha dado la espalda a los países del sur en su lucha contra el virus. Rutte olvida que el proyecto europeo está basado en la unión de todos los gobiernos y pueblos del viejo continente, para que, entre otros, hagan frente a estos desafíos.
Asimismo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le comunicó a su pueblo, a quienes han puesto en él su voto de confianza que “hay que abrazarse, no pasa nada” en un acto de irresponsabilidad enorme, teniendo en cuenta el riesgo que puede suponer un mensaje perjudicial de una autoridad como es el líder de un país.
Algunos líderes querían anteponer la economía sobre las vidas de las personas, esas mismas que han depositado un voto de confianza en ellos. Puede que la economía sea importante, pero ¿quién quiere vivir en prosperidad sabiendo que, el precio que pagaron para conseguirla fue la vida de personas y de nuestros seres queridos? Ojalá estos comentarios y decisiones sean recordados el día del sufragio universal. Porque estos líderes, aunque hablen idiomas distintos o escuchen estilos musicales diferentes, tienen mucho en común. Desde luego que la solidaridad no es un atributo que caracteriza a ninguno.
La cautela, la moderación y la sensatez son virtudes con las que debemos armarnos en estos tiempos difíciles en los que nos vemos sumidos. En una situación de incertidumbre, los líderes mundiales que son, además, personajes públicos, son los que, en particular, deben ser ejemplo y dar uso de estas virtudes.
No obstante, en algunos momentos de esta dura crisis, hemos sido testigos de un espectáculo bochornoso por parte de los representantes de algunos pueblos del planeta. A continuación, cito algunas de las frases que han sido manifestadas por parte de algunos líderes mundiales: